ATENAS POV.
Cuando Nairobi salio del despacho suspiré.
- Bebé, tu madre hace esto porque ama mucho a tu mami dos. - Me toque mi pancita y sonreí con tristeza. - Amo a tu mami Ágata y no quiero que sufra conmigo. Lo hago por ti amore ojalá algún día me entiendas. - Cuando pasaron quince minutos sali del despacho y me dirigí al baño. Tarde en encontrarlo pero al final di con el, al entrar había una mujer mayor, esta me sonrió y yo baje la cabeza.
- Hola, ¿Tú eres la chica que han rescatado? -Asentí con la cabeza y me dirigí al lavabo para lavarme la cara.
- Me alegro que estés de vuelta... - Yo le miré y le sonreí a la mujer.
- Soy Atenas... Bueno Milán o... Chanel, como más te guste señora. - Se acercó a mí y puso su mano en mi pancita.
- Atenas ¿De cuántos meses estás mi niña?
- Un mes y medio. - Me sonrió y yo me senté en el suelo.
- Lo siento, pero es que me canso mucho con el embarazo. - Se sentó alado de mi y asintío feliz.
- Eres igual que yo cuando era joven, me quedé embarazada a los 19, pero que en mis tiempos era normal, hoy en día ya no entiendo la gente que quiere tener bebés a los 29 o 30, lo mejor es tenerlo a esta edad, porque cuando nace tu eres joven y juegas con tus hijos feliz. - Dijo recordando sus tiempos.
- Si, pero señora los hijos son una responsabilidad muy grande, en tus tiempos las mujeres eran muy responsables a tu edad, hoy en día una chica de 19 o 20 años está estudiando y cuando termina su carrera ya tendría los 25 o 26... Aún son jóvenes entonces trabajan, salen de fiesta y cuando se sienten preparas es cuando se casan... Eso sí no todas, te estoy hablando de algunas chicas en concreto. - Ella asintió con la cabeza y me acarició el rostro.
- Tú eres una chica muy madura y estás más que preparada para tener un bebé.
- Señora... Ya tuve un bebe, que en paz descanse. - Ella me abrazo y yo abrí los ojos con sorpresa.
- Mi niña, eres muy fuerte. - La mujer empezó a llorar y yo le respondí el abrazo.
- Por favor no llores. - Rompió el abrazo y me miró con tristeza.
- Mi niña... ¿Como quieres que no lo haga? Que una madre pierda su bebé es el peor castigo de todos. - Asentí con la cabeza y me limpie las lágrimas.
- ¿Como te llamas? - Pregunté intentando cambiar de tema.
- Carmen, pero tú me puedes llamar nana.
- Carmen, eres muy mayor para estar aquí en este atraco. - Ella sonrió con tristeza y bajo la cabeza.
- Ni tan mayor mi niña solamente tengo 65 años. - Dijo con una sonrisa. - Estoy aquí por mi marido, tenía unas cuantas pesetas guardadas y aquí en el banco las intercambian por euros entonces vine, pero creo que no debí de venir este día.
- ¿Que le pasa a tu marido? - Suspiró y silenciosas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
- Mi marido... - Alguien abrió la puerta de repente y yo me sobresalté.
- Atenas ¿Estás bien? ¿Porque estás aquí? ¿Necesitas algo? - Pregunto Nairobi acercándose a mí.
- ¿Acaso no puedo venir al baño?
- Si, claro que si pero al no verte en el despacho me preocupaste demasiado. - Se acercó a mí y me abrazó. Miré a nana y está me sonreía.
- Mi niña, te dejo con tu novia me voy. - Se levantó con dificultad y se fue.
- ¿Estás bien verdad? - Asentí con la cabeza y miré hacia la puerta, allí se encontraba Helsinki, Martín, ¿Mónica? Denver y otras personas más.
- Helsinki... ¿Cómo estás? - El se acercó a mí y mi corazón empezó a latir frenéticamente.
- Por favor, no te acerques. - Silenciosas lágrimas comenzaron a caer de mis ojos y Nairobi me las limpio.
- Helsinki necesita tiempo ya veras como se recupera pronto y todo volverá a estar como antes.
- Estar bien al saber que no he perdido a Atena también. - Dijo el osito feliz al verme yo sonreí y asentí.
- ¿Martín, Mónica? Que sorpresa no.
- Bueno... Pequeña boluda este es plan de Andrés y por eso estoy aquí. - El plan de mi padre, el cual estuvimos preparando los tres con mucho entusiasmo.
- Yo... Estoy con Denver y he venido a ayudar. - Le sonreí y asentí.
- Me alegro ¿Al final tuviste al bebé?
- Pues claro que sí, Cincinnati ¿Que te parece? - Dijo Denver con su típica risa.
- Muy original y bonito. - Todos salieron del baño y me dejaron con Nairobi.
- ¿Puedo? - Preguntó mirando mi pancita, asentí con la cabeza y ella puso su mano en mi vientre.
- Está un poco grande tu pancita cariño ¿De cuántos meses estás?
- Uno y medio. - Puse mi mano encima de la suya y me acerqué a ella.
- A-Atenas te he hechado de menos. - Abrí mis brazos y la abrace.
- Yo también Ágata. - Inhale su colonia de flores y una lágrima cayó de mi ojo.
- ¿Porque lloras? - Me aleje de ella y me levanté. - ¿Atenas a donde vas? - Se supone que me tengo que alejar de ella, pero Ágata es como un imán, es imposible que lo consiga. Baje a donde los rehenes y allí se encontraba Martín.
- Atenas, vení Por favor... - Me acerqué a él y le abrace. - Pequeña traviesa te heche de menos.
- Yo también tío... - Incline mi cabeza para que me dijera su nombre de cuidad.
- Palermo. - Asentí con la cabeza y miré a los rehenes, entre ellos estaba ¿Arturito?
- ¿Quién es esta? - Miré a la persona que me habló y era un hombre esposado.
- Y a vos que te importa quien sea pendejo. - Dijo Martín cabreado. Me acerqué al hombre y al estar a unos dos metros de el me senté enfrente suyo.
- Soy Atenas... ¿Y tu?
- Soy Gandía preciosa. - Lo mire mal y asentí.
- Quita el preciosa y así podremos llevarnos bien por favor. - El me sonrió y yo me encogí de hombros.
- Me caes bien, tu eres mejor que está tu banda de pitufos rojos.
- Bien me alegro ¿Y que te pasa en la cara?
- Tu amigo el marica. - Arquee una ceja y el señalo a alguien detrás de mí.
- ¿Palermo? - Asintió con la cabeza y miré al responsable.
- ¿Qué? Le ha faltado el respeto a Nairobi. - Al escuchar el nombre de cuidad de Ágata, me levanté de el suelo furiosa y me acerqué a Gandía.
- ¿Porque le faltas el respeto? - Cuando quise pegarle, no pude.
- ¿Me vas a pegar?
- No puedo... No puedo hacerte lo mismo que me hicieron a mí. - Mi vista se empezó a nublar y a los segundos perdí la conciencia.
Gracias por leer, os preguntaréis porque he metido a Arturito ahora si debería de hacer entrado el día que Atenas y Río volverán con la banda... Pues porque se me ha olvidado😂😂😂.
¿Quieres que suba capítulo hoy?
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Mi Plan No Era Enamorarme
FanficAtenas, tenía un solo propósito y era atracar la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y desaparecer con sus millones, pero no todo sale como espera cuando se enamora y rompe la primera regla del profesor. ❛Al fin y al cabo el amor es una buena razón...