ᴛᴇᴍᴘᴏʀᴀᴅᴀ 3 ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 4

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ATENAS POV

- Alica, ¿Cómo está Andreu? - Ella me miró sonriente y suspiró.

- Esta bien, ojalá pudieras estar tu también conmigo y con tu hermanito.

- Cuida del él por favor, los bebés en sus primeros meses son muy delicados. - Recordé a mi pequeña Donatella y suspiré. - Sabes... eras abuela. - Alica me miró asombrada y me sonrió.

- ¿Dónde está el bebé?

- Esta... en el cielo, la mafia rusa mato a mí pequeña Roma a sus cuatro meses de vida. - Me limpie las lágrimas y miré a Alicia

- C-cariño yo lo siento muchísimo. - Silenciosas lágrimas empezaron a caer de sus ojos, al fin y al cabo Alicia no es tan mala.

- No llores, te lo he contado porque tenías el derecho de saberlo.

- Me da coraje no hacer conocido a mi nieta ¿Que culpa tenía mi pequeña? - Yo le tome las manos de Sierra y le di un beso en esta.

- La culpa es mía, por ser una mala madre, por no haber luchado para que esos asquerosos me soltaran... Pero no podía hacer nada más me tenían sedada...

- Shhh, ya mi amor ¿Cómo se llamaba? - Yo sonreí y recordé el precioso nombre de mi pequeña.

- Donatella.

- Es precioso querida, así como tu nombre.

- ¿Como tenías pensado llamarme antes de abandonarme? - Me miró sería y yo me crucé de brazos.

- Figlia, yo no te he abandonado, tu padre te ha contado cosas que no son. - Ya no sé en quién confiar si en mi padre que llevaba toda la vida con el o en Alicia que conocí apenas hace tres meses.

- Eso no me interesa, ¿No vas a responder mi pregunta?

- Milán, así quería llamarte la cuidad donde de verdad naciste. - Pero ¿Yo no he nacido en Francia?

- Estás equivocado, he nacido en Francia. - Alicia negó con la cabeza y suspiró.

- Berlín es un verdadero mentiroso. - Me levanté de mi sitio y ella me miro.

- Quiero ir a mi celda. - Les hizo un ademán a los gorilas y estoy se acercaron a mí.

- Hija, cuando quieras saber la verdad dímelo.

- Alica.... Cuídate y cuida de Andreu por favor. - Asintió con la cabeza y me dirigí a la celda. Al llegar uno de los gorilas se acercó de más a mí y me susurró.

- Hasta luego princesa. - Hice caso omiso y entré a la jaula. Cerré los ojos y a los minutos caí en los brazos de morfeo.

- Bella durmiente levántate. - Abrí mis ojos poco a poco y miré a los gorilas.

- ¿Que pasa? Acabo de volver hace nada. - Abrió la puerta y me sujeto de la muñeca con fuerza.

- Y... Aquí haces lo que te pidamos, recuerda que no eres nadie. - Le miré mal y dejé que me guiara hacia Alicia, vi como me llevaron hacia la puerta de afuera y lo miré.

- ¿A donde me llevas? - Me vendaron los ojos y pensé que sería una sorpresa de Sierra. Pase unos minutos andando y sentí el aire fresco chocar con mi cara.

- ¿Te gusta? - Me taparon la boca y me sujetaron las muñecas. - Sabes, te tengo ganas desde el primer día que te vi. - Empecé a moverme para que me soltaran, pero más me apretaba las muñecas.

- Vamos, no tenemos tiempo la inspectora se dará cuánta. - Intenté zafarme, pero de nada valió.

- ¿La desvistes tu o yo? - Al escuchar eso mi corazón dio un vuelco.

- Hazlo tu si lo hago yo me voy a poner nervioso, hace tiempo no toco algo... nuevo. - Al escucharlo decir aquellas palabras, unas tremendas ganas de morir me invadieron.

- Vale, vale...

- Princesa... - Me acarició la mejilla y yo rápidamente aparte mi cara. - Si tú lo disfrutas yo también y si no pues me da igual . - Empezo a bajarme los pantalones y en aquel momento yo le di un rodillazo al gorila que me sujetaba en su partes.

- ¡PARA! - Empecé a correr y me quite la venda de los ojos, miré hacia todas partes y lo único que había era desierto.

- ¡¡Ven aquí!! ¡¡Es imposible que puedas escapar!! - Corrí más rápido, pero un cuerpo muy pesado cayó encima mía.

- Muñeca, es imposible que puedas escapar. - Me dio la vuelta bruscamente y quedó encima mía, me rompió la camiseta y empezó a tocarme el pecho.

- Dios... Eres una diosa y vas a ser mia todo el tiempo que yo quiera.

- ¡¡Aléjate!! ¡¡QUE TE ALEJES DE MI ASQUEROSO!! ¡¡AYUDA!!

- ¿No has visto donde estamos? Quién te va a salvar... ¿Tu profesor? - El otro gorila me tapo la boca y yo empecé a patalear.

- Quita... Quita... quita... - Me bajo mis braguitas y cuando se bajo sus pantalones yo cerré los ojos, empecé a llorar y a patalear pero de nada sirvió, sentí como entro en mi y yo grité de dolor.

- Estás muy apretada... Como a mí me gusta. - Mis llantos aumentaron y el siguió... Vialandome.

- Te toca Kilian. - Cuando me soltó intenté levantarme, pero caí.

- Te he dado tan duro, que te costará estar levantada. - Yo me limpie las lágrimas y volví a intentar levantarme pero caí encima de la arena del desierto.

- Has visto ese charco de sangre... Es tuyo. - Los dos comenzaron a reírse y yo intenté no potar allí mismo.

- Ven aquí bella dama. - Me sujeto de la cintura y me tiro al suelo.

- Allí te quiero, esperándome y lista para mí. - Lo mire con asco y emepece a llorar con más fuerza.

- A-alejate d-de m-mi. - "Hazte dueña de tu respiración" Suspiré y miré hacia los lados para que alguna persona que pasar me ayudara, unos de los gorilas cogió una piedra y me dio con esta en la frente, empecé a ver cada vez más borroso, creo que lo mejor va a ser perder la conciencia para no ver cómo me humillan.

- Así me gusta, dormidita estás más guapa.



Gracias por leer, os amooo ♥️♥️

Siento lo que ha pasado 😞😞.

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