Capítulo 12

3.3K 170 0
                                    


— Es mi lugar favorito en todo el mundo — me sobresalté al punto de casi gritar. —¡Mierda, Cinder! Lo siento no quise asustarte.

Era Thomas.

— Thomas ¿Qué estás haciendo aquí?

— Es mi casa — dijo sonriéndome y mostrándome unos perfectos y blancos dientes.

Desde luego era su casa, pero no sabía qué hacía ahí y sin Paris.

—¿Dónde está Paris? — le pregunté con temor, recordando las tres reglas de no hablar, tocar y mirar. Estaba haciendo dos de ellas.

— Siempre me preguntas eso cuando quiero hablarte. ¿Estás demasiado obsesionada con ello?

— Yo… emmm…

— Me gusta cuando haces eso — se acercaba cada vez más.

— ¿El qué cosa?

— Ponerte nerviosa cuando te hablo.

— No estoy nerviosa — decliné — será mejor que regreses a tu fiesta.

— Es aburrida y ahora no me arrepiento de haberla organizado, cualquier excusa vale para que puedas venir, y si eso incluye a Paris, lo acepto. Sabía que te vería esta noche. Luces hermosa.

—Eso no es cierto — decliné de nuevo. Rechazaba cada cumplido, siempre.

— No importa lo que te pongas, sé por qué pasa. Pero aún así usaras una peluca de payaso, no lograrías esconder tu belleza, Cinder. Es algo con lo que Paris no puede lidiar.

Mi corazón daba un vuelco cada vez que me hablaba así. Thomas era tan dulce que dolía, dolía mucho porque sabía que no podía tenerlo, ni siquiera como amigo.

— ¿Por qué me hablas así de ella? Es tu novia, no deberías de hablarme, te meterás en problemas.

Arrugó su frente, lo que hizo que esas marcas lo hicieran ver caliente. No es que no lo era. Su cabello era moreno, su piel tan blanca como la mía y su sonrisa era hermosa además de sus ojos café claro. Tenía un cuerpo tonificado por el deporte que practicaba y además, olía riquísimo. Podía sentirlo cada vez que se acercaba más. No olvidaría nunca ese perfume.

— Paris no es mi novia, nunca lo ha sido y nunca lo será.

No me daba cuenta, pero estaba frente a mí.
Estábamos frente a frente. Y nadie a nuestro alrededor.

No había soñado con esto nunca y me daba cuenta que me sentía muy feliz. Por fin estaba hablando con él.

— Tu casa es hermosa — no supe qué otra cosa decir.

— Gracias pero no es mía, es… olvídalo. No es mía.

— ¿Por qué no tuya?

— No lo sé, me conformo con que me hereden esta terraza. La construí yo mismo — vio en mi cara el asombro — me refiero al diseño y ayudé en algunas cosas, mi padre contrató algunas personas.

Puse los ojos en blanco y me reí. Era como si él lo hubiese hecho aunque no con sus propias manos.

— Es hermoso — vi hacia lo lejos, la montaña
oscura y las luciérnagas por todo el lugar.

— Sí, hermoso — me di cuenta que no miraba lo que yo, me miraba a mí.

Yo era hermosa para él.

Sentí que era prohibido estar ahí, tanto que mesentí mareada por un momento. Como si se tratara de un toque de queda o algo por el estilo, quería correr.

— Cinder hay algo que he querido decirte todo este tiempo.

— Thomas, no — lo paré — sea lo que sea, debe esperar, por favor. No sabes lo…

— ¿Lo cruel que puede ser Paris? ¿Cómo sabía?

— Acaba de hacer llorar una chica en la fiesta, me dio tanto asco que me escondí de ella y vine a buscarte.

Nunca puedo hablar contigo, nunca puedo decirte lo que siento.

— Siempre te veo con ella, hablando con ella.

Aquello sonaba como un reclamo y no lo quería así. Él podía hacer lo que quisiera. Paris era hermosa, una rubia de ojos claros, cuerpo de infarto gracias a sus graves desórdenes alimenticios, pero era lo que todo
chico quería. Una chica perfecta de pies a cabeza.

— Y siempre estás tú ahí — lo dijo tan serio que le creí — es ella la que se interpone cuando quiero hablar contigo, cuando quiero verte en tu casa, no sé qué pasa con la cabeza de Paris, se ha creado una especie de relación retorcida cuando todo el equipo se ha acostado con ella. Cree que no lo sé, a veces pienso que ella sabe lo que siento por ti y por eso se interpone.

— Eso es una estupidez ¿Cómo es que…

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora