Capitulo 19 "Día 5: Perdón"

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La tarde noche de ese maravilloso quinto día iba llegando, y las chicas iban embobadas una con la otra hacia sus casas. Natalia no dejaba de mirar a Alba, la cual sonreía ante sus acciones.

Sus manos se tocaban a cada rato, deseosas del contacto, pero ninguna de las dos avanzaba por temor a dar un paso en falso. Entre miradas, risas, rubores y conversaciones verdaderamente amorosas llegaron frente a La Reche.

Alba no deseaba entrar, lo que realmente quería era pasar la noche...la vida junto a Natalia, la cual parecía tener el mismo deseo. A pesar de estar a centímetros de la entrada ambas prologaban el momento sin querer separarse.

-Bueno...- dijo Nat encogiéndose de hombros ante el hecho evidente.

-Bueno...- Alba repitió su acción- Hasta aquí-

-Sí- dijo Nat sonriendo tímida.

-No puedo creer lo rápido que pasa el tiempo cuando estoy con vos- confesó la rubia ganándose una mirada de llena de brillo por parte de la morena.

-El tiempo y yo...viejos rivales- bromeó Nat haciéndola reír.

-Creo que debo entrar- dijo Alba dando pasos hacia su porche, pero una sonrisa pícara se apoderó de su rostro al sentir la mano de Natalia retenerla.

La morena llena de picardía fue acercándola de a poco a su cuerpo, hasta quedar a unos escasos centímetros de su boca. Alba respiraba agitada, y tras dejar de mirar aquellos perfectos labios miró directamente a sus ojos, los cuales estaban completamente oscuros.

-¿No se te olvida algo?- susurró con una voz llena de provocación muy cerca de los labios de la rubia.

Alba rió divertida y coqueta- No ¿El qué?- se hizo la desentendida con la intención de jugar con los deseos de Natalia.

-Esto- dijo Nat y atrapó sus labios de una vez.

Fue un beso fuerte, de esos que te hacen temblar las piernas, y efectivamente esto sucedió cuando su lengua entró en la boca de Alba. La rubia gemía bajo sus labios, le parecía increíble cómo Natalia tenía tanta habilidad en dar un beso. Sus zonas más íntimas se calentaron al pensar que si era tan buena haciendo algo como dar un simple beso, cómo sería en cosas más calientes.

Poco a poco se fueron separando por la falta de aire, y Nat tenía una hermosa sonrisa en su rostro.

-Dios, nunca me cansare de hacer esto- dijo volviendo a dejar un pequeño beso en sus labios- Sos perfecta-

-¿Yo?- Alba frunció el ceño- Nat, ¿Vos no te has visto a un espejo? ¿No? Sos una bomba-

-Lo sé- dijo la morena haciéndole una mueca.

-Ah, que ego- rió Albi pero Nat volvió a tapar su sonrisa con un beso.

-Sí cada vez que sonrió me das un beso, voy a sonreír toda la vida- dijo Alba haciéndola ruborizarse.

-Pues entonces- beso- te voy- beso- a besar- beso- toda la vida- y beso nuevamente.

Ambas parecían dos tortolitas agarradas sin querer soltarse, aunque sabían que debían hacerlo.

-No me quiero separar de vos- protestó Nat con voz de bebita.

-Yo tampoco- acariciando su mejilla.

-Entonces...sé me ocurre una cosita...- dijo Nat con esa sonrisa traviesa que ya la definía.

-¿El qué?-

-¿Por qué no venís a dormir a casa?- soltó de una y los ojos de Alba se abrieron de golpe, lo que hizo que la morena se arrepintiera rápidamente de su propuesta.

Be my summer / AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora