Suspire con cansancio tomando mi bolso con pereza caminando fuera de la casa preocupada de que la puerta no hiciera un ruido que provocara que la familia despertara a las 6 de la mañana. Ya afuera destape mi yogurt consumiéndolo mientras caminaba a paso tranquilo por las calles de la zona con una dirección en mente muy clara. La mañana estaba oscura aún sin presencia alguna de que el sol saliera incluso quedaban una que otra estrella sobre el cielo.
Mi cuerpo más pesado de lo normal por la fría brisa de la mañana, esta vez utilizaba un buzo de algodón que cubría mis pequeñas piernas que temblaban de vez en cuando últimamente y una gran sudadera que adquirí hace unos pocos días en un día de compras en el cual me arrastraron las chicas con la excusa de "olvidar a Joshua por un día" que me hizo peor por las infinitas charlas de las chicas sobre el y los chicos, también por el próximo cumpleaños número 19 del chico, haciendo que todas hablaran sobre que le regalarían y claramente comprándolo en el proceso.
Últimamente me eh estado sintiendo mas débil y sin ánimos de nada, los cuales eran unos de los muchos síntomas del famosos corazón roto que todos nombran, pero mi corazón no estaba roto, estaba palpitando con normalidad entregando mi sangre a cada parte del cuerpo. El corazón era un órgano que no se podía romper ni trozar, si no estallar tal vez por la tapadura de alguna arteria, como la aorta.
Sacudí mi cabeza quitando mis pensamientos científicos acerca de la metáfora del corazón roto que ahora se me hacia ridícula y abrí la puerta del gran gimnasio con fuerza dejándola completamente abierta para mi entrada.
Al entrar noté que la mayoría de las luces se encontraban apagadas y que no había rastro del señor Roberts en la recepción. Hice una mueca para tirar mi bolso sobre el escritorio principal adentrándome en el lugar, me paseé por el lugar un buen tiempo hasta al fin encontrar al calvo hombre de 50 recostado sobre las colchonetas de yoga. Sonreí de lado para acercarme a pasos largos, pero silenciosos para sentarme de un salto a su lado haciendo que se sobresaltara abriendo los ojos exageradamente sentándose de golpe mirándome tal búho rodando toda la cabeza, reí divertida al ver su cara de espanto que cambio a una de alivio a ver mi rostro alegre.
— Me espantaste — acusó el hombre volviendo recostarse con calma.
— Lo sé, me alegraste el día con tu reacción — solté una risita nasal recostándome a su lado quitando mi sonrisa dejándola en un estado neutro observando el techo sobre nosotros que era de cristal — realmente necesitaba reírme, gracias — murmuré cerrando mis ojos con pesar.
— ¿Que ah sucedido? — preguntó con un tono tranquilo el hombre y podía jurar que me observo de reojo.
— ¿Te acuerdas del chico que te había hablado?
— El principito — aclaró su voz y escuche cómo mojó sus labios — si me acuerdo.
Suspire abriendo mis ojos observando que ahora el cielo tenía un leve tono azul claro con una nube moviéndose sobre nosotros — pues se terminó, bueno, más bien él me terminó.
— ¿Que? ¿él a ti? eso debe estar mal, eres increíble — hablo con un tono sincero sentándose con lentitud, seguí sus pasos sentándome de igual forma mirando ahora mis pies cubiertos por una deportivas negras.
— Si, él — trague saliva pasando mi lengua por mi labio inferior — me duele ¿sabes? me duele mucho, nunca pensé llegar a sentir eso.
— Nunca te había visto así — murmuró colocando su mano en mi hombro, levante mi mirada observándolo con el nudo gigante en mi garganta que últimamente era habitual al hablar sobre el lindo castaño que me había engañado sin piedad diciendo que me amaba a los ojos — es un idiota y lo superarás, ya verás.
— Me derribó, le hizo un Nocaut a mi corazón, ganó la pelea.
— Mira — el señor Roberts se levantó rápidamente agachándose frente mi tomando mis hombros dándole un leve apretón — tú lo vas a superar si o si, vas a mirar hacia adelante — sonrío con cariño y me sacudió de los hombros haciéndome sonreír levemente — y seguirás tu camino con la cabeza arriba como toda la luchadora que eres.
— La lucha terminó, baje los brazos — hable suavemente sin poder creer lo que decía, pero era verdad, me había derribado y no podía levantarme.
— Eres una guerrera, Emma — mordí mi labio con fuerza — fuerte y leal, no tienes porque derrumbarte por una pelea, aún te queda toda la guerra por delante — me volvió a sacudir haciendo accidentalmente que mordiera de más mi labio sintiendo el sabor metal en mi boca.
— Estoy en el primer round ¿no?
— Así es y no te puedes rendir en el primer round, niña — negó con su cabeza calva
divertido provocándome calma y felicidad, con sinceridad me sentía realmente mejor con sus palabras, las palabras de mi "casi" padre que siempre desde que llegué a Los Ángeles a estado a mi lado y es el único que me ah dado las palabras, que sin saber, eran las que quería escuchar — caíste una vez, si, pero te levantarás antes de los tres segundos, porque eres fuerte y seguirás adelante dando lucha. Aún te quedan dos round, hija.Sonreí genuinamente luego de semanas tensa y dolida, no podía seguir haciendo el papel lamentable en esta historia de desamor, no iba a seguir sufriendo, ya no más.
Olvidaría a Joshua Bassett, sé que no sería para nada fácil, pero yo no me rendía y no me rendiría esta vez.
El primer round seguía en curso y yo no me dejaría vencer, no otra vez, ahora yo daría el siguiente jab, lo dejaría en el suelo, dejaría en el suelo todo sentimiento hacia el castaño que, si, había roto mi corazón por más ridiculo que suene la metáfora, lo repararía y sería feliz, feliz sin él de por medio. Haría lo imposible por suprimir cada uno de los fuertes sentimientos que tenia hacia el chico derrotándolos sin piedad.
Al final sería yo la que daría el Nocaud.
Sofiadaaholland
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EXCHANGE, Joshua Bassett
Fanfic━━━━ 𝑬𝑿𝑪𝑯𝑨𝑵𝑮𝑬 ❝ Lo logré, me dieron el intercambio❞. Donde Emma logra después de mucho esfuerzo y pesadillas un intercambio a la UCLA en Estados Unidos. O Donde Emma gracias a un intercambio conoce a amigos increíbles, f...