Alba Martinez Reche siempre fue una chica de bien, alguien que nunca rompía las reglas. Ni cuando era adolescente fue rebelde.
De chica se pasaba el día en casa o si no en la sala de arte, no tenía casi amigos, excepto a su hermana, pero ella no contaba...Nunca fue más allá...nunca perdió el control...hasta que llegó una persona a su vida.
Esa persona que fue como un incentivo que hizo click y sacó a la verdadera Alba Reche. A esa Alba que ama, que se arriesga, que se libera, que siente...que se entrega por completo.
Porque sí, eso había sido Natalia en la vida de Alba. Un interruptor...un impulso...una fuerza que la hizo desear la libertad...que la hizo amar de verdad.
Sí hace dos años atrás le hubieran dicho a Alba que estaría haciendo esto ella no lo creería, pero ahora la cosa era diferente...totalmente diferente.
Las risas reinaban en aquel pequeño cuartito de limpieza del hospital, donde dos chicas completamente locas se escondían de las enfermeras.
Sabían que era peligroso, más en el estado de la morena, pero también sabían que debían hacerlo...que era su única oportunidad de ser libres.
-¿Ya se habrán dado cuenta?- preguntó Alba mirando por la rendija de la puerta, mientras Natalia se cambiaba de ropa.
-Seguramente...pero bueno- dijo Nat encogiéndose de hombros terminándose de poner el pantalón.
-Somos una prófugas- dijo Alba mirando como las enfermeras caminaban de una pasillo a otro.
-Sí, pero lo hacemos por una buena causa- esto último lo dijo en un susurro muy cerca de su oído, mordiendo el lóbulo de forma lenta.
Alba cerró los ojos ante esta sensación y se aferró con fuerza a la puerta, al sentir aquella delicadas manos envolver su cintura con una clara intención.
-Natalia...- su quejido salió demasiado lento.
-Puede que esté totalmente chiflada de la cabeza, pero me están dando unas ganas incontrolables de hacerte el amor en este lugar- dijo mordiendo su cuello justo en donde el pulso y Alba no hizo más que soltar un suave gemido.
La cosa iba a ir a más, hasta que una voz las hizo alejarse.
-¿Cómo que no está?- decía una voz que Nat reconoció rápidamente desde el otro lado de la puerta.
-Es lo que le dije, hace unos minutos que la enfermera las vio en la habitación y...- decía la doctora confundida y nerviosa.
-¿Ese es?- susurró Alba.
-Sí, es Santi- dijo Natalia acercándose para oír mejor- ¿Vos le avisaste?-
-No, no tenía forma de contactarlo- dijo Alba tratando de oír más- ¿Miki?-
-No lo creo, no se conocen- dijo Nat.
-¿Cómo que no está?- esa voz, Natalia la reconocería hasta el fin de los tiempos.
Al oírla se alejó un poco de la puerta y su mirada se apago, perdiéndose en recuerdos. Hace años que no la oía fuera de su cabeza, pero seguía grabada en su ser...¿Y cómo no hacerlo? Si era la voz que llevaba oyendo desde que nació.
-Calma, María- esta vez fue la voz de un hombre.
-¿Cómo quieres que me calme? Mi pequeña- lloraba la señora.
Natalia se alejó de la puerta sin querer oír más...sentía un gran nudo en su pecho...se sentía una basura de persona por no ser capaz de darle la cara a las dos personas que le habían dado la vida.
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Be my summer / Albalia
FanfictionHay momentos en que los problemas entran en nuestras vidas y no podemos hacer nada para evitarlos. Pero están ahí por una razón. Solo cuando los hemos superado entenderemos por qué estaban allí. Dos chicas, un verano y mucho amor. Será este verano...