Capitulo 44

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__ llegó a mi casa con sus maletas, la ayude a bajarlas y a acomodar todo....
No me ha preguntado nada sobre anoche, y yo no le he dicho nada.

Esta callada, creo que no quiere sacarme el tema en este momento quizá porque sabe que soy lo suficientemente débil como para terminar llorando. Eso no es lo que quisiera darle de impresión a mi chica.

-__- fui el primero en iniciar la conversación mientras ella guardaba en unos cajones su ropa.

-¿Si?- me preguntó sonriendo.

-Hablé con mamá. Y bueno todo… está bien. Supongo…Bueno con Liam sinceramente no se que esperarme de él, y no se ni como acercarme ni a donde pero tengo fe que todo saldrá bien al final.

__ asintió. La vi como… desconectada del mundo.

-Eh… ¿todo bien?- pregunté mirándola de reojo.

__ asintió con una sonrisa no muy real.

-No te creo- le dije.

Ella se encogió de hombros.

-¿Qué sucede __?- insistí.

__ suspiró.

-Mamá y papá se interponen por completo a nuestro noviazgo… no es que me importe, sin embargo se que no se quedarán con los brazos cruzados- hizo una pausa –A lo que voy es que… seguramente mamá o papá te buscaran, y lo más sensato no es que te vayas a poner al tú por tú con ellos, sino… encontrar que acepten lo nuestro.

Solté una risita. Deje a un lado las cosas que tenía y entre mis manos tomé el rostro de __ suavemente, ella se empezó a ruborizar y sonrió como siempre tan hermoso y dulce.

-Te amo. Prometo hacer lo que sea por convencer a tus padres… nunca más te volveré a dejar ir __. Lo prometo.

La besé y ella envolvió sus manos en mi cuello. Terminamos de desempacar todo.

-¿Vámos a la feria?- le propuse y ella asintió.

Nos dirigimos a la feria, había mucha gente, un señor llegó y nos dio un globo que decía “El verdadero amor es para siempre” __ lo aceptó con su radiante sonrisa. Nunca me había sentido tan feliz como con __. No importaba quien estuviera en nuestra contra, ni quien estuviese de acuerdo o no, total, nuestro amor es de los dos no de los demás.

Nos subimos a la rueda de la fortuna, el carrusel, el tren de los enamorados, y además comimos bastantes cosas como algodones de azúcar y hasta palomitas. Al final, la terminé llevando en brazos a mi cama, ahora también suya.

La puse sobre ella y le di un beso en la frente.

-No te volveré a dejar ir. Lo prometo- le dije aunque en este momento no me escuche.

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