━━━━ 𝑬𝑿𝑪𝑯𝑨𝑵𝑮𝑬
❝ Lo logré, me dieron el intercambio❞.
Donde Emma logra después
de mucho esfuerzo y
pesadillas un intercambio
a la UCLA en Estados Unidos.
O
Donde Emma gracias a un
intercambio conoce a amigos
increíbles, f...
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Mis manos temblaban al tomar el teléfono, que en este momento, se sentía pesadísimo. Lleve el móvil a mi oreja al aceptar la quinta llamada de Liv, sorbí mi nariz y mi mirada seguía fija en el camino. Y si, estaba ocupando el teléfono mientras conducía y no me interesaba.
— No quiero hablar, Olivia — murmure suavemente apretando con fuerza el móvil.
— ¿Qué pasó? Emma ¿estas bien? — mordí mi labio sintiendo como el nudo en la garganta no me dejaba hablar, dejándome sin palabras — hey, solo dime donde estás ¿si?
— Quiero estar sola — dije entrecortada sintiendo mi boca seca.
— Emma... — alcance a escuchar antes de cortar la llamada tirando el teléfono sin importancia a los asientos traseros.
Pase la manga de mi chaqueta por mi nariz probablemente manchándola con mis mocos y volví mi mano derecha al volante apretando con fuerza este observando como mis nudillos se colocaban blancos.
Al visualizar el lugar donde tanto quería llegar para lograr obtener nuevamente la calma, estacione el auto con rapidez bajándome del auto a paso lento sintiendo todo mi cuerpo pesado. Las lágrimas atoradas en mis ojos dejándolos vidriosos no dejaban que viera claramente, bueno, también sumándole que tenía miopía no tenía la mejor vista.
Sorbí mi nariz y pase nerviosa mi lengua por el labio inferior tome la guitarra del asiento trasero sacándola sin cuidado de su funda tirándola a cualquier lugar con molestia.
Avance con lentitud hasta sentir mi paso más pesado al llegar a la arena, baje la mirada observando los miles de millones de gramos a mi alrededor y con pesar seguí avanzando hasta llegar a un lugar donde me sintiera a gusto sentándome despreocupadamente sobre la arena sin importarme qué mi ropa se inducirá.
Sinceramente no me interesaba nada ahora.
Aspire profundamente la brisa marina que me pego en mi cuerpo moviendo mi cabello con brusquedad.
La guitarra en mi regazo se sentía cálida y molesta a la vez.
Me sentía.... Bueno, realmente no sabía cómo me sentía con esta mierda que me ataba pasando. El corazón me pesaba y me dolía a la vez, me irritaba sentir lo que estaba sintiendo.
Mis manos viajaron con delicadeza sobre toda la guitarra acariciando con la yema de mis dedos. Cerré mis ojos con fuerza empezando a tomar suavemente la melodía que llevaba mi corazón siempre.
No me rendiré, no me rendiré puedes desafiarme en cualquier lugar no me rendiré, firme estaré no claudicaré, no me abatiré ni me entristeceré, firme estaré
El recuerdo de mi abuela me llegó de lleno, ella estaba a mi lado con la guitarra en su regazo, unos minutos después de ver la película que tanto había amado aprendiéndome claramente al momento la letra de la canción principal. Mi abuela enseñaba paso a paso los acordes con mi atenta mirada y atención sobre ella.