Be my summer / Albalia

Capitulo 9 "Día 1: Salta"

Los ojos de Natalia estaban húmedos de la emoción. Era la primera vez en su vida que se sentía así: tan frágil, tan expuesta ante alguien. Sin duda Alba la había sorprendido, no se lo había visto venir. Trataba de hablar, pero las palabras no salían de su boca y sus pies se habían clavado en el verde césped. 

Mientras la rubia la seguía mirando con esa inocente sonrisa que solo ella podía poner. Ambas estaban emocionadas, se notaba en sus miradas. Natalia por el hecho de ser aceptada, y Alba por el hecho de que había aceptado cometer una de las locuras más grandes que había hecho en su vida...para no decir que la única.

-¿Aceptaste?- estas palabras salieron de la boca de la morena con un tono roto, débil. No se lo creía.

Se acercó de a poco, llena de una timidez rara ella hacia el muelle donde se encontraba Alba. Estaba hermosa, llevaba el pelo suelto y vestido de color crema que la hacía lucir con una pequeña princesa. 

-No del todo- dijo acercándose.

-¿Pero viniste?- 

-Considéralo como un tal vez- le dijo Alba sonriéndole.

-Para mí eso es suficiente- dijo Nat llegando finalmente a dónde estaba. Quedando frente a frente a esta hermosa chica- Te confieso que pensé que no vendrías-

-Yo también lo pensé- confesó Alba mirando el suelo.

-¿Y qué te hizo cambiar de opinión?- dijo casi en un susurro. Esa voz ronca con un poco de suavidad, hacía que el cuerpo de Alba se estremeciera por completo.

Tomó aire para contestar, sabía lo que podía significar su respuesta, pero no le importaba. Necesitaba ser sincera.

-El hecho de saber que no te volvería a ver-

Nat rió por lo bajo y luego volvió a establecer el contacto visual.

-Creo que no hubiera sido capaz de rendirme- confesó.

-O sea, ¿Qué no hubieras cumplido tu promesa?- dijo Alba con un tono burlón que sorprendió a la morena.

-No hubiera podido-

-Yo tampoco-

Sus miradas se quedaron más que conectadas, ambas sentían sus mejillas ruborizarse de una forma que nunca antes lo habían hecho. El corazón de Alba palpitaba a mil y parecía que se perdía en el marrón café de aquellos ojos cada vez más. El silencio ya había sido extenso, por lo que para calmar la situación decidió hablar.

-No te niego que me parece una completa locura- dijo la rubia.

-Lo sé...

-Por eso necesito saber algunas cosas de vos, antes de aceptar...¿Lo entiendes?- dijo Alba.

La morena la miró por un segundo y sin decir nada más se sentó en unos de los bancos de madera que adornaban el puente.

-Adelante. Soy toda tuya- dijo indicando el espacio que había a su lado. Alba tomó esto como una invitación a sentarse, y cuando lo hizo se arrepintió de inmediato. Estaba más que cerca de la morena, casi podía sentir su respiración chocar contra su rostro.

-¿Qué quieres saber?- dijo la morena haciéndola volver en sí.

-Por ejemplo, ¿Por qué haces esto? ¿Tiene algún motivo en especial o...?- dijo Alba tratando de descifrarla.

La sonrisa que había en su rostro de inmediato se desvaneció. No quería contestarle. Sabía muy bien que Alba no estaba lista para saber toda la historia. Sabía que si supiera sus verdaderos motivos saldría corriendo. Natalia miró al suelo tratando de ocultar lo que pasaba, pero estaba claro que la rubia había notado su agobio.