Tailandia es el país favorito de su papá, así que él y su mamá le había preparado una sorpresa especial por su cumpleaños. Se lo vió muy feliz en cuanto descubrió a dónde iban en el aeropuerto. Hacía mucho que Yunho no veía a su papá feliz y no pudo dejar de cantar y reír con él. Le gustaba aquello. Aquella felicidad. No quería que su papá estuviera triste nunca más.
Una tarde, mientras paseaban por Bangkok, le dijo a su mamá que quería quedarse a vivir allí con ellos y hablar con los papás de Mingi para que ellos se fueran allí también. Su papá parecía estar de acuerdo y entusiasmado con la idea, pero ella dijo que ya hablarían de aquello más tarde. Cuando decía eso solía significar que su respuesta a la iniciativa era negativa, que tampoco hablarían más tarde realmente pero que no quería ser desconsiderada con ellos. Yunho bajó la cabeza con un puchero.
Le gustaba la ciudad aunque no entendiera nada de lo que decían por la calle, pero sobre todo quería ver a su papá tan feliz como aquellos días. No quería volver a casa y que volviera a estar triste. No le gustaba eso. Prefería a su padre alegre mil veces.
Sus ojos repararon entonces en una mariposa que se había parado junto a sus pies. Se detuvo de golpe para no pisarla y se acuclilló con la intención de observar su belleza. Pero esta volvió a alzar el vuelo y él la siguió divertido. Era muy bonita, quería poder verla más. Sin embargo no pudo hacer eso puesto que la mariposa voló alto hasta pasar por encima de una gran verja y alejarse por el otro lado. Yunho se agarró a los barrotes triste llamando a la mariposa.
Al otro lado de la verja había una casa gris en medio de un jardín lleno de flores. Era un lugar muy, muy extraño. ¿Por qué una linda mariposa se metería allí? Había una niña que parecía no ser mucho más mayor que él sentada en el camino que conducía a la casa, observando las flores. Al escuchar la voz de Yunho se giró a mirarlo curiosa. Frunció el ceño sin entender lo que decía. En ese momento, una mariposa se posó sobre su hombro. La miró con una sonrisa. Era muy bonita. Puso un dedo para que se subiera sobre este y, sorprendentemente, la mariposa lo hizo.
La voz del niño al otro lado de la verja comenzó a dirigirse hacia ella, que le miró extrañada. Cuando Yunho señaló la mariposa entendió lo que quería y se acercó a él lentamente y con cuidado para que el pequeño insecto no echara a volar. Luego, ambos niños se quedaron observando la mariposa con asombro hasta que esta volvió a alzar el vuelo y se perdió en el cielo.
Cuando sus mamá le dijo que tenían que irse, Yunho se negó. Quería conocer a aquella niña aunque no entendiera lo que dijera. Le causaba curiosidad y quería pasar más tiempo con ella. Le parecía asombroso que hubiera podido tener la mariposa en su dedo. Ella tampoco quería que se fuera, porque entonces tendría que volver al infierno dentro de la casa gris. No quería eso. Quería seguir riendo con aquel extraño niño.
Ninguno sabía que, al final, pasarían muchísimo más tiempo juntos, que se llegarían a poder ver prácticamente las 24 horas del día.
Un fuerte golpe, provocado por abrirse la puerta con mucha fuerza y muy rápidamente, lo sobresaltó mientras se encontraba tumbado bocabajo en la cama. Abrió los ojos asustado y miró en dirección a la puerta de su habitación para ver a su hermana mirándolo con los brazos cruzados, muy seria. Aquello no auguraba nada bueno.
- ¡Hey! Buenos días, noona - dijo con una sonrisa.
- Yunho, ¿sabes qué hora es?
- ¿La hora del desayuno? ¡Que hambre! Ya estoy deseando comer algo - dijo mientras se levantaba y salía de la habitación alegremente, pero ella lo cogió del cuello de la camisa deteniéndolo.
- Jeong Yunho.
- Nicha Yontararak, mi querida y adorada noona.
- ¡Qué no me llames por mi nombre de nacimiento! - le dio una patada en la espalda haciendo que cayera al suelo. Dio vueltas por este, dolorido, aunque exagerando su dolor con fuertes gritos. - ¿Quieres otra patada?
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My Precious Treasure: Why so shy? [YUNSANG]
Hayran KurguLa soledad es una palabra que esconde tanto significado, tantas sensaciones, tanta necesidad. Quien se siente a gusto con la soledad es porque no siempre está solo. Yunho lo sabía, conocía el significado de soledad y también el de la amistad. No iba...