Capítulo 3

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Mis maletas se encontrabas listas sobre mi cama, yo estaba mirándolas feliz mientras me colocaba mi sudadera, estaba fresco y un poco frío el día

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Mis maletas se encontrabas listas sobre mi cama, yo estaba mirándolas feliz mientras me colocaba mi sudadera, estaba fresco y un poco frío el día.

Ya con mi última mochila lista , me la coloqué en la espalda y mire las 4 maletas que estaban sobre la cama y el estuche con mi guitarra dentro, sin darme cuenta Hugo entro en la habitación agarrando una maleta y la guitarra, sin decir nada para después salir con ellas en sus manos, yo alce dos y las lleve al piso inferior, unos segundos después llego Hugo con la última maleta. Subimos todas mis cosas a la camioneta de mi padre, donde este estaba junto a mi madre en los asientos delantero, solo observándonos.

Después de unos minutos interminables de acomodar bien las maletas, nos subimos a los asientos traseros, para partir al aeropuerto.

— Okey, vamos allá — dije felizmente mirando a mis padres, mi papá solo me miro por el espejo retrovisor.

— Vamos — dijo alegre mi hermano.

— Ya, tengo todo listo  — dije llegando junto a mi familia en unos asientos de espera en el aeropuerto — tengo buen asiento, mi vuelo parte en 30 minutos, así que creo que debería ir a subirme

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— Ya, tengo todo listo — dije llegando junto a mi familia en unos asientos de espera en el aeropuerto — tengo buen asiento, mi vuelo parte en 30 minutos, así que creo que debería ir a subirme.

— Te extrañare demasiado Emma, ya no quiero que te vayas — me abrazo Hugo por la cintura, apretándome dejándome sin aire.

— No me dejas respirar, enano — Hugo se separó de mi con sus mejillas empapadas, me agacho a su altura y seco las lágrimas que corrían por ellas — no es un adiós, es un hasta pronto, volveré.

— Claro que volverá, sino iré a buscarte a California — dijo mi padre sin expresión — te extrañare, aunque no lo creas.

— Eres nuestra hija y te amamos, tu sabes que si necesitas algo, te lo enviaremos — dijo mi madre posando su mano en mi hombro.

— Gracias — dije seca — yo igual los amo, al fin y al cabo son mis padres.

— Emma, cuando vuelvas tráeme algo ¿si?

— Lo que quiera el principito.

— Cuidado con los chicos — frunció su ceño mi hermano pequeño, solté una risita y lo abracé.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora