Capítulo 21

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-Señor Graysson.

Me olvido por completo de mi atuendo y le
brindo una mirada de respeto más no de una invitada más a su fiesta. Él ni siquiera se lo imagina.

-El señor Graysson era mi padre.

Lo dice con un tono seco y sin sentir el más
mínimo dolor. He adivinado que se encuentra ebrio y me lo termina de corroborar el vaso que lleva en sus manos, cuya bebida oscura revuelve mi estómago.

Dice más de una palabra en ese estado o la bebida le ayuda a terminar de ser un hijo de perra y completo snob.

-Tu nombre-Demanda.

Lleva un traje negro de tres piezas y sin corbata. Alcanzo a ver un poco su pecho cuya mata de vello amenaza con asomarse en ausencia del botón que ñ no decidió abrocharse. Me gustaría poder ver los tatuajes que dice Mona que tiene. Es todo un chico malo que no importa si es un idiota luciendo así se puede dar el gusto.

Quiere saber mi nombre. La última vez no pareció importarle demasiado. Pero como era de esperarse, no soy la chica que limpia suelos en su empresa y tampoco la que insultó su boca con el café Irlandés que le preparé el otro día. Él no sabe que soy la misma chica.

-No me gusta hacerme repetir.

Lo fulmino con la mirada y él me ve de pies a
cabeza. No sé si me observa de manera lujuriosa es difícil descifrar esa mirada vacía y seria. Viniendo de él diría que ambas. Pero lo que sí sé es que tiene hambre de lo que podría estar debajo de mi vestido.

-Ella-Respondo y corto nuestra mirada para seguir observándose el andar de los autos ahí abajo.

-Ella-No sabía que mi nombre sonaría tan bien saliendo de su boca. Me gusta y no comprendo qué me pasa a mí también. Podría salir corriendo ahora mismo.

Pero no puedo hacerlo, no porque no pueda, sino porque entre más lo veo hablándome más quiero quedarme.

-Supongo que ya sabes quién soy yo.

-Supone bien, señor Graysson.

Lo veo por el rabillo del ojo cuando le da un trago a su bebida.

-No debería de tomar así aquí, es peligroso.
-¿Quieres empujarme?

Esa pregunta hace que lo vea con enfado. ¿Cómo se le ocurre decirme una cosa así?

-Voy a tomar su comentario como resultado de su embriaguez.

-No fue un comentario-Rechaza- Ha sido unapregunta. Mujeres como tú son pocas, te preocupas más por el lugar en que bebo en vez de querer beber conmigo.

-No me gusta tomar.

Su boca se mantiene en una línea recta. Allá
vamos otra vez con querer ser listo cuando ni siquiera me conoce.

-Hace un rato no pensabas lo mismo.
Abro mi boca sorprendida. ¿Me ha estado
observando?

-Es mi fiesta, es mi empresa y eso significa que eres mi invitada o una de mis modelos. Aunque nunca te había visto, creo que te conozco o te pareces a alguien que conozco. La cuestión es, Ella ¿Por qué mientes?

-No estoy mintiendo. No puedo creer que haya estado observándome y sea descarado al respecto.

Esa palabra no parece gustarle. Se acerca un poco más al punto que ya puedo sentir su perfume varonil y exquisito como también su aliento a pesar del alcohol.

-Cuida esa boca.

-Y usted cuide sus palabras. No su invitada. Soy amiga de Mona, la que hizo esta fiesta. Lo que lo hace a usted estar en un segundo plano. Por lo tanto no debió observarme-Lo que me lleva a otra cosa-Ni seguirme.

No dice nada. De nuevo entra en su papel del señor G misterioso y frío. Sea cual sea su problema no voy a caer en él. Es propiedad de Paris lo que lo hace más peligroso ahora.
No me gusta cómo me mira. Es como si quisiera leer mi mente ¿Acaso sabe hacer eso?

-Te equivocas, no te seguí. Pero de haberlo
hecho no estaría arrepentido. No eres una mujer común, a lo mejor es algo que te dicen muy a menudo.
Ahora estoy confundida.

-¿A qué se refiere? No he hecho nada.

-Es por eso que sigo aquí, porque no has hecho nada. Las mujeres suelen ofrecerse sin pudor alguno. Estoy rodeado de mujeres que matarían por tener una conversación de más de cinco palabras conmigo.

Exagerado.
Pongo los ojos en blanco. Si lo que quiere es eso solo debe ser un idiota, es lo siguiente para que nadie quiera hablar con él.

Este hombre está rodeado de mujeres huecas y con tetas grandes que lo único que buscan es entrar en su cama. Debe haber un problema con él. No es para tanto ¿O sí?

-Le aseguro que no he matado a nadie. Y se
equivoca en algo. Las mujeres como yo, no nos gusta tener este tipo de conversaciones con hombres como usted.

-¿Hombres como yo?

-Sí, de los que se creen irresistibles que pueden tener todo con sólo chasquear los dedos. Le aseguro que no soy de ésas y definitivamente no estoy interesada en
ofrecer nada más que mis disculpas, me tengo que ir.

Me sostiene del brazo cuando quiero escapar. Su tacto, su roce y su respiración que ahora es más rápida ha arruinado todo. Eso no me lo esperaba.

-Sí, no eres como todas-No sé a qué se refiere pero lo ha sentido él también al tocarme. Es como lo que sentí cuando apenas sus dedos rozaron los míos en el
café.

-La mujer que está conmigo una noche no
vuelve a ser la misma. La forma en cómo la follo no es lo único que las vuelve locas, sino lo que viene después- Susurra en mi oído -Primero comienzo con sus labios y recorro sus cuellos hasta llegar a la punta de sus pechos. Abrazo sus pezones con mi lengua y tiro de ellos hasta que están a punto de sangrar. Eso les encanta. Yo soy un dios, seré tu dios si me lo pidieras. No soy un caballero, puedo lastimarte si quisiera, ponerte de rodillas y que me la comes, sé el efecto que tienen mis palabras en ti, me lo dice tu piel eriza, y tus mejillas sonrojadas.

Dios mío. Ese tono de voz me embriaga y no sé en qué momento llegamos a hablar de sexo. No me conoce y no sabe quién soy. Dudo mucho que haga esto con una extraña, pero entre más lo escucho, menos quiero irme
ahora. Mis piernas son torpes y no obedecen mi orden de caminar y salir de aquí antes de que sea demasiado
tarde.

-Al momento de penetrarlas lo hago tan duro que muchas veces llegan al orgasmo ahí mismo y creo que te imaginas lo que es que te follen cuando ya has terminado. Tu vagina se aprieta tanto que puedes acabar una y otra vez, pero no podrás porque yo no te dejaré. Querrás más pero para cuando te despiertes, yo no estaré ahí para dártelo. No soy un hombre que repite con la misma mujer. No es una regla, es supervivencia.

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora