Capitulo 4 "Mi nueva manía"

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La ropa volaba en la cabaña Reche. Los jeans, las blusas, todo. Si algo compartían las dos hermanas eran sus indecisiones en cuánto que ponerse. Siempre tenían el mismo problema. Nunca estaban conformes con lo que se probaba.

Los espejos estaban casi gastados en aquella cabaña debido a las veces que Alba y Marina se habían mirado en ellos. Ninguna se decidía y cada vez que se topaban por los pasillos se decían "El gen Reche".

-Ay, esto me queda mal- decía Marina mirándose en el espejo.

-A mí esto me queda fatal- dijo Alba a su lado, probándose un vestido negro- ¿No me puedes prestar nada?-

-Alba, lo mío te queda gigante-

-Es cierto. Se me había olvidado que eres gordita- dijo Alba para picarla 

-No soy gorda...soy un poco ancha de caderas- refunfuñó Marina.

Tras varios vestidos y jeans, ambas salieron del cuarto de vuelta al gran espejo que estaba en el pasillo. Y por primera vez se detuvieron para mirarse.

-Estas...- dijo Marina mirando a su hermana.

-Perfectas- dijo mirándola

-Este- dijeron ambas al ver lo bien que les quedaba el conjunto que llevaban.

Finalmente llegó la hora, pero las chicas aún se estaban maquillando cuando sonó el timbre.

-Mierda- murmuró Alba al oír el timbre. Sabía que era Natalia y ella aún no estaba lista- ¡Marina, abre!- le gritó a su hermana la cual estaba en la habitación continua.

-¡Abre tú que estoy complicada!- gritó Marina, y por su grito Alba supo que todavía se estaba terminando de vestir.

-Mierda, mierda, y mierda- murmuró bajando las escaleras.

Pudo notar la silueta de la morada detrás de la puerta, lo que confirmó sus sospechas. Trató de demorarse un poco, no quería parecer estar desesperada de verdad.

Finalmente lo hizo, para encontrarse con la imagen más hermosa que había visto en su vida. Exactamente lo mismo pensó Natalia quien estaba embobada viendo lo bien que le quedaba ese vestido blanco a la rubia.

Ella sin embargo, llevaba unos jeans rotos de color azul oscuro y un top color negro, el cual cubría con una camisa azul de cuadros, que solo se encargaba de cubrir sus hombros, pues su perfecto abdomen se veía a la perfección.

-Apa- exclamó la morena mirando de arriba abajo a Alba, la cual estaba roja por la insistente mirada de la chica-Estás hermosa- dijo una vez sus ojos coincidieron con los suyos.

-Tú también- sus miradas hicieron conexión que ya se había hecho algo habitual entre ellas-Pasa- dijo Alba echándose a un lado, para que la chica entrara a la cabaña.

 Natalia se apoyó en el sofá blanco que había en el salón, desde donde se quedó observando a Alba por un buen rato.

-Marina, aún se está vistiendo y a mí todavía me falta terminar el maquillaje- dijo Alba, entonces Natalia se percató del labial que llevaba en mano.

-¿Te ayudo?- dijo señalándolo 

-¿Qué?- confundida.

-¿Qué si te ayudo?- dijo acercándose a ella y dándole a entender lo que quería.

-¿A pintarme?- Alba estaba nerviosa ante su cercanía y la chica solo asintió, tomando el labial de sus manos.

Alba estaba inmóvil viendo como se acercaba a su boca con el labial.

Be my summer / AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora