Capítulo 10

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El auto se encontraba repleto de risas que me hacían sonreír todo el viaje, los chistes malos de Madison y las forma de ser de Dara, una diva en todo su esplendor, me hacia tan feliz

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El auto se encontraba repleto de risas que me hacían sonreír todo el viaje, los chistes malos de Madison y las forma de ser de Dara, una diva en todo su esplendor, me hacia tan feliz. Íbamos camino a Malibu, una media hora de Los Angeles, en el auto se encontraba Olivia al volante, yo a su lado, en la parte trasera iba Madison, Dara y Sofia hablando de trivialidades.

Al llegar a la playa mire todo maravillada, el cielo celeste despejado con el sol a todo esplendor y las olas grandes, perfectas para surfear.

Al llegar al lugar que alquilaron los chicos para dejar nuestra cosas y preparar el almuerzo, mire todo que se encontraba en completo orden, alrededor de toda la playa habían salvavidas, bastante más seguro a comparación de mi país, que no se le tomaba el peso necesario a él peligro de la playa.

Deje mis cosas en un asiento, sacándome las zapatillas y empezar a caminar por la tibia arena que se metía por mis dedos, provocándome cosquillas y una gran sonrisa. Y pensar que en Chile era invierno, reí y camine rápidamente a la orilla del mar, viendo las olas que se estrechaban fuertemente.

— Linda vista ¿no? — una voz masculina se escuchó a mis espaldas, al identificar al emisor sonreí.

— Es maravillosa — giré mi cuerpo viendo al castaño de cabellos ondulados sonriéndome, vestido con un bañador y una simple camiseta blanca.

— No pensé que vendrías Joshua — sonreí mientras me acercaba a él y lentamente planté un beso en su mejilla.

— Veo que mis amigos no se acuerdan de mi — rió silenciosamente — venia en mi auto.

— ¿Solo? — pregunte mirando sus lindos ojos avellana.

— Con un amigo — empecé a caminar con el a mi lado.

— Cool — sonreí burlona — sabes, no te ves de un chico de playa.

— Pues se equivoca señorita — pasó su brazo por mis hombros — nací en Oceanside, cerca del mar.

— ¿Y que tiene que ver eso? — reí separándome de él.

— Que tengo una conexión con el océano, porque nací en una ciudad con nombre de océano en el — me miro a los ojos para después estallar en risas.

— Lo sé, soy un bobo — empecé a caminar otra vez.

— Un bobo lindo — dije sin mirarlo, sonriendo.

— Que halagador Díaz — reí y llegamos donde estaban los chicos, allí habían tres chicos desconocidos para mi.

Una rubia, un chico alto de cabello negro y otro medianamente rubio, les sonreí y me acerqué a ellos.

— Hola, soy Emma, un gusto.

— ¿La de intercambio de Olivia? — preguntó el alto y yo le respondí así tenido con la cabeza — perdón, no me presente bien, soy Milo — levantó su mano hacia mi, la cual acepte gustosa.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora