Capítulo 39

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Mi respiración era tranquila y profunda, mi mente concentrada en el maestro frente a mi, sintiendo como cada vez mis ojos pesaban más y más

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Mi respiración era tranquila y profunda, mi mente concentrada en el maestro frente a mi, sintiendo como cada vez mis ojos pesaban más y más.

Mi brazo sostenía mi cabeza haciendo que se me durmiera por un momento, pero no se movió en niña de su labor.

Observe el teléfono sobre la mesa en estado silencio, pero con su pantalla prendida por los miles de mensaje que mandaba el insistente de mi novio. Suspiro y lo giró para dirigir mi mirada nuevamente al maestro frente a la clase explicando un texto proyectado sobre la pizarra color blanco.

— Los marcapasos más nuevos pesan tan solo 1 onza, 28 gramos. La mayoría de los marcapasos tienen 2 partes: El generador contiene la pila y la información para controlar el latido cardíaco. Las derivaciones son alambres que conectan el corazón al generador y llevan los mensajes eléctricos a dicho órgano — el timbre interrumpió drásticamente las palabras del maestro quien suspiró y se giró a sus cosas dándonos las espaldas — se pueden retirar.

Bufé y guardé mis pertenencias con lentitud dentro de bolso a excepción de mi teléfono que tomé entre mis manos para ver los mensajes e incluso una llamada de mi amado.

Ingreso a las notificaciones y escribo un simple "Josh, estoy en clases, después hablamos" para guardarlo en mi bolsillo trasero.

Últimamente Joshua se estaba colocando un poco nervioso y paranoicio, anda a la defensiva en todo momento y me escribe a todas horas para saber cómo estoy, estamos casi todo el tiempo juntos, pero parece no importarle porque quiere pasar más tiempo a mi lado.

No es que me moleste demasiado su actitud, si no es por lo pesado que se a vuelto, lo amo, pero no quiero estar junto a él todo los días en todo minuto, necesitaba un respiro.

Camino a paso lento por los pasillos de la universidad mirando solamente mi camino para no chocar con nadie, me dirijo al gimnasio por un poco de tranquilidad a esta hora que en todas partes estaba repleto, menos eso lugar.

Empujó suavemente la gran puerta del gimnasio entrando a paso lento observando a todo mi alrededor, como decía, todo vacío.

Camino a las bancas del lugar para dejar mi mochila y tirarme sobre esta recostándome para cerrar mis ojos candado, pero un sollozo a lo lejos me hace abrirlos inmediatamente, alerta me siento nuevamente y miro a todo a mi alrededor.

Camino por la cancha hasta ver un bulto sobre unas colchonetas en el fondo del lugar, me encamino hacia allí viendo a una figura masculina con una gran sudadera negra y un brazo sobre su rostro

— Hey ¿estas bien? — preguntó suavemente posando mi mano sobre su brazo. Inmediatamente el chico aparta su brazo dejándome a la vista su rostro rojo con rastro de lágrimas secas en sus mejillas — ¿Alex, estás bien? — preocupada me siento a su lado.

El castaño se sienta cruzando sus piernas y restriega sus manos contra su rostro — si, estoy bien.

— ¿Seguro? ¿no quieres hablar? — el chico gira su rostro mirándome con sus ojos brillosos — soy buena escuchando — sonrió de lado para cruzar mis piernas al igual que el, quedando frente a frente.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora