Cap 52

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—¡Minho cálmate!

—¡¿Cómo puedes pedirme eso?! —le respondí a Jii —Tuvieron que llevarme a la enfermería de la universidad ese día. ¡Yo no podía ver eso! ¿No lo comprendes? Toda esta mierda es demasiado difícil pero eso es caso aparte.
Yo no... ¡Maldita vida de mierda!

—Minho ya —dijo Jisung con voz preocupada acercándose a mí para evitar que siguiera pateando cosas.

—¡Ví como te mataron! ¡Lo ví! Lo ví... —dije y fue como si automáticamente hubiera perdido toda la fuerza de mi cuerpo porque me caí de culo al suelo. Solo pude poner mis manos en mi cabeza y comenzar a llorar. —Cierro mis ojos y eso es lo único que veo.

—Pero eso no tiene importancia ya, yo estoy aquí y no me he ido. Es como si solo me hubieran herido y ya ¿Si?

—Tus gritos, sus risas, la sangre. Yo sé que estás aquí pero... Pero no lo sé Jii. Ahora esos gritos me persiguen a todos lados, como te golpeaban. Son unos mounstros.

Jisung se limpió las lágrimas y se sentó en mis piernas, una a cada lado, y puso su cabeza recostada en mi pecho.

—Eso quedó en el pasado, pronto no será más que un mal recuerdo y ya. Vamos a crear recuerdos mejores y dejaremos a ese en el olvido —habló Jisung —Yo tampoco quería que vieras ese vídeo.

—Ví como mataban al amor de mi vida a golpes... Sigo en shock.

—Todo es tan... Tan mierda. Lleva eso a la policía, hagamos justicia —me dijo Jisung.

—Tengo que hablar con tus padres.

—Eso me da miedo, no quiero que ellos vean ese vídeo, ellos... —Jisung suspiró y volvió a hablar —Será muy fuerte para ellos.

—Lo sé mi ángel, lo sé, pero no les mostraré el vídeo. Pero debo advertirles, de seguro en la corte lo muestran y ellos necesitan estar aunque sea un poco preparados —le respondí.

—Lo sé —dijo Jisung y yo lo abracé.

Ese vídeo no salía de mi cabeza, era lo más horrible que mis ojos han visto.

Ninguna película de terror, ningún caso criminal, ninguna autopsia... Nada, nada se compara a eso.

Mi Jisung pequeño de solo 14 años siendo acorralados por más de seis, con sus manos llenas de bates de beisbol, tubos de metal, botellas de vidrio.

Mi pequeño ángel de solo 14 años tirado en el suelo siendo brutalmente agredido.

Mi pequeña ardillita de 14 años gritando y revolcandose en el suelo pidiendo ayuda. La gente pasando haciendo caso omiso a la situación.

Mi pequeño patas chuecas con su cabeza rota, boca rota, fracturas, en un charco de sangre.

Jamás podré olvidar eso, no me cabe la menor duda.

—Cada segundo que pasa caigo más en cuenta de que no soy la persona indicada para ti mi ángel.

—Que bueno que los encuentro a los dos aquí —les dije al matrimonio Han.

Estábamos en la sala de estar de su casa. Tuve que armarme de valor y decirles que debía de hablarles de algo muy importante referente a Jisung.

—¿Qué nos ibas a decir cariño? —me preguntó la mamá de Jisung. 

—Yo... Yo necesito que se tomen esto con calma, que no se alteren. Sé que puede tomarlos por sorpresa, sé que es algo muy difícil, para mí también lo es —hablé yo y ellos asintieron mientras se daban miradas preocupadas y se acomodaban en sus asientos, como preparandose para lo que les iba a contar. —Estaba en la universidad y fuí a mi casillero, cuando lo abrí dentro había una cámara. En la cámara solo había un vídeo nada más. Por curiosidad me puse a verlo y...

Mirarte dos vecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora