—Es diferente— Intenta defenderse.
—¿Es diferente porque tú tienes dinero y yo no?
—No es lo que quise decir—Su voz ahora es ronca y firme.
La decepción y el toque crudo de realidad
manipulan mi mente y cuerpo. Ahora lo único que puedo hacer es salir de aquí para huir de esto. De sus órdenes y explicaciones. Porque sé que le diré la verdad en cualquier momento y aún no estoy preparada.
Es una tontería.
—Me iré ahora mismo.
—No, Ella. No te vayas, hablemos esto.
Me rompe por dentro. En realidad quisiera
decírselo. Pero sé que hay algo más.
—Ojalá tú también me dieras un poco, Gideon. Pero me confunde tu mirada, tus palabras y a veces tus acciones. Actuaste hoy como si no me conocieras y más sin embargo me defendiste.
Gideon se quita sus gafas y las arroja a su
escritorio. Camina hacia mí y yo retrocedo.—No te atrevas a huir, Ella. —Parece que ya
conoce cada una de mis intenciones.—No te atrevas a huir de mí, basta.
Llega hasta mí y limpia una lágrima de mejilla que me traiciona. Es la primera vez que lloro de esta forma frente a él.
—Lo siento—Es lo único que puedo decir antes de que él me tome entre sus brazos y levanté del suelo.
Rodeo su cintura con mis piernas y lo abrazo
fuerte hasta querer traspasar su alma y ver lo que esconde dentro.
Me lleva hasta su escritorio y me sienta frente a él, quitándome su camisa de botones y de nuevo vuelvo a estar desnuda frente a él.
—Deja de huir, Ella—Me ruega al mismo tiempo en que besa mi cuello. La música en el fondo rompe mi alma al escuchar su letra.
Pienso que lo puedes hacer mucho mejor que yo.
Después de todo las mentiras que te hice creer La culpa me patea y empiezo a ver
El borde de la cama
Donde tu camisón solía estar
Me dije a mí mismo que no te echaría de menos
Pero recordé
Lo que se siente estar a tu lado
Realmente extraño tu cabello en mi cara
Y la manera de tus inocentes gustos
Y pienso que deberías saber esto
Te lo mereces mucho más que yo
Me dije a mí mismo “No te echaré de menos”
Pero recordé
Lo que se siente estar a tu lado
Realmente extraño tu cabello en mi cara
Y la manera de tus inocentes gustos
Y pienso que deberías saber esto
Te lo mereces mucho más que yo…
—Cuando te vas de alguna forma—Pronuncia mientras su pene va entrando poco a poco en mí—siento que lo pierdo todo.Oh, Gideon.
—No estoy huyendo, Gideon.
Me embiste de un solo golpe y clavo mis uñas en su espalda.
—Bésame—Me pide viéndome a los ojos
mientras me hace suya—Bésame hasta que sea capaz de volver a creer, mi dulce niña.
—Gideon, por favor—Nuestros besos son
salados. Nuestras almas están conectadas de una manera que duele y al mismo tiempo nada más puede existir más que esto. Nosotros.
Estoy enamorada de este hombre y él me pide que lo haga volver a creer.
No sabe que por creer demasiado, esperamos lo imposible.
—No tienes que creer, Gideon—Le agarro la cara y entrego mi orgasmo en su boca—Solo tienes que aceptarlo.
Y él me acepta a mí tanto como yo acepto el hecho de que no podemos estar juntos como queremos. Como él quiere, que sea yo la que termine de creer de que los cuentos de hadas sí existen.