Capítulo 67

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Suspiré marcando por milésima vez al número de Olivia, pero otra vez, nada, la chica no me contestaba para nada

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Suspiré marcando por milésima vez al número de Olivia, pero otra vez, nada, la chica no me contestaba para nada. Me había dejado sola gritando al aire un solo "Voy con Ethan" Claramente olvidándose que teníamos que ir por mis medicinas a la farmacia, pero no, prefiere irse con el novio. Que buena hermana que tengo ¿no?

Mordí mi labio intentando buscar mentalmente alguien que estuviera libre la cual podría llevarme a comprar mis medicamentos que realmente no me podía saltar, porque bueno, soy obsesiva con el orden y la planificación, lo cual desgraciadamente heredé de mi madre.

Las dos éramos parecida en bastantes cosas, pero no me gustaba admitirlo.

Pegue un salto de susto al escuchar un repentino golpeteo en la puerta principal, fruncí mi ceño extrañada, se supone que nadie vendría hasta en aproximadamente unas par de horas. Guarde mi movil en el bolsillo de mi sudadera y me levanté con extremado cuidado del sofá apagando la televisión en el proceso para empezar a caminar a paso lento y con cuidado de no colocar demasiado peso en mi tobillo lastimado, llegue a la puerta la cual abrí de mala gana llevándome la sorpresa del año al ver a un alto y delgado castaño de rulos locos parado con un porte nervioso en el porche de la casa.

— Liv no esta — le digo instintivamente.

— No vengo por Liv, si no por ti — dijo el chico un tanto intranquilo con su pie golpeando la madera repetidas veces sin parar.

— ¿Que? ¿Porque? — frunzo más mi ceño apretando también mis labios en una fina línea recta.

— Liv comentó que no podía llevarte a comprar tus medicina y me ofrecí para llevarte.

Ruedo mis ojos intentando no hacer un rostro molesto — no necesito que me lleves, no soy una niña, pediré un taxi.

— Un taxi no será cómodo y no quiero que empeores lo de tu tobillo — habló apresuradamente, pero al ver que yo no contestaba suspiró — mira, se que es incómodo que te lleve el idiota de tu ex novio a la farmacia, pero realmente prefiero que me ignores y me lances miradas de fuego a que te lleve un desconocido.

Joshua me observo con esos ojos de cachorro abandonado por unos largos segundos haciendo el que al final cediera, sus palabras habían sido lindas, pero no del todo convincentes, sus ojos habían echo que cayera, siempre eran ellos.

— Está bien — digo en un suspiro abriendo un poco la puerta dejándole el paso libre para que entrara, lo que hizo un poco tenso colocándose junto a mi lado sin quitarme la mirada de encima — iré por mi billetera.

— No, no, yo iré, no quiero que te lastimes subiendo las escaleras.

— Joshua, no...

— Iré yo ¿okey? — me interrumpió con una sonrisa de lado que me convenció.

Asentí con mi cabeza mirándolo fijamente, él desvió su mirada de mi por un segundo dando un par de pasos para girarse otra vez, me observó por última vez antes de subir las grandes escaleras.

Me apoyé contra la puerta principal ya cerrada mirando en la dirección por la cual se había ido el castaño con la mirada perdida reflexionando sobre los odiosos latidos que escuchaba con fuerza aun sin su presencia.

Tan solo verlo un segundo me altera por completo y hace que me receté nuevamente. Pensé que ya estaba progresando en el tema de superarlo, no lo había visto hace un par de semanas y eh estado todos estos días encerrada hablando por teléfono con Jessie que seguía en San José ya que el problema familiar que no podía contar se había agravado. Pero verlo aquí, diciendo esas palabras, diciendo que estaba preocupado por mi me hacía enloquecer.

¿Porque se preocupaba por mi?

Esa era la duda que me carcomía en este momento.

El sonido de las zapatillas de Josh golpeando con la madera de la escena se escuchó fuertemente llamado mi atención y que volviera a la realidad. El castaño bajo con una sonrisa extrañamente más grande, sabía la razón, había observado las fotos que no me eh atrevido a tocar de ambos que estaban en mi habitación.

Trague saliva desviando mi mirada de él abriendo la puerta nuevamente saliendo sin mirarlo. Y cuando estaba bajando las escaleras del porche por lo que reconocí sus brazos me tomaron en el aire cargándome con una princesa hacía el auto. Yo no pronuncie palabra alguna, no sabía que decir, pero me sentía tensa al tener mi corazón latiendo con fuerza al ver su perfil derecho que estaba arrugado por su sonrisa.

Y lo último que entendí fue que Joshua me dejó con delicadeza en el asiento del copiloto. Le agradecí en un susurro acomodándome en el sitio para abrochar el cinturón de seguridad. El chico se subió también al auto dejando mi billetera a un lado de los cambios y se abrochó el cinturón para encender el motor del auto y empezar un silencioso viaje.

El silencio se rompió por una llamada entrante de mi teléfono que vibraba como loco en el bolsillo de mi sudadera, lo saqué y dudé si contestar por largos segundos al ver quien era el emisor.

Suspiré apretando mis ojos y mis labios para al fin contestar llevándome el teléfono a la oreja en un lento movimiento que tardo años.

— ¡Hola, amor! — saludó la amable voz de Jessie al otro lado de la línea.

— Hola, Jessie — respondí en un tono bajo apoyando mi cabeza en la ventana cerrada.

Hey ¿Que pasa? Te escuchas algo rara — preguntó Jessie notoriamente preocupado dejándome escuchar de fondo como las risas que escuché a un principio de la llamada se callaban.

— Yo... — entre abrí mi boca, miré de reojo hacia mi lado izquierdo pillando infraganti a Joshua observándome por el rabillo de ojo — Estoy bien.

— ¿Te llame en mal momento?

— Algo así — respondo en un suspiro llevándome la mano libre a la frente — te llamaré después ¿si?

Si, si, esta bien, no te preocupes, preciosa. Por favor, cuídate.

— Tu también, adiós.

Adios, te amo.

Me saqué el teléfono de la oreja observando cómo Jessie había cortado apenas se había despedido, suspiré y guardé con lentitud mi teléfono nuevamente en el bolsillo de la sudadera.

En el auto empezó a crecer un ambiente tenso e incómodo, mordí mi labio intentando no girarme hacia el castaño y buscar algún signo de reacción mirando fijamente hacia la ventana.

Por dios ¿Esto puede ser peor?

— Encenderé la radio ¿Te molesta? — preguntó con voz baja Joshua.

— Para nada — respondí seca escondiendo mis manos en la sudadera.

Y la encendió empezando de lleno con una melodía.

¡Oh, no, Dios! Ahora no.

Don't go breaking my heart.

Y si, todo empeoró.

Y si, todo empeoró

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Sofiadaaholland

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora