Capítulo 30

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No es miedo lo que tengo. Es curiosidad por saber por qué mi cuerpo y mi mente reaccionan así ante él. Es un sentimiento mutuo y es una locura al mismo tiempo
que, la realidad nos golpeará muy fuerte.

Su mano va a dar directamente a mi pierna
desnuda. Es verdad, el vestido es demasiado corto que no me había dado cuenta. Su mano caliente y grande se siente bien y lo que provoca en mí hace que no aparte su mano de un golpe y salga de su auto.

—Estás temblando, Ella.

—Mi pecho hace algo peor—Mi voz es casi un susurro.

Su mano abandona mi pierna y recorre hasta mi pecho. Siente el palpitar de mi corazón.

—Estás más viva que yo.

Su mano recelosa deja de tocar mi pecho y
asciende a mi rostro. Toca mis mejillas y rodea mi cuellopara atraerme a él y esta vez no solo siento su lengua. Siento sus labios también bailando al mismo ritmo que los míos.

—Gideon...

—No permitiré que huyas esta vez, Ella. No
tienes ninguna puta idea de lo que haces en mi cabeza. No he dejado de pensar en ti, en saber quién eres y de dónde has salido.

Ojalá pudiera decirle que estamos más cerca que nunca. Pero no sé qué clase de hombre es y si me aceptaría. A la real. Mi realidad

—Cuando lo sepas me odiarás, me gritarás y me echarás.

Sin apartarse demasiado ve mis ojos, mi nariz, mi boca. Mi cabello. Creo que le gusta también como mis ojos.

—Estaría mal de la cabeza. Eres más adictiva que cualquier cosa y eso que apenas y te he probado. Perotú... Tú no has visto nada de mí y aun así has aceptado mi propuesta. Creo queserás tú la que no se quede para mirarlo. Saldrás corriendo.

—Tonterías.

Esta vez soy yo la que lo toma del cuello y lo besa.

De nuevo en su apartamento. La última vez no me pareció tan grande y lujoso. Pero era porque había bebido un poco y la adrenalina era diferente. Ahora puedo ver cada detalle de aquí, incluso a él.

Si no fuese tan serio diría que es amable hasta caballeroso. Gideon se tambalea un poco y lo ayudamos Arsen y yo hasta su habitación.

—¿Estará bien, señorita?—Pregunta Arsen.

—Sí, dejaré que duerma y me iré

Gideon se queja en la cama y toma mi mano.

—Arsen, vete de aquí, ella no se irá a ningún lugar.

Le dedicó una mirada de aprobación a Arsen para que no se preocupe por Gideon ni que cometa una locura. Como dije, dejaré que se duerma y me iré de aquí.
Vaya noche la que ha decidido él emborracharse.

Solo con el hecho de pensar lo que estuviésemos haciendo ahora mismo, hace que mis mejillas se pongan calientes.

Gideon tiene los ojos cerrados y su respiración es lenta. Me quito la chaqueta y la dejo sobre la cama.

Es una habitación hermosa. Podría ser del tamaño de mi casa.

Me gusta su estilo minimalista y los tonos
azulados de las sábanas que dan a juego con las dos grandes lámparas de cada lado de la cama. Un escritorio para leer que está vacío y una pequeña sala al otro extremo de la habitación.

Hay una gigante ventana con puertas de vidrio con acceso a la terraza, me acerco un poco y abro las cortinas oscuras. La mejor vista de Seattle definitivamente. Sería hermoso despertar aquí y loprimero es salir a tomar un café en esta terraza.
Pero supongo que esas cosas para Gideon no son la gran cosa.

Un sonido de un teléfono celular me trae a la
realidad y más al reconocer el tono.
Corro hasta mi chaqueta y veo los mensajes de Mona y una llamada perdida de mi madre. Busco un lugar donde esconderme, aunque Gideon no me escucha de todas maneras.

La puerta al lado de la cama debe ser el baño, así que me dirijo a ella. En efecto es un inmenso baño y también su closet.

Me siento en un sillón blanco elegante que está en medio del closet y llamo a mi madre.

—¿Dónde te has metido, Cinder? Estaba
preocupada por ti.
El tono de su voz me dice lo contrario.

—Estoy bien, mamá. Me he distraído camino a casa.

—¿Con un chico?

—¡Mamá!—La reprendo.

—No estaría mal que fueses a comer con un chico especial, cariño. Ya sabes que tienes edad para ello. Pero si no vienes a dormir, avísame. Sabes que tu abuelo te espera siempre para darte las buenas noches.

Mi madre debe ser la única madre que me
aconseja que salga con chicos. Ella sueña con verme feliz y enamorada de alguien. Y al pasar de los años nunca ha conocido a ninguno en especial.

A mi edad, supongo que es normal y casi desesperado para una madre como la mía.   De todas maneras no se equivoca del todo.

—De acuerdo, te avisaré. Pero no te hagas
ilusiones.

—Ya estoy ilusionada. Espero que me lo cuentes todo sobre este chico.

—Mamá, exageras. Ni siquiera es un chico.

—¿Es mayor?

—Sí, bueno no tanto. No es mi chico, espera. ¡No es nadie en especial! No sé por qué estoy diciendo esto. Y tan nerviosa.

Escucho la risa del otro lado. Mi madre no es ninguna tonta. Y lo sabe. Sé que lo sabe, si es que ya no se lo dijo Mona.

—¿Es el hombre guapo que conociste en la fiesta de Mona? ¿Por qué no me sorprende?

—Sí, mamá. No puedo creer que Mona te lo haya dicho.

—Si no me lo cuentas tú ella sí. Así que, ahora ya puedes contármelo todo. Pero hoy no, cariño. Disfruta tu noche.

—Adiós, mamá. —Me doy por vencida y niego con la cabeza.

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora