Capítulo 5

4.7K 224 5
                                    


Subo a mi habitación a cambiarme de ropa y darme un baño primero. Me quedo viendo al espejo como siempre un poco más de lo normal y antes de desnudarme.

Mi piel es bastante blanca, como la porcelana no vieja. Mi cabello rubio está muy largo casi lo puedo sentir en mi culo. Y mis ojos, no voy a hablar de ellos, son tan azules zafiro como los de mi padre, y mis labios, nada que envidiarle a Angelina Jolie. Tengo una cintura delgada y estoy agradecida por ello, a pesar de que como como un viejo camionero.

Además mi ropa es bastante casual y podría pasarme desapercibida si me rapara, daría lo mismo ya que por detrás soy bastante parecida a un chico. Nada de culo. Nada de curvas. Casi una modelo con cara angelical según mis amigos.

Me voy a mi pequeño closet y no necesito rebuscar en su interior. Lo primero que saco son un par de vaqueros rasgados y una camisa a cuadros rojos y una blusa de centro blanca.

Veo mis pobres converse azules a un lado.
Están casi nuevos y es porque los cuido como mi vida. Me costaron un ojo de la cara. Esos y los otros diez pares más en diferentes colores.

Pero estos, estos azulestenían un brillo diferente. No como los otros.

No importa que Mona traiga un vestido, no es la primera vez que intenta vestirme como una chica normal.  ¡No soy una chica normal!

A los veinte minutos bajo peinando mi largo cabello con mis dedos. La tarta está sobre la mesa y el abuelo ha despertado.

— ¿Quién eres tú? — pregunta.

No tiene demencia ni Alzheimer. Es un juego que hemos inventado. Lo fulmino con la mirada y me hago la sorprendida, corro hacía él y busco sus costillas. Ríe a carcajadas.

— ¡Ya sé, ya sé! ¡Eres mi pequeña ratoncita que come todo a su paso!

— ¡Abuelo Gus!

— Ese soy yo.

Me siento en su regazo. La primera vez que me hizo esa broma me eché a llorar. Perder a alguien o que alguien no te recuerde es lo mismo. Perder. Desde ese entonces jugamos a Quién eres.

Él es mi abuelo Gus y yo soy su ratoncita. La pequeña ratona blanca que come todo a su paso y que nadie la ve. Es lo que pasa en algunas madrugadas cuando no puedo conciliar el sueño. Se escuchan bolsas y ruidos en la cocina como un ratón estuviese buscando comida.

— Los chicos llegarán pronto. ¿Quieres ir? — le pregunto por lo bajo.

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora