Capítulo 47

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᯽ Contenido CALIENTE

Sin más entra en mí y vuelvo a gemir en mi
almohada. No sé cuánto tiempo vaya a soportar esto. A que me haga suya cuando se le apetezca me refiero. Si esto será así entonces comenzaré a tomar su palabra de
que lo que tenemos aún no ha terminado.

-¿Estás bien? -Me encanta que me lo pregunte.

-Sí-suelto con dificultad.

Sus manos están aferradas a mis caderas, mis piernas no lo soportan más y me dejo caer en la cama.

Eso no lo detiene que siga saliendo y entrando en mí. Ahora es mi culo el que estruja y toma para impulsarse de adelante hacia atrás.

-Dame tus manos-Me pide.

Como ve que no puedo moverme, drogada del

placer que me da. Las toma el mismo y como si un policía me esposara, coloca mis manos detrás de mi espalda y arremete con más fuerza.

-Gideon...-susurro.

Encarcelada debajo de él, boca abajo con mis manos en esta posición me deja sin aliento y otro orgasmo se apodera de mí. Él ya no lo resiste más, me lo dice él mismo cuando siento sus manos apretar las mías.
Entonces colapsa.

Y siempre terminamos así. Cuerpo a cuerpo, en completo silencio.

-¿Por qué regresaste? -Aún no me recupero del todo, pero veo a Gideon levantarse de mi cama.

-¿Ese es el baño? -Señala la puerta frente a él.

-Sí.

Tengo la suerte de tener mi propio baño en mi habitación, aunque eso muchas veces significó no salir de mi recámara cuando no tenía ganas de enfrentar al mundo.

Gideon sale del baño minutos después
completamente vestido. Me resiente que esta vez no haya querido ducharse conmigo.

-Me tengo que...

-Que irte, lo sé-Lo interrumpo. Lo que lo hace enfadar y a grandes zancadas llega a mí y se sienta al lado de la cama.

-¿Qué está mal, Ella?

-Nada.

-No te lo preguntaré de nuevo. No quiero irme dejándote así.

Me acuesto boca arriba. Sus ojos están clavados en mis pechos y los toca, para luego besarlos. Me hace cosquillas y lo aparto.

-¿Estás molesta porque me voy o porque entré a hacerte el amor?

-¿Hacerme el amor? -Mi burla no tiene límite.

Es la primera vez que dice algo así. En sus palabras era coger hasta dejarlas temblar. No hay ninguna diferencia a cómo he quedado.

-Loco estaría si hiciera algo menos que eso-

Agarra mi mentón para que lo vea-¿Has entendido?

Hago un movimiento con la cabeza. Me da igual cómo lo quiera llamar.

-No sé por qué estoy enfadada. Si porque haces lo que se te da la gana o porque yo lo permita.

-Hago lo que se me da la gana-Repite mis
palabras como si las analizara. Mira su reloj.

Lo estoy retrasando y odio eso también.

-Vete si tienes que irte-Mascullo molesta-Ya has terminado conmigo.

Me da un azote en el culo que hace que la piel me arda. Ojalá mis golpes también le dolieran, pero no lo harán, es por eso que ni lo intento. Lo fulmino con la mirada y me doy la vuelta hacia el otro lado.

Siento cuando Gideon se levanta de la cama y
vuelve a colocar la sábana sobre mi cuerpo desnudo. Al sentir su respiración en mi nuca, siento cosquillas y evito mirarlo.

-Te llamaré-Besa mi frente-No hagas
ninguna locura en mi ausencia y siempre responde cuando te llame, promételo.

Sé que no me dejará en paz hasta que lo prometa. Pero es él el que debería de prometer responder. No soy yo la que se va al otro lado del mundo.

-Lo prometo, Gideon.

Se ve más calmado ahora.

-Dejé algo para ti sobre tu mesa.

-Buen viaje, Gideon.

Me entran ganas de llorar. ¡Maldita sea! Es un maldito viaje y ni siquiera estoy enamorada de él. Ni siquiera sé lo qué es eso.

¿O sí? Arrojo ese pensamiento al fondo de mi
cabeza. No necesito luchar contra eso también. Lo de Gideon no puede ser otra cosa más que pasión por lo prohibido, el poder y la tenencia de hacerme suya cuando se le plazca.

-Adiós, Ella.

𝗧𝗢𝗗𝗢 𝗣𝗢𝗥 𝗧𝗜 ᯽𝐓𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐚᯽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora