Rabia...ese era el sentimiento que pasaba por cada centímetro del cuerpo de Natalia Lacunza en estos momentos. Se moría de odio y rabia, no con Alba, no. Odiar a la rubia era algo realmente imposible para Natalia. Se odiaba a ella y solo a ella, era tan ilusa por pensar que que tenía una oportunidad de ser feliz aunque fuera por muy poco tiempo...
¿Felicidad? ¿Para ella? Ella a la cual la vida la odiaba tanto que le había mandado un maldito invasor a acabar con su tiempo.
¿Por qué se dejó llevar? ¿Por qué se enamoró? Todo era tan simple antes, sin preocupaciones, sin dolores por amor...cada mañana una chica distinta, fiestas y ya. No necesitaba más nada.
No, pero no, tuvo que enamorarse, y para el colmo de Alba. Alguien tan diferente y a la vez tan parecida a su persona.
¿Irse a Madrid? Aún no creía que se lo había pedido, le habría encantado aceptar, si no estuviera pasando por lo que esta pasando.
No supo cómo, pero sus piernas la llevaron a la orilla del río. Miró aquel lugar que tantas veces había mirado en los últimos años.
-¡¿POR QUÉ?! ¿EH? ¡¿POR QUÉ MIERDA ME PASÓ ESTO AHORA?!- gritó llena de rabia sin importar que alguien la escuchara.
Tomó un montón de piedras y comenzó a lanzarlas al río llena de bronca. Quería destrozar todo a su paso. Quería que todos sintieran su dolor, el dolor de ver irse al amor de su vida.
-Creo que tengo algo mejor para descargar esa ira, Natinat- la voz de un chico la hizo sobresaltarse.
Se giró y vio como su mejor amigo se acercaba con un pack de cervezas. Típico de él, eran solo las 9 de la mañana y ya estaba bebiendo como un loco. Rodó los ojos al notar la sonrisa en su cara, y volvió a fijar su atención en el río.
No estaba para nadie en esos momentos, y menos para Miki y sus chistes tontos.
-Miki, vete a la mierda- dijo furiosa arrojando otra piedra al río.
-Ey, ey, ¿Qué pasó, Nat? ¿Y ese genio? ¿No tuviste una buena noche?- dijo sin perder el humor.
Natalia bufó y se dispuso a irse, pero este la detuvo ahora sí preocupado. No era costumbre ver a su amiga de tan mal humor.
-Ey, no, Natinat, es en serio ¿Qué te pasa?- dijo mirándola preocupado.
Ella lo miró pensando en si se lo decía o no, pero finalmente suspiró rindiéndose.
-Alba se va- dijo apagada.
-Ah, eso...¿Y? Como todas- dijo Miki sin entender, pero la mirada de Nat lo hizo comprender rápidamente- No es como todas, ¿No?-
-Obvio que no...la amo, Miki. Me enamoré, me enamoré perdidamente como una tonta- dijo arrepentida.
Miki la miró por unos segundos, le mataba ver a su amiga así, pero a la vez le ponía feliz el hecho de que se haya enamorado por fin después de largos años.
-¿Y se va? ¿Te lo dijo?-
-No me lo dijo en palabras, pero tampoco lo negó- dijo molesta- ¿No es muy temprano para tomar?- dijo al ver las cervezas.
-Que va. Toma una- dijo dándole una de las latas.
Nat la tomó y comenzó a beber, tratando de que el alcohol apaciguara su dolor.
-Era claro que se iba a ir, Nati. Tiene una vida allá ¿Qué esperabas? ¿Qué se quedara?- dijo Miki sentándose en una de las piedras que estaba en la orilla, mientras que Nat imitaba su acción pero en el pasto.
-No, bueno no sé. Sinceramente no pensé en eso- resopló molesta- No quiero que se vaya, Miki. No quiero que sea solo un verano ¿Entiendes?-
-¿Y por qué no te vas con ella?-
ESTÁS LEYENDO
Be my summer / Albalia
FanfictionHay momentos en que los problemas entran en nuestras vidas y no podemos hacer nada para evitarlos. Pero están ahí por una razón. Solo cuando los hemos superado entenderemos por qué estaban allí. Dos chicas, un verano y mucho amor. Será este verano...