Capítulo 46

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Contenido CALIENTE

Solo hace un par de horas que me despedí de Gideon y todavía puedo sentir su sabor en mis labios. Su mano en mi cintura y el aire de su boca rozándome el cuello.
Estoy excitada.

Recuerdo los movimientos, la sensación de
tenerle entre mis piernas y me aferro a mis sábanas gastadas debajo de mí.

—Me gusta cuando haces eso.

Abro los ojos cuando escucho su voz. ¿Qué clase de sueño era ese? ¿Y por qué estoy desnuda?

Vuelve a pasar la lengua en mi sexo y ahogo un grito.

—¡Gideon! —Apenas y grito por el placer que me da—¿Cómo es que…¡Dios! ¿Qué haces aquí?

Sigue besando y ahora muerde mis muslos,
abandonando mi humedad gracias a su trabajo y escala hasta llegar a mi rostro. Está desnudo, puedo sentir su dureza entre mis piernas y me abro más para él.

—Tienes un pésimo sistema de seguridad en la puerta, Ella. —Explica—Deberías de decirle a tu padrastro que lo arregle sino lo haré yo. No puedo irme y saber que mi chica está expuesta de esa manera.

—¿Pero qué dices? Deja de hablar de Pib mientras estamos así.

—Tampoco fue difícil dar con tu habitación—Continúa esta vez entrando en mí y me relajo para recibirlo—Es la única habitación con una gran C colgada en ella.

—Cielos, cállate de una vez—Suplico moviendo mis caderas.

Me muerde el labio inferior y mete su lengua
dentro de mi boca. La acaricio con la mía y nos perdemos en nuestro beso.

—Ni siquiera sé lo que haces aquí, pero por favor, no te detengas.

Cada vez nuestras caderas colisionan más fuerte y su placer es el mismo que el mío. Me deleito besándolo con mucha hambre y me sorprendo a mí misma agarrando su culo y apretándolo más hacia mí.

—Te dije que no había terminado contigo.

¿Ah, con que se refería a eso?

—No tengo ningún problema con eso.

Sale de mí y me resiento. Me da la vuelta con
maestría y ahora estoy con el culo en compa hacia él.

Besa mi espalda y llega hasta él y me muerde. Brinco en respuesta y me sostiene duro.

—No te muevas. —Me ordena.

Eso intento. Pero su barba me hace cosquillas.

Besa y aprieta mis nalgas hasta que vuelvo a sentir su respiración en mi sexo. Muerde y chupa de nuevo y en cuesta postura me cuesta mucho trabajo poder estarme quieta.

Esto se siente bien. Y no sé cómo lo hace. Está comiéndome ahora con más furia, mientras yo estoy por terminar de nuevo en su boca. Entierro mis dedos en mi propia almohada y ahogo mis gemidos ahí cuando exploto y dejo caer mi cabeza.

Gideon aún me sostiene por detrás. Escucho el sonido que hace al rasgar el envoltorio del preservativo y sé que nada ha terminado.

«La primera vez no usaste uno»

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora