Capítulo 71

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Mi mente al igual que mi cuerpo descansaban en una paz infinita, estaba encerrada en estas cuatro paredes blancas con todas mis cosas en su lugar, en un perfecto orden alfabético y mi teléfono reproduciendo más de una vez una sonata de Beethoven q...

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Mi mente al igual que mi cuerpo descansaban en una paz infinita, estaba encerrada en estas cuatro paredes blancas con todas mis cosas en su lugar, en un perfecto orden alfabético y mi teléfono reproduciendo más de una vez una sonata de Beethoven que me relajaba más de lo que desearía. Pero toda mi calma y paz se vio desvanecida por un fuerte golpeteo en la puerta de la habitación la cual fue abierta sin permiso dejando ver a un linda rubia sonriente entrar emocionada.

— Hola, mejor amiga linda preciosa.

Kelly quería  algo, estaba más que claro por su aguda tono de voz y ese tic que tenía al intentar verse "normal", levantaba un costado de labio por 1.5 segundos exactos.

— ¿Que quieres? — pregunté mirándola curiosa.

— ¿No puedo solo venir a saludarte?

— No — negué apretando mis labios acomodándome mejor en la cama cruzando mis piernas que ahora estaba completamente sanas, bueno, claro que lo estaban, ya había pasado más de un mes desde el accidente, exactamente 42 días.

— Pasaba por aquí.

— Mentira — le interrumpí levantando una ceja al verla hacer su otro tic, esta vez de mentira, cada vez que mentía sonreía demasiado.

Suspiro recostándose en mi cama como si nada — Esta bien, me pillaste. No, no estaba pasando por aquí, vengo directamente de mi casa — confesó con un puchero.

— ¿Y cual es la razón de tu visita?

— Vengo a secuestrarte para la mejor noche de tu vida — dijo emocionada apoyando su cabeza en la palma de su mano colocándose en una posición catalogando por ella misma "sensual".

— ¿Salir? No, gracias — me negué rotundamente levantándome de la cama para caminar al escritorio donde me senté perezosamente en la silla giratoria.

— Oh, vamos, Emma ¿Hace cuanto que no sales?

— Considerando que estuve 4 semanas con una bota ortopédica, con licencia y que mi enfermera personal no me dejaba ni hacer mis cosas, no eh salido desde las estatales — elevé mis hombros intentando quitarle importancia.

Era verdad, pero no del todo. Desde mi recuperación había recuperado mi horarios y vida normal, salir al gimnasio, universidad, fútbol, seguía haciendo todo, pero solamente eso, cuando Kelly o Liv me invitaban a salir horas fueras de mi horario, les rechazaba y me encerraba en mi habitación ordenando todo, leyendo, hacer algo para pasar las horas restantes de día para ir a dormir y seguir con lo mismo el día siguiente, como un cliclo que no se detenía. No tenía los ánimos para hacer nada.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora