EXCHANGE, Joshua Bassett

Capítulo 56

Reí divertida colgando el pesado bolso sobre mi hombro mientras miraba fijamente a mi amiga que terminaba de arreglarse su maquillaje frente al extenso espejo de los cambiadores.

Ladee mi cabeza curiosa al verla aplicarse brillo labial — ¿verás a Alex?

— ¿Porque lo dices? — preguntó concentrada en su labor de cubrir sus labios de brillos.

— Tu no eres mucho de eso — le indico con un movimiento de cabeza el bolso repleto de maquillaje que se encontraba sobre el lavabo.

Kelly sonrío a su reflejo mientras que sus mejillas se tornaban de un suave rojo carmesí, mordió su labio y me miro de reojo a través del espejo — tendremos un cita.

— ¡No puede ser! — grite tanto impresionada como emocionada, tiré la mochila sobre el lavabo con sorpresa y me acerqué a ella mirando su perfil fruncido por la sonrisa gigante de enamorada que tenía — ¿y ahora me lo dices?

— Si, es que ¿se me había olvido? — dudo claramente mintiéndome, entre cerré mis ojos con una fingida molestia picando su brazo con fuerza — auch, okey, okey, no te dije porque estaba muy nerviosa y sabía que tú me podrías mucho más nerviosa.

— Esta bien, esta bien — accedí por esta vez tomando otra vez la mochila — pero me tendrás que contar todo después ¿okey?

— Si, yo, tengo que ir a buscarlo al auditorio, siempre se queda ahí con su banda a ensayar a esta hora, y bueno, me gustaría que me acompañaras.

— Pero Kelly...

— Por favor, me incomodan sus amigos y caminar sola por su facultad me da nervios, tengo que pasar dos facultades para llegar allá — rogó haciendo un comento mientras guardaba sus cosas en su mochila.

— Bueno — ruedo mis ojos acomodando mejor mi mochila — total no tengo nada mejor que hacer.

— Genial, eres genial — dijo la chica colocando su mochila sobre sus hombros para caminar a la puerta con mi mirada sobre ella sin moverme un centímetro. Kelly se detuvo en la puerta para girarse hacia mi que seguía estática a un lado del lavabo — ¿vienes?

Suspiro derrotada y asiento con la cabeza encaminándome a ella quien sonriente tomó de mi brazo entrelazándolos comenzando a caminar alegremente por los pasillos repletos de la universidad. La chica habló por minutos interminables sobre las cosas que quería hacer con Alex Hart en su cita, pero no le tomé demasiada importancia.

Mi mente estaba en blanco. Y no sabía el porqué. Bueno, no tan en blanco porque el recuerdo permanente de Joshua Bassett me atormentaba cada día sin descanso y eso llegaba a ser aterradoramente cansador, incluso para mi que nunca me cansaba de nada, era insaciable y nunca me rendía con nada, una combinación rara y imperativa. Resultado de una mujer manipuladora que tenía todo en la palma de su mano y un hombre sumiso y enamorado de pies a cabeza de la mujer que decidió pasar toda su vida, incluso la muerte. Yo era el resultado de variantes extraordinarias.