Cap 25

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—¿Solo crees eso? —me preguntó Jisung rompiendo el abrazo para mirarme a los ojos.

—¿Te parece poco ser la persona más buena de este mundo? Que modesto —le respondí con una sonrisa. —¿Qué más te gustaría que creyera?

—No lo sé... —habló Jisung para luego hacer una pausa, estaba pensando qué decir. —Ya no somos niños.

—Nunca pudimos ser niños Jii —le respondí. Jisung formó un pequeño puchero con sus labios y acomodó algunos mechones de mi cabello que tenía sobre mi rostro de manera desordenada.

—Tienes razón, tuvimos que madurar antes de tiempo, tú más que yo.

—Tu sigues teniendo la misma tierna carita. Pero tierno no tienes el vocabulario, ¿Cómo pudiste escribir esa canción llena de malas palabras? Y en inglés —le dije y comenzamos a reír.

—No sé por qué la escribí pero fué muy divertido.

—Ha pasado mucho desde la última vez que te escuché cantar ¿Me podrías deleitar con tu bella voz en este momento? —le pregunté. Jisung dudó un poco y luego habló.

—¿Para qué? Pídele a esa Chou que te cante —me respondió. Se bajó de encima de mi para acostarse a mi lado.

—¡Jisung! Oye, no digas estupideces —le dije mientras le hacía cosquillas.

—¡Para! —gritó Jisung entre risas.

—Lo haré solo si me cantas. —le dije y él asintió así que alejé mis manos de él.

—Lo consideraré —dijo riendo para después escaparse al baño.

—¡Tramposo! —le grité y con una sonrisa fuí cerrando mis ojos poco a poco.

Es sábado y por petición de Jisung justo ahora me encuentro en casa de su madre. Igual no es necesario que él me lo pida, siempre vengo a visitarla, es como una segunda mamá para mí.

El papá de Jisung no se encuentra hoy, está trabajando, según la señora Han él llega en dos días.

—Y cuéntame ¿Cómo te va en la universidad? —me preguntó ella luego de haberme dado un taza de té.

—Me va muy bien, ya me falta menos para al fin graduarme —le dije —Jisung anda pensando qué estudiar, cuando nos vayamos de Gimpo yo comenzaré a trabajar y él irá a la universidad.

—Jisung... ¿Co- cómo está mi niño?

—Él está bien, le va muy bien en su trabajo... El otro día estuvo algo triste porque me dijo que la extraña a usted y al señor Han. —le dije con voz suave, este nunca ha sido un tema fácil desde que Jisung se fué de la casa.

—Gracias por querer y cuidar tanto a mi hijo Minho, la vida nunca me alcanzará para agradecerte —habló ella —Siempre fuiste el único rayo de sol que él tuvo en su vida. Yo... Yo cometí muchos errores pero el más grande fue no haberme ido de este pueblo.

—No se preocupe, todos cometemos errores y si usted decidió quedarse fue por una razón. ¿Por qué no se va ahora? —le pregunté —Salga de este horrendo pueblo, ya no va a tener que ver las caras de todos estos hipócritas y no tendrá que aguantar más malos tratos, además que su esposo ya no estará tan lejos de su trabajo.

—Ya no tiene sentido irme Minho. A pesar de todo lo malo... En estas paredes creció mi pequeño. No podria irme, lo estaría soltando por completo, lo estaría dejando y una madre nunca deja a su hijo —me respondió ella con pequeñas lágrimas bajando por sus mejillas.

Mirarte dos vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora