Capítulo 29

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Sentada en el sofá individual con mi mirada fijamente en el rubio sentado frente a mi, quien me miraba de una manera neutral, el silencio abundaba en el lugar, ni Olivia ni sus padres estaban, estábamos solos a unos segundos de empezar una batalla...

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Sentada en el sofá individual con mi mirada fijamente en el rubio sentado frente a mi, quien me miraba de una manera neutral, el silencio abundaba en el lugar, ni Olivia ni sus padres estaban, estábamos solos a unos segundos de empezar una batalla campal que terminaría con uno de los dos heridos.

Y esa no sería yo.

— Habla — apoye mis codos en mis muslos colocando mi cabeza entre mis manos, mirándolo fijamente a los ojos.

— ¿Que quieres que hable? — preguntó sarcástico en nuestro idioma natal.

— No te hagas el estupido, oh perdón, me equivoqué, ya lo eres ¿no? — me senté bien apoyando mi espalda en el respaldo.

— Auch — se toco el pecho — justo en el corazón, mi amor.

Suspire — ¿que haces aquí, Felipe?

— Hable con tu mamá.

Rodé los ojos — ¿y?

— Le conté que tenía pensando en casarme contigo — fruncí mi ceño tanto como disgustada como confundida ¿cómo quería casarme conmigo si el amor entre los dos había desaparecido mucho tiempo antes de romper?

— Mmmm, sigue contando.

— Tu sabes que te amo ¿no?

Solté una risa sarcástica — ¿me amas? mierda, que forma de amar la tuya.

— Si, fui un tonto por un tiempo.

— Yo digo que fuiste un idiota.

— Si, lo que digas — le quito importancia haciendo un movimiento con la mano — ella me dijo que también me amabas, por eso estoy aquí Emma, recuperarte, que vuelvas a ser mía.

— Primero, yo nunca fui tuya, no soy un objeto. Segundo, no te amo más, eres parte del pasado, supéralo hombre y tercero ¿porque te dijo eso?

— Mira, ella me dijo que me amabas y que habías terminado conmigo por el intercambio, por la distancia. Y yo le creí, porque... — se levantó de sofá caminando hacia mi tomando mi mano que descansaba sobre mi rodilla — creo en nosotros.

Me levante rápidamente soltándome de su agarre — ya no hay un nosotros, Felipe. Pensé que ya lo había dejado lo bastante claro.

— Pero tu mamá...

— Mi madre no sabe de lo que habla, lo único que quiere ella es que volvamos para su beneficio y tu lo sabes muy bien — camine unos pasos hacia él — solamente estás cegado.

— Claro que no, Emma...

Interrumpí su intento de mentira soltando una risita — tu sabes muy bien que estás cegado por tus padres y por mi madre ¿no es así? — veo cómo Felipe baja la cabeza sin decir nada — apenas mi madre te conoció, siendo mi amigo, quería que te unieras a la familia, porque conocía a tus padres, sus influencias, nunca le importo nada, solo su estupida empresa y aparentar ser la familia perfecta, tú lo sabes porque estuviste a mi lado por años.

EXCHANGE, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora