━━━━ 𝑬𝑿𝑪𝑯𝑨𝑵𝑮𝑬
❝ Lo logré, me dieron el intercambio❞.
Donde Emma logra después
de mucho esfuerzo y
pesadillas un intercambio
a la UCLA en Estados Unidos.
O
Donde Emma gracias a un
intercambio conoce a amigos
increíbles, f...
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"Es casi ley, que los amores eternos sean breves" William Shakespeare, Romeo y Julieta.
El libro se encontraba entre mis piernas, mi mente concentrada en leer el antiguo libro reconocido por todo el mundo.
Los lentes se caían eventualmente provocando que los subiera a cada momento, mis piernas se cruzaban con las largas de Liv quien estaba acostada a mi lado revisando su laptop.
Un silencio cómodo consumía la habitación hasta que Liv suelta un jadeo repentino, me acomodo los lentes y me giró a observar a la chica de linda sonrisa.
— ¿Que pasa? — pregunte devolviendo mi vista al libro.
— No se que elegir — se quejó.
— ¿Que tienes que elegir?
— Disfrazes.
— ¿Para que? — pregunté confundida frunciendo mi ceño.
— Para la fiesta del sábado Emma.
— Oh si — arrugue mi nariz — la fiesta.
— Si, es halloween al fin.
— Odio halloween — hablé sincera cerrando el libro.
— ¿Que?
— Que odio hallowen, es tedioso Liv, para niños pequeños que quieren dulces.
— ¡Retráctate! — gritó apuntándome con su dedo.
— Jamás — me saque los lentes.
— Es genial Emma y ya se que ocuparemos — hablo emocionada dejando la laptop de lado.
— ¿Ocuparemos? — me levante de la cama caminando a la pequeña librería para dejar el libro.
— Si, ocuparemos.
— No, claro que no Olivia — analicé mi pequeña librería repleta de libros buscando uno más actual para leer.
— Si, vamos ¿si? es nuestras primera vez juntas en hallowen, será increíble — bufé escuchando su tono de voz alegre.
— Olivia...
— ¿Puedes Emma? ¿por mi? — preguntó suavemente con una voz aparentemente triste, suspiré apoyando mi cabeza en la librería.
— Está bien — afirme girándome a ver a Liv quien sonreía enormemente, se levantó rápidamente lanzándose a mi brazos riendo.
— Eres la mejor Emma y mi idea de disfraces es mucho mejor.
— Okey, okey ¿que tienes en mente? — pregunte separándome del fuerte agarre de la chica, Liv se separó a paso rápido y se sentó en la cama nuevamente.
— ¿Qué tal m&m? — preguntó emocionada revisando una lista escrita en su libreta d ecanxiones.
Fruncí mi ceño — mmmm, no — me senté en el pequeño sofá individual a un lado de la cama.
