ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 26

1K 71 15
                                    

POV ATENAS

Seguí sumergida en mis pensamientos, hasta que sentí a alguien quitarme la cuerda, me alejé rápido y miré quién era el responsable, Moscú.

- Mi niña, ¿Cómo te encuentras? - Suspiré y me limpie las lágrimas, se fuerte, nunca dejes que te pisen.

- Estoy bien ¿Las cosas fuera como van? - Me levanté rápido de la silla y me acerqué a mí padre, le desate las manos y los pies y se levantó.

- Mi niña, todo va bien. - Asentí con la cabeza y miré a mi padre.

- Risolverò quello che ha fatto Tokyo (Yo solucionaré lo que a hecho Tokyo). - Me dijo sacándole a Denver su pistola de las manos.

- Papà, non lasciarti sfuggire di mano (Papá que no se te vaya de las manos) - Asintío con la cabeza y salió del baño, yo me acerqué a Tokyo y le quite mi pistola.

- Silene, no tenías que haberlo hecho, te vas a arrepentir, has perdido una amistad y también has perdido mi confianza. - Me dirigí a la salida del baño y Nairobi estaba en la puerta, con los puños cerrados.

- Ven, por favor no hagas nada. - Le susurré en el oído y está me miró con lágrimas en los ojos, la verdad me ha dolido que me lo oculte si, pero no soporto verla mal y si no me lo ha dicho tendrá una razón, yo confío plenamente en ella y se qué hablando como dos personas civilizadas resolveremos esto y todo lo que se interponga en nuestro camino.

- Vamos, no quiero que tú también seas castigada, no me lo perdonaría, Ágata porfavor. - Le volví a decir entre susurros.

- Bien, vale pero que quede claro que sí no la mato es por ti, porque quiero estar contigo. - Sonreí y asentí con la cabeza cogí su mano y la guille a nuestro despacho, al llegar se sentó en el sofá que había allí y suspiró con lágrimas en los ojos.

- Pero bueno, ¿Qué pasa? - Pregunte poniéndome de cuclillas delante suya.

- P-pues tú sabes que tengo un hijo, y no me has reclamado no me has gritado y joder T-tokyo. - Suspiró y levantó su cabeza mirando el techo.

- Pues mira, que si mo e hecho todo lo que has dicho es por qué estoy esperando que tú me lo expliques, estoy esperando a que me digas la razón por la cual no me lo has contado. - La verdad, me duele que no me lo haya contado y me cuesta asimilarlo pero si le muestro mi parte molesta y le grito todo lo que se me pasa por la cabeza que sentido tiene estar en esta relación, para que una relación sea fuerte se necesita paciencia y confianza y yo confío en Ágata y si no me lo ha contado antes, repito que tendrá una razón.

- Y-yo tenia miedo. - Dijo llorando y tapándose la cara con las manos, yo acerqué mi mano a la suya y sentí el frío de sus anillos chocar con la palma de esta.

- ¿A qué? - Pregunte en un susurro, levantó la cabeza y me miró a los ojos, sus bonitos ojos estaban rojos por el llanto y el enfado y dolor se esfumó al verla así, en este estado.

- A perderte, a que te alejes de mi cuando te diga que soy madre, cuando te diga que tengo pensado ir a buscarlo después de toda de esta mierda. - Suspiré y me senté el el suelo.

- Yo no te dejaría porque seas madre, es más yo...

- ¿Tú? ¿Que pasa contigo? - Suspiré con lágrimas en los ojos e intenté sonreírle.

- Nairobi yo también... he tenido... un... bebé. - Dije casi inaudiblemente.

- ¿Qué? ¿A-Atenas? ¿Eres madre? - Asentí con la cabeza y suspiré.

- ¿Donde está tu bebé? - Levanté mi cabeza e intente sonreírle.

- Mi pequeña Roma, ella está... En el... cielo. -Dije conténiendo el llanto. - La mafia Rusa me la mato a los cuatro meses de nacimiento, delante de mis ojos Ágata y no pude hacer nada porque me tenían sedada y lo único que era capaz de hacer era ver como... - Empecé a llorar al recordar aquel horrible momento y Nairobi se acercó a mí.

- Yo, lo siento de veras no se como puede existir gente tan mala en este mundo. - Dijo abrazándome.

- ¿Cuéntame dónde está tu bebé? - Sonrió con tristeza y suspiró.

- Esta muy lejos de mi, en las Islas Canarias mi plan era ir a buscarlo y vivir con él, pero Tokyo tiene razón el ni se acuerda de mí. - Dejó caer una lágrima, que sabía de qué era de dolor, de impotencia por saber dónde está tu hijo y no poder buscarlo, abrazarlo, besarlo aunque sea por última vez.

- Levanté, mi amor cuando termine el atraco vamos a buscar al pequeño y no lo vamos a llevar cueste lo que cueste. - Me beso y yo se lo respondí encantada.

- Te amo y gracias por todo. - me dijo dandome otro beso.

- Te amo Ágata Jiménez.


Espero y os haya gustado.
Bueno ya sabéis quién es Roma.

(Lo sé muy corto pero espero y os haya gustado, en multimedia teneis a la peque)

Besosssssss os quiero un mundo ♥️♥️♥️😊

Mi Plan No Era Enamorarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora