Cinco días después...
Feliz...¿Quién ha sido realmente feliz en su vida? ¿Cómo uno se percata de que está en un apuro estado de felicidad? ¿Qué es lo que da la felicidad? ¿El amor? Quizás...
Si le preguntaran no sabría bien como explicarlo, pero Natalia Lacunza se sentía feliz. Por primera vez en muchos años su felicidad había logrado sacar de sus pensamientos sus miedos y sus pensamientos oscuros. Por un momento olvidó lo que azotaba realmente en su vida.
El sol comenzó a cubrir con un velo dorado todo el lugar, el rocío comenzó a esparcirse entre las flores, mientras que una desnuda Natalia Lacunza observaba hipnotizada a la chica que dormía plácidamente a su lado.
Ya se había acostumbrado a que en cada mañana fuera lo mismo. Se despertaba primero, luego de una larga noche con su amada, y se quedaba ahí...observándola, apreciando cada rasgo de su rostro.
Era tan hermosa...Y se veía tan tierna durmiendo que el simple hecho de tener que despertarla le hacía añicos el corazón a Nat.
Dejó que sus largos dedos deambularan por el rostro angelical de su Alba, la cual al sentir su tacto comenzó a hacer los gestos más graciosos del mundo, pero que para Natalia eran arte puro.
-Hora de levantarse, dormilona- susurró la morena en su oído, para luego comenzar a dejar leves besos n su rostro.
Ante el acto de sus labios una sonrisa se fue dibujando en el rostro de la rubia, amaba estos despertares a su lado, al lado de su amor.
-Deseo que esto sea siempre así- dijo con voz adormilada.
-¿El qué?- preguntó Nat con una sonrisa apartando los mechones rebeldes que cubrían su cara.
-Esto...vos y yo...así siempre- dijo Alba aferrándose a su cuerpo en un tierno abrazo.
La cara de Natalia se transformó para siempre. Cada vez que Alba hablaba de esta forma su corazón se estrujaba cada vez más. Obvio que también quería ese "para siempre", pero...el maldito destino no la dejaba dárselo.
-Nat...- dijo Alba llamando su atención.
-¿Qué?-
-Nada, que te quedaste en tu mundo. ¿Estas bien?- dijo acomodándose en la cama para mirarla mejor.
Nat le sonrió como pudo y le dejó un tierno beso en la mejilla, para tratar de alejar sus dudas.
-Obvio que estoy bien. Es solo que me quedé pensando en eso que dijiste-
-¿Y?- emocionada.
-Y...yo también lo quiero- dijo atrayéndola hacia su cuerpo y subiéndola sobre sí- Lo deseo mucho...deseo formar una vida con vos, Albi-
-¿En serio?-
-Muy en serio. Te imagino como la madre de mis hijos ¿Sabes?- dijo Nat con una sonrisa, dejándose llevar por sus deseos.
Alba abrió los ojos sorprendida y sin palabras ante la declaración de su chica ¿Hijos? Obvio que había pensado en eso, pero nunca se imaginó que Natalia se lo soltara tan rápido. Después de todo, no hacia ni un mes que se conocían...pero aún así su amor era más fuerte que el de parejas de años. Porque sí, porque sin saberlo se amaban cada día...con una intensidad como si ese día pudiera ser el último.
-¿Qué pasó? Me adelante mucho ¿No?- dijo Nat asustada por su reacción.
-No, no, es solo que...no lo vi venir- dijo Alba aún tratando de asímilarlo.
-Lo dije por decirlo, Albi. No quiero que ahora vos...no te asustes, por fa- dijo Nat haciendo puchero.
-¡No, no!- dijo rápidamente- Yo estaría encantada de formar una familia con vos. Te amo y sí...puede parecer precipitado para hablar de niños pero sí. Yo no puedo ver a otra persona como madre de mis hijos- dijo Alba feliz.
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Be my summer / Albalia
FanficHay momentos en que los problemas entran en nuestras vidas y no podemos hacer nada para evitarlos. Pero están ahí por una razón. Solo cuando los hemos superado entenderemos por qué estaban allí. Dos chicas, un verano y mucho amor. Será este verano...