Capítulo 28

2.7K 167 0
                                    

El hombre me ve de pies a cabeza. Me veo haciendo lo mismo. Hoy visto un ridículo vestido de punto colorblanco. Llevo mi chaqueta vaquera y mis deportivos a juego. Ah, y mi boina muy en el fondo de mi bolso.

Hoy tuve esos días en que escondí los vaqueros gastados y quise usar unos de los pocos vestidos en los que no me siento una frágil flor de Cenicienta.

—Hoy el bar es exclusivo para las damas.

Oh, eso. Me da la risa torpe y decido entrar de todas maneras. Desde luego voy corriendo al bar y busco a Gideon con la mirada.

Me entra la curiosidad y siento la necesidad de estar aquí no sé por qué. Nunca he sido una persona de malos presentimiento pero ahora que estoy acá. Me siento diferente y más al ver a Paris del otro extremo del bar vigilando a Gideon.

Dudo mucho que él sepa que lo observa. Y lo más raro es que parece que fuera el objetivo de Paris.
Lo ha seguido.

Gideon permanece contemplando el trago en su mano. Parece que espera a alguien. O quizá a nadie.

Quién sabe sólo está bebiendo, como la otra
noche. En una zona bastante restringida y lejos de la multitud. Debería de beber en su casa.

—¿Te gusta lo que ves?—La voz de la chica del bar llama mi atención.

—¿Disculpa

—Al jefe—Responde sirviendo una especie de trago en un recipiente de aluminio y lo agita—Que si te gusta; sí sabes quién es, ¿no? No eres la primera que se sienta aquí a observarlo.

—¿Jefe?

—Sí, él es el dueño del bar. Viene aquí de vez en cuando y siempre hace lo mismo. Beber.

Me rompe el corazón.

—¿Vas a tomar algo?

—Cerveza— digo y ella me la sirve directo en una jarra.

Paris no se ha dado cuenta de mi presencia. Algo me dice que no es casualidad y tampoco que esté observándolo de esa manera poco cuerda.

Paris echa un vistazo a su alrededor.
Me escondo entre las botellas que tengo enfrente y ella rápidamente saca un pequeño bote tipo gotero y aplica algunas a su vaso.
¿Qué carajos?

Espero que se lo lleve a la boca, pero no lo hace. Permanece vigilando a Gideon como si... ¡Mierda! Ese trago es para él.

Debo sacar a Gideon de aquí. Nada de lo que Paris pueda tramar es bueno. Y debo inventar algo para que no me vea y Gideon no me reconozca.

Le hago una señal con la mano a la chica del bar y de inmediato se acerca.

—Oye, no vine aquí a vigilar ese bombón. De
hecho él y yo...

—Oh, qué caliente. —Lo entiende.
Ella parece interesada en lo que le digo.

—¿Ves a esa chica de allá?—Ambas vemos a Paris que continúa su mirada fija en Gideon.

—Esa loca, sí. Espera no me digas que la conoces. No sé cómo lo hace, pero siempre está vigilando al jefe. Y nunca habla con él. Aunque hoy ha tardado en irse.

Lo que sospechaba.

—Bien, parece que ya nos estamos entendiendo. Quiero llevarme a mi chico a casa. Pero lo mantenemos bajo perfil y esa mujer de ahí es un peligro para lo que
tenemos. ¿Crees que puedas mandarla al otro lado del bar mientras nos vamos?

—No habrá problema. Pero te costará algo.

Saco mi billetera y pago la cerveza que no probé más dos billetes más. Propinas del café y se lo doy.

—Gracias—Se guarda los billetes y yo me muevo hacia otro lugar para que Paris no me vea.

Veo a la chica del bar acercarse. Paris parece
nerviosa por lo que le dice y sin más se pone de pie para retirarse al otro lado del bar, sin dejar de ver a Gideon.

En cuanto se sienta la chica del bar arroja una bebida en forma de accidente en el vestido de Paris. Y cómo era de esperarse, hace un pequeño drama sin llamar la atención de los demás ni de Gideon y se marcha hacia el tocador de mujeres.
La chica del bar me hace un guiño y es mi
momento de actuar.

Camino hasta donde Gideon con el corazón en la mano y toco su hombro como si lo conociera para no levantar sospecha, pero es una mala idea, ya que él apenas y me ve.

—Gideon.

Cuando pronuncio su nombre levanta su mirada y sus ojos destellan de asombro cuando me ve y al mismo tiempo su cejo fruncido me dice que está de mal humor.

—Sé que no estás frente a mí - Farfulla - Pero me da gusto volver a verte...Ella.

Paris saldrá del tocar en cualquier momento. Así que no tenemos mucho tiempo.

—Salgamos de aquí.

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora