Mirarte dos veces

Cap 39

—No sabes lo mucho que deseé esto —dijo Jisung y luego volvió a besarme.

—Si pude darme cuenta, no te preocupes —le dije luego de que nos separamos y reímos un poco.

—Eres ambicioso —me dijo Jisung.

Yo estaba acostado sobre la manta y Jisung estaba acostado encima de mi.

—¿Por qué? —le pregunté.

—Creí que me pedirías que fuéramos novios, no de inmediato al matrimonio —me respondió Jisung con diversión.

—Ya fuimos novios, solo que no oficiales oficiales.

—Si ajá —dijo Jisung rodando los ojos.

—¿Crees que fuí muy apresurado?

—Entiendo la razón y me parece bien —me respondió Jisung —Ser novios nos quedaba corto la verdad.

—¡Eso es justo lo que yo pensé! ¿Ves? Estamos conectados ¿Sabes qué significa eso?

—¿Qué significa? —dijo Jisung riendo un poco luego de ver mi entusiasmo.

—Que somos almas gemelas, no puedes irte de mi lado, esta prohibido por la vida —le respondí y Jisung asintió.

—En eso tienes razón, no puedo irme de tu lado —me dijo Jisung —Estoy muy feliz, pero a la vez muy nostálgico y melancólico ¿No te pasa?

—Me siento igual, ¡Somos destinados! Wow —le dije y Jisung rió.

—Tonto.

—¿Si me tatúo los brazos los usarás como un collar? —le pregunté. Las palabras de Jisung de esa noche no se me olvidarán jamás. Jisung frunció el seño confundido.

—¿Cómo sabe-

—¡¿Quién está ahí?!

—Mierda. Justo hoy decide no dormir toda la noche —dijo Jisung luego de escuchar la voz del guardia.

—Mueve el culo —le dije mientras tomaba mi bolso. Tomé su mano y comenzamos a correr, debíamos salir de ahí rápido.

♱

—Casi nos atrapa —dijo Jisung cuando entramos al departamento.

—Por tu culpa, te digo que corras rápido y solo te quejas como niño pequeño —le respondí mientras reía y me tiraba al sillón.

—Es que me duelen las piernas —dijo Jisung parado frente a mi con un pequeño puchero.

Él lo sabe, claro que lo sabe. Sabe perfectamente lo que causa en mi y se aprovecha de eso.

—Y también tengo hambre y sueño —siguió diciendo.

—¿Hay algo que no tengas? —le pregunté riendo un poco.

—No lo sé... No tengo un auto.

—Tonto —le dije con una sonrisa. Extendí mis brazos hacia él y entendió lo que le queria decir. Se acostó sobre mi con una gran sonrisa.