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Era la hora del descansó, el resto de las clases me la pasé evitando a Damián, aún estaba molesta con el... No entendía muy bien que estaba pasando pero me molestaba está situación.

Al salir de mi clase busque a any y a emily.

Al encontrarlas me acerque.

Sonreí.

- bien... En qué estábamos cuando llegó Damián?- pregunté.

- decías que tuviste problemas algo turbios...- hablo any.

- ah... Si... Bueno, en realidad quiero arreglar las cosas con ustedes, por eso les diré...- hable

- te escuchamos- hablo emily.

- alguna vez les conté quienes eran mis padres biológicos?-

Negaron.

- en conclusión, eran criminales altamente peligrosos... Ellos comenzaron a buscarme y supieron de mi padre, y bueno... mi padre decidió mandarme lejos, en lo que las cosas se calmaban... Por seguridad di de baja mi anterior número telefónico, lo siento- le dije mientras fruncía un poco los labios.

Bien se que es mentira... Pero tiene algo de verdad, además las mentiras aveces son algo necesarias...

- supongo que tuviste tus razones- hablo emily con una ligera sonrisa.

- y que te sucedió?- pregunto any mientras señalaba a su mejilla.

Aún tenía la gasa en este, pues las puntadas aún eran muy evidentes.

- tuve un accidente automovilístico hace un par de semanas- hablé.

Con simpleza...

- por suerte estás bien- hablo any.

Sonreí, bueno, ojalá todo fuera tan fácil.

(...)

Llegamos a la mansión... A decir verdad este primer día de clases fue muy intenso para mí...

Me fui a mi habitación a cambiarme el uniforme y después busque algo para comer.

Al llegar a la cocina Alfred estaba ahí.

- hola alf- le dije mientras me sentaba en un banquito que había ahí.

- que tal su regreso a la academia?- pregunto

- bueno, creo que ya me hacía falta tener una parte de mi vida relativamente normal-

- lo mismo creo yo, usted merece eso y mas- hablo

Sonreí por su comentario.

- y mi padre?- pregunté.

- en el edificio wayne- hablo.

- un hombre muy ocupado- hable.

- si, lo es- respondió mientras picaba un par de verduras.

Regrese a mi habitación, y me quedé ahí un buen rato... Entonces decidí ir a la habitación de Damián.

Toque y el Dió el permiso de pasar.

- pensé que seguirías enojada- hablo desde la silla de su escritorio.

-si, aún lo estoy- respondí.

- bien, estoy dispuesto a perdonarte- hablo arqueando la ceja derecha.

- perdonarme?- pregunté con una sonrisa asomándose en mis labios.

- a qué has venido si no es a pedirme perdón?+ Pregunto levantándose de su silla.

UN AMOR DISTANTE (DAMIAN WAYNE Y TU) [EN EDICION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora