Capítulo 36

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Concentrada miraba el césped bajo de mis pies, mis manos rosaban estos haciéndome cosquillas en la punta de mis dedos

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Concentrada miraba el césped bajo de mis pies, mis manos rosaban estos haciéndome cosquillas en la punta de mis dedos.

Escuchaba fuertemente cómo todas las voces hablaban al tiempo contando cuanto llevábamos en esa posición estirando las piernas y los músculos de nuestros brazos.

Suspiro al escuchar el veinte fuerte que gritaron las chicas entre quejas, levante mi torso sintiendo una leve presión en mi abdomen, pero sin tomarle importancia me giré a mi amiga rubia que estaba con toda su frente brillando por el sudor que escurría desde su frente a sus mejillas, hago una mueca y le paso la manga de mi sudadera por la cara sin asco, es mi amiga, tengo que cuidarla.

Kelly me mira agradecida y pasa un brazo por mis hombros recargándose en mi con cansancio, suelto una sueca erudita y la agarro de la cintura para que no caiga al piso.

— Okey, hasta aquí el entrenamiento, ya saben el mañana tenemos partido, lleguen temprano y las quiero a todas bien despiertas a las 9 de la mañana aquí, ni un minuto menos ni uno demás — mira a todas con sus ojos asesinos y sopla fuertemente su silbato —  ¡¿me entendieron?!

— ¡Si, entrenadora! — gritamos todas a la vez con susto por su fuerte actitud

— Las duchas están en manutención, entonces hora dispérsense y desaparezcan de mi vista.

Sonrió y camino con rapidez con Kelly a mi lado, no estaba para nada cansada, al contrario estaba con mucha energía, bueno, no era energía, era felicidad al saber que mi lindo novio estaría a las fueras de la universidad esperándome para ir a su departamento.

— Tu sexy chico Disney viene por ti ¿no? — hago un sonido de afirmación y suelto a Kelly haciendo que cayera sobre la banca, se queja y se acuesta sobre esta — quería que me llevaras — se revuelve en el asiento de madera tapándose el rostro con su mochila.

— Te estás acostumbrando mucho a mi auto.

— Pues si, tengo que aprovechar que mi mejor amiga tiene auto y es tan linda que me lleva a mi casa al otro lado d ella ciudad.

— Te empezaré a cobrar la carrera — me quito la sudadera guardándola dentro de la mochila para después colocarla en mi espalda.

— No, por favor, soy pobreeee — se sienta rápidamente y me mira fijamente.

— Eres de todo menos pobre — fruncí mi ceño ceño al ver cómo sacaba su iphone de última generación.

— Si, bueno, esto me lo encontré en la calle — miente exageradamente levantando el teléfono en el aire, suelto una risa y hundí la palma de mi mano sobre su rostro.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora