Capitulo 44 "Di que sí, por favor"

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¿Hay algún límite para la velocidad con la que late el corazón? Ya saben, como el limite de velocidad, que si te pasas te ponen una multa, pero si lo hubiera para el corazón, sin duda Natalia Lacunza ya estaría arrestada por exceso de velocidad.

Su corazón latía tan rápido que podía jurar que su pecho temblaba. Nunca había sentido tantos nervios en su vida. Ni cuando se graduó, ni cuando abrió su primera discografía, ni incluso en aquella sala de hospital cuando esperaba los resultados de aquel maldito examen.

Todo tenía que salir perfecto, por lo que compró una rosa blanca, la más hermosa de todas, una que con solo mirarla podía dejar deslumbrada a cualquier princesa. Porque sí, puede que sonara antiguo, pero Alba era una princesa...su princesa.

Nat siempre fue una romántica empedernida, al menos la antigua Nat, pues la nueva de hace cinco años era un tanto arisca, odiaba el compromiso y nunca se imaginó poder enamorarse de esa manera. Pero ahora...ahora...

Era la hora de dejar salir a la verdadera Natalia, a la que estuvo oculta tras una inmensa pared de temores durante estos años. Era hora de sacarla de sus adentros y mostrársela a Alba, debido a que esta Natalia y solo esta Natalia sería la que iluminará las mañanas de Alba cada día.

Sabía que era una locura, y que la posibilidad de ser rechazada estaba en el aire, pero algo le decía que hacia lo correcto ¿Qué más da si hace poco se conocen? No importa el tiempo cuando el amor es puro.

Preparó todo con cuidado. Escribió la nota lo más perfecto que pudo y la dejó en el lugar justo. Los nervios la hicieron tocar aquel portón demasiado fuerte, por lo que corrió a esconderse lo más rápido que pudo. No muy lejos, ni muy cerca...

Se ocultó debajo del porche de las Reche, desde donde gracias a los agujeros de las escaleras podía ver bien la escena.

Salió Alba, leyó la nota y...

El ver aquella esplendida sonrisa dibujada en el rostro de su chica al leer su nota hizo que su alma bailara de felicidad. ¿Eso sería un sí? No lo sabía aún, pero sabía que era momento de salir de su escondite. 

Se aferró como sí fuera su escudo a la rosa y se mostró ante la rubia. La cual la miraba con la boca abierta y los ojos cubiertos de lágrimas, pero no lágrimas de tristeza, no...eran de esas que solo salen cuando tienes repleta el alma.

Caminó a pasos lentos hasta quedar frente a frente a las chicas. Sus miradas no se habían desconectado ni un solo segundo ¿Y cómo hacerlo en un momento como este? Un momento que sea cual sea el resultado sería el más importante de su vida. Era el momento en que dejaba su alma hablar.

-Nat...- susurró Alba pues no podía decir nada más. Su garganta estaba ahogada.

-Albi, sé que es una locura. Lo sé pero...¿Quieres ser mi vida entera? ¿Ser más que mi verano?- el gritito de emoción de Marina la hizo reír.

-Perdón, perdón. No quise arruinar el momento- dijo la rubia tratando de calmarse- Idiota, di algo- dijo dándole a su hermana en el hombro.

Nat la miraba directamente a su alma, suplicándole aquel esperado "Sí".

Alba la miraba. Sus ojos alternaban entre la nota y el cuerpo de Natalia quien temblaba ante ella.

-Alba, yo te amo ¿Sabes? Te amo como nunca amé a nadie y no me importa lo que contestes, te seguiré amando ¿Okay?- dijo acercándose y dándole la rosa, la cual la rubia tomó en sus manos aún un poco ida- Sé que hace solo un mes que nos conocemos y que...- 

-Pellízcame- aquella palabra salió de la boca de Alba dejando a Nat totalmente fuera de juego

-¿Eh?-  confundida.

-Pellízcame-

-No te entiendo, Alba-

-Pellízcame porque debo de estar soñando- dijo la rubia antes de lazarse sobre Nat y besarla con todo lo que tenía.

Este beso tomó por sorpresa a la morena, a la cual le costó un poco procesar la información ¿Le había dicho que sí? Aún totalmente confundida le correspondió el beso, sintiendo como su alma se mezclaba con el de Alba.

El beso se hizo bastante prolongado, tanto que le permitió a Natalia alzar a Alba por sus muslos y enredar sus piernas en sus caderas, para así, tenerla completamente pegada a su cuerpo.

El aire desapareció de a poco de sus pulmones y se tuvieron que separar, dejando sus frentes pegadas una con la otra.

-¿Eso es un sí? ¿O un no?-  la voz de Marina las sacó de su nube.

-¡Marina!- ambas le gritaron haciendo a la rubia saltar.

-Perdón, perdón- dijo entrando a la casa, pero pasando a la ventana para no dejar de mirar

-Es una cotilla- rió Alba.

-Sí, lo es. Pero tiene razón en algo- dijo Nat risueña.

-¿En qué?-                                    

-En qué aún no me has contestado ¿Qué dices, Reche? ¿Serías mi vida?- dijo Nat juguetona, ya estaba más que clara su respuesta.

-No sé, dímelo tu-     

-Espera- dijo bajándose de las manos de la chica.

-¿A donde vas?-  preguntó Nat desconcertada al ver como  la rubia corría hacia el césped que cubría los alrededores de "La Reche"- ¿Qué haces?-  

Alba rió y comenzó a gritar.

-¡SÍ! ¡SÍ! ¡ACEPTO SER TU VIDA, NATALIA LACUNZA!-

Nat corrió a su lado muerta de risa y del amor, la tomó de la cintura y le dejó un pequeño beso.

-Creo que lo mío es contagioso ¿Sabes?-  dijo Nat risueña.

-¿El qué?- 

-La locura-

-Puede ser, pero es la locura más hermosa de toda mi vida- dijo Alba dándole otro beso.

Este fue un poco más lento y pausado, pero fue roto por Natalia la cual...

-¡ALBA RECHE VA A SER MI MUJER!-  

-¡VOY A SER LA MUJER DE NATALIA LACUNZA! 

-¡TE AMO!-

-¡TE AMO!-                  

A que es muy tierno ¿No? Son unos solcitos 💙

Bueno, espero que les vaya gustando 💙

Les deseo muchas buenas vibras y les mando muchos cariños 💙

Be my summer / AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora