Capítulo 20

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Brillos.
Música.
Clase.
Elegancia.

Veo muchos brillos, elegancia y se respira dineropor todo el salón de eventos importantes de Graysson Publicity. Uno de los más exclusivos y caros si en celebración se trata en la ciudad de Seattle. Mona ha hecho un gran trabajo.

Y mi consejo sobre los bailarines bailando sobre burbujas flotantes. Meseras vestidas de encaje negro elegante, música clásica y muchos cocteles. Alfombra roja dentro, cristales y rubíes por todo el lugar.

En cuanto a mí quería un vestido nuevo, pero jamás me imaginé que me vería irreconocible en él. Un vestido de seda pegado al cuerpo color azul cielo. Lleno de hermosas piedras en la parte de arriba, con una inmensa cola que se arrastra sobre el suelo y mi espalda cubierta de encaje.

Mucho encaje. Lo mejor de todo es que podrías no usar ropa interior y la gente no se daría cuenta.

—Te ves hermosa—Dice Mona, ella lleva al igual que yo un hermoso vestido. Pero dejando sus piernas descubiertas y es color blanco. Se supone que el tema de esta noche es que “se vale todo” y nadie puede criticarte.

Graysson Publicity se trata de tomar provecho a todo y arriesgarse por todo lo alto sin importar qué.

—Es demasiado ¿Crees que me reconozcan? — Pregunto tocando mi cabello.

Mona insistió en que lo llevara suelto y liso hacia a un lado.

Luce hermoso y parece una gran ola rubia platinada y mi maquillaje lo he querido resaltar solamente en mis labios, dejando así mis ojos al natural.

Mona tenía razón, nadie me ha reconocido por el simple hecho de que nadie en realidad me ve, la real yo.

La conservación en overol o fuera de él. La chica sirviendo el café caro.
Tampoco he visto a Paris o Pippa, eso es buena señal. Me estoy divirtiendo.

—Los chicos vendrán pronto.

—¿Los has invitado?
Asiente emocionada.

—Esta fiesta la he planeado con tu ayuda, ellos también merecen estar aquí, además entre más gente mejor.
Estoy de acuerdo.

La fiesta es increíble y quisiera que no acabará nunca. Pero mis pies me están matando.

Al cabo de unas horas Jimi y Gracie han llegado. La hemos pasado sensacional y hemos bailado mucho.

Los tragos aún no me llevan a casa, a diferencia de Gracie y Jimi quienes desde luego queriendo llevar la
fiesta a otro lado. Mona se divierte, pero también trabaja y debe quedar bien con sus jefes.

—Ya regreso, tomaré un poco de aire.—Les digo a los chicos, quienes no se quitan los ojos de encima.

Cuando me vieron esta noche tampoco lo podían creer de lo diferente que me miraba. Pero más que diferente, era como si todo estuviese hecho para mí y no al revés.

El salón es lo bastante grande, pero necesito un poco más de aire fresco y la noche puede también ser más hermosa fuera.

Mona dijo que la terraza era hermosa, tanto que no necesitó decoración alguna. Aunque nadie en realidad estaría ahí si la diversión está adentro. Así que decidí ir a comprobarlo con mis propios ojos.

Tomo el camino corto y cuando veo a lo lejos París y Pippa están hablando con un par de personas. Visten elegante como era de esperarse. No me da tiempo de notar lo que usan en detalle ni tampoco quiero verlas,
por lo que me abro paso hacia la salida rápida y no tomo el elevador.

Subo dos pisos rápido y llego hasta la puerta que da la señal a la terraza. Al abrirla el aire me abre paso. Siento el aroma de la noche, es ridículo pero esas cosas las nota una persona como yo, como al humo de los autos y libertad.

La noche aquí está calmada. Y es verdad, es
hermosa. No es como las típicas terrazas de suelo de concreto. Es cerámica fina, acabados en oro para ser solo una terraza y pieles de colores en diferentes sillones alrededor.

Mi mente me traiciona cuando me lleva al
recuerdo de lo que pasó la última vez que estuve en una terraza. No era tan grande, pero se veía así de sola hasta que escuché la voz de Thomas.

—No es igual—Digo en voz alta y camino hasta el barandal. Está mi misma altura a pesar de que llevo zapatos de tacón. Pero la vista es más hermosa que tedan ganas de llorar.

A lo lejos el sonido de los autos en su hora no
pico. Me pregunto si en el día las calles se ven más llenas de lo que están a esta hora de la noche.

El frío no me importa. Hace mucho tiempo que no sentía la brisa fresca en mi cabello, en mi rostro y lasensación de libertad.
Quiero ser libre.
De mis recuerdos, de mis miedos y sueños
imposibles.

—No pensarás en saltar ¿O sí?

Ahogo un grito de susto cuando escucho la voz de un hombre. No es cualquier voz y tampoco cualquier hombre. A pesar de la oscuridad logro aclarar mi vista dejar que la luz de la luna ilumine su rostro. Un hermoso
rostro conocido.

No me lo puedo creer.

¿Está ebrio?

Ese hermoso acento inglés no podría olvidarlo aunque quisiera.

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora