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—¿Necesitas que te lleve? — Preguntó Poncho una vez que terminamos de desayunar.

—Quedé con Guillermo en su casa para hablar tranquilamente. ¿Me llevas? — Ya estábamos completamente vestidos y preparados.

—Claro. No te estreses mi amor, por favor te lo pido. No quiero que vuelvas a sentirte mal.

—Estaré bien, tú déjame que arreglo las cosas con Guillermo — Aseguré.

—¿Puedo acompañarte? Quisiera hablar con él — Abrí mi boca para hablar pero no pude decir nada.

—Será mejor que no. Déjame arreglar las cosas a mí.







—¡¿Por qué lo defiendes tanto Guillermo?! ¡Me agredió, me utilizó! No te entiendo — Grité exasperada. —Se supone que tú tendrías que hacer todo por mí, no por él.

—No lo defiendo Anahí, pero no quiero ser más el manager de una mujer adúltera como tú ¿Sabes lo que costará que todos olviden esto? — Preguntó. Tuve ganas de patearle el trasero, pero me aguanté.

—No te preocupes Guillermito, yo hace tiempo pensaba en cambiarme a un mejor manager. Tú eres como Manuel; no me das todo lo que necesito — Touché. Su cara se desencajó. —A ver como sigue tu vida de manager, porque te irás a la ruina y eso lo sabes. ¡Que te vaya bien Guillermo! — Tomé mi bolso y me encaminé hacia la puerta. —Y yo puedo ocuparme de conseguir una nota, ya ves, todos morirán por tener la exclusiva de la bomba que tengo para dar.

—Anahí...

—¡Adiós Guillermito! Que te vaya bien — Salí furiosa de allí azotando la puerta, pero no porque Guillermo no me quiso ayudar, sino por sus palabras. Confié años en él, le di trabajo y le perdoné muchas cosas, y ahora me pagaba de tal forma.

Tomé mi celular y llamé a Andrea, una de las conductoras de un exitoso programa Mexicano. Se sorprendió al escucharme, sobre todo cuando le dije que tenía un notición de mi vida para dar a conocer. Acordamos que ella hablaría de mi tema con los productores de su programa y me llamaría. Yo estaba segura que lo haría. De otro modo, tendría que pasar al plan B.

Abrí mi Twitter, lo tenía más que abandonado pero seguía recibiendo menciones de mis fans, miles y miles de menciones que no puedo responder, pero que sin embargo cuando entro leo algunas.

@Anahi: AF AM estén atentos, en estos días tendrán noticias nuevas.

Fue lo único que puse, sin dar indicios de nada; ni divorcio, ni embarazo, ni regreso a la música. Inmediatamente las menciones se multiplicaron, pero simplemente cerré la sesión. Ahora tenía que encargarme de hacer las cosas bien para rehacer mi vida y mi carrera.

Cuando llegué a la Clínica casi me desmayo al ver a los paparazzis en la puerta. Bajé mis lentes negros como el día anterior y caminé entre la multitud. Tenía otro lugar por donde entrar, una puerta trasera, pero no quise evitarlos. Lo único que esa vez no estaba acompañada.

—Anahí ¿Qué tienes para decirnos sobre el mensaje que has dejado en Twitter hace unos minutos? — Preguntó una de las periodistas clavándome el micrófono en la boca. Seguí caminando siendo perseguida.

—Dije que estén atentos, que pronto tendrán noticias. No les diré nada. Lo siento — Me disculpé intentando avanzar.

—¿Esta es la clínica de tu nuevo galán? — Cuestionó otra. —¿Qué haces aquí Anahí? — Preguntó una tercera.

—Vengo a ver a una amiga — Claro, iba a ver a Sami que era más que una amiga, era mi cuñada. Pero no iba a decir nada de ellos hasta que me concedieran la nota, así sería difícil que modificaran y distorsionaran mi confesión.

La Princesa Que No Es Lo Que Aparenta | Anahi y Alfonso Herrera | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora