Capítulo 66

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El techo era lo más aburrido del mundo, pero aun así lo había estado observando por casi una hora como si fuera terriblemente interesante, como si fuera el centro del mundo para mi

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El techo era lo más aburrido del mundo, pero aun así lo había estado observando por casi una hora como si fuera terriblemente interesante, como si fuera el centro del mundo para mi. El techo era como mi mente, ambos estaban en blanco.

Solté el suspiro más largo que pude intentando aligerar el peso de mis hombros mordisqueando después mi labio insistentemente en busca algo para hacer estando herida y completamente observada las 24 horas del día.

Olivia no dejaba que hiciera absolutamente nada.

Apenas habíamos salido del hospital con ayuda de idiota de mi exnovio que nos trajo a casa. Liv me encerró en mi habitación colocándose demandante y regañándome insistentemente durante todo el viaje, diciendo cosas como que debería jugar más pacífica. ¡Por dios! Es fútbol ¿Acaso quiere que le pida amablemente a una tipa estupida que me de el balón? ¡No, claro que no!

El suave toque en la puerta me alarmo haciendo que me sentara en un movimiento repentino que llego a marearme por un leve segundo. Miré hacia la extensión de madera la cual se abrió cuidadosamente por una mano que vi claramente gracias a mis lentes unas uñas perfectamente cuidadas sosteniéndola. Liv se asomó con una sonrisa de lado, casual abrió completamente la puerta dejándome verla por completo, llevaba con ella una ropa casual de casa y una bandeja de plástico en su mano izquierda repleta de comida.

— ¿Como estas?

Ladeé mi cabeza curiosa viéndola acercarse a paso lento sentándose frente a mi en la cama dejando la bandeja sobre esta — ¿Bien?

— Eso es genial, es hora del almuerzo — tomó un tenedor de la bandeja apuñalando un pedazo de carne para cortarlo meticulosamente con mi mirada atenta sobre ella.

— No es necesario que...

— Si, si, lo es — me interrumpió alzando repentinamente el tenedor con una porción de carne en ella dejándola a sólo un centímetro de mi rostro — abre la boca — demandó con una sonrisa demostrando amabilidad que era claramente falsa por su ceño fruncido. Seguía molesta.

— Está bien — me resigne abriendo la boca dejándole la oportunidad a Liv de ingresar el utensilio en mi boca dejando allí el pedazo de carne que mordí lentamente mientras la miraba fijamente a los ojos — ¿porque estás molesta? — pregunté aun masticando.

— Porque odio esto — dijo en un suspiro dejando caer el tenedor sobre la bandeja nuevamente.

— ¿A que te refieres?

— Odio esto, Emma — colocó su mano sutilmente sobre mi bota con suavidad — odio que te lastimes, no sabes lo preocupada que estuve al verte caer al piso. Después llego a tu lado, estás con una mueca de dolor y te mueves el pie como si nada.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora