Just Dance. 🌞 |JH Y TN|🌞 ✔

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—¿Puedo saber qué te pasó? — le dije despacio a Momo.

—Me gusta que me hayas preguntado directamente. — me sentí culpable, toda la información que tenía la había obtenido por otras fuentes, pero tampoco iba a decírselo.

Se detuvo en un semáforo.

—Todo había empezado como un juego, me dejé influenciar por Ryujin. Yoongi no es el típico chico que te sacará a una cita todas las semanas o te dirá que te quiere a menudo y eso fue lo que me enamoró, no es indiferente solo qué, no sé cómo explicarte su personalidad única, siempre que lo necesite estaba ahí, es muy dulce, aunque no lo aparenta. Y yo arruiné eso.

Su voz sonaba apagada, como si aún le doliera lo que pasó, yo decidí no interrumpirla.

—Uno de los chicos universitarios comenzó a buscarme, Ryujin dijo que era buen partido y muchas cosas. Cómo no quería quedarme sola les hice caso; empecé a verme con el sin decírselo a Yoongi, no era capaz de terminar con el pero tampoco quería fallarle a mis "amigas" — hizo un gesto entre comillas a la última palabra. — El chico solo quería... Quería aprovecharse de mí y cuando no le dejé intentó hacerme daño. — sus ojos se llenaron de lágrimas y yo tragué saliva.

—Lo siento mucho. — intenté consolarla, eso debía ser muy duro.

—Me alejé de Yoongi por completo, no sabía cómo mirarlo a la cara después de lo que había hecho, que me había permitido serle infiel y aunque me buscó hui, me escondí aquí todo el verano y un poco más de tiempo, fue donde tuve la certeza que amaba a ese chico tsundere. Sin embargo, al regresar a la academia él se había vuelto muy frío. Aquella pelea que tuvo, fue tratando de defenderme ¿sabes?

—Ahora están bien, ¿no?

—No exactamente, estoy tratando de redimirme, lo amo y no quiero perderlo otra vez.

—Eres muy valiente. — le animé.

—Tú también deberías serlo, Hoseok te ama y tú a él, sin embargo, estás aquí huyendo.

—¡Pero si me has traído tu! — la acuse y ella se rio.

—De todos modos, lo habrías hecho, ese chico con el que estabas me da mala espina, tomate esto no como un escape, sino como una tregua para armar un plan. ¿Araso?

Quise contestarle, quise decirle que estaba de acuerdo y que confiara en mí, pero nuestras situaciones no eran similares, ella había escapado del chico que amaba por culpa de lo que había hecho y sus consecuencias. Yo escapaba de un hombre que no le había importado aliarse a un asesino para quitarme del camino de su hijo, y este último ya no sentía nada por mi aunque todos se empeñaran en demostrar lo contrario.

Casi dos horas más tarde ella detuvo el carro frente a un edificio de tres plantas, me estire y bostece después de tan largo camino, había un aire fresco allí. Era como un pequeño condominio, estaba pintado de blanco, tenía un pequeño jardín con muchas flores.

—No tienes nada que temer aquí, las personas de este lugar casi no están, arriba vive una chica que es doctora; siempre está en trabajo, el apartamento que está abajo es del dueño, no lo alquila, pero tampoco vive ahí, así que prácticamente está vacía y al lado del nuestro vive un chico que todo el tiempo está de viaje creo.

—Entiendo.

—Bueno, eso es si aún siguen viviendo aquí, en la calle de abajo hay tiendas. Esto te servirá. — me extendió una tarjeta.

—No voy aceptar eso, por más que necesite ayuda tengo mi propio dinero y...

—No puedes usar tu tarjeta, te rastrearan hasta aquí, ¿acaso no ves películas?

—Puedo sacar el dinero en efectivo.

—Como quieras, espero que estés bien en este tiempo y cuides tu salud. —encendió el motor.

—¡Gracias por todo! — me despedí con la mano, ella hizo lo mismo y empezó a salir de reversa, luego frenó de repente.

—¡Oye! — me gritó haciéndome seña para que me acercara, lo hice — No te he dado el código de la puerta. Bueno, también quería disculparme por todo, solo eso.

No le conteste, solo asentí y tome el código, después que se fue subí al apartamento.

Era pequeño y acogedor, estaba amueblado, mi barriga rugió, no había nada en la nevera ni en la despensa. Busqué el dinero en efectivo que tenía, y fui a comprar ramen.

Me encanta el ramen, pero también proveché para comprar algo de suministros, busqué mi celular en la cartera, pero entonces recordé que ya no tenía. Decidí pagar e irme.

—Tenemos un nuevo producto a dos por uno, están en aquel pasillo por si le interesa. — me señaló la chica y aproveché, eran refresco con sabor a chicle, tomé cuatro y algunas botellas de cerveza.

Le pedí a la chica que me preparara unas de las sopas y me senté afuera, preferí quedarme ahí que subir al solitario apartamento así que dejé que el tiempo se fuera mientras bebía y comía.

Otra cosa más que había ido hacer a Corea era emborracharme, ¿qué me estaba pasando? Yo no planeé nada de todo esto.

Si pudiera volver el tiempo atrás, desearía haber hecho mi cambio de monedas desde el principio o simplemente rechazar la oferta de Channel de ir al parque de diversiones.

Esa opción me permitiría no conocer a Hobi, ¿De verdad estaba dispuesta a no serlo parte de mi vida si fuera posible? Sabía que no, porque dentro de mí era consiente lo que sentía por él.

Le di el último sorbo a mi cerveza, había varias latas en la mesa, las dejé allí mismo, empecé a subir la calle a tropezones, esto es muy solitario.

Casi me caí al subir las escaleras porque empezaba a marearme, llegué hasta mi puerta y como pude introduje el código, pero no sé abrió, lo intente varias veces y nada.

—¡Ábrete! — le grité, quizás con alguna palabra mágica funcione. — ¡Abracadabra! ¡Lachimolala!

La aporree con fuerza, ¿No quería que yo durmiera en mi casa? Hay una frase de Harry Potter que permite abrir puertas, ¿Cuál era? ¡Ah si!

—¡Alohomoraaaaa! — y la puerta se abrió, la empuje mientras le regañaba que si volvía hacerlo la cambiaría. Solté las fundas y me quité los zapatos, mañana lo arreglaría, tenía mucho sueño, me quité toda la ropa quedándome solo en interiores. La cama se sentía caliente, eso era raro porque nadie se había acostado allí pero qué más da, me acurruque durmiendo casi de inmediato.

Alguien me llamaba, no, algo me impulsaba a despertar, comencé a moverme incómoda, sentí como desde mi estómago todo subía, me levanté como flash hacia el baño y vomité.

Esto se sentía horrible, mi boca sabía cómo ácido, lo saqué todo, mientras me sostenian el cabello desde atrás, cuando ya no sentía arcadas me senté en el piso mientras bajaba el inodoro. La cabeza me iba a explotar, me dolían los ojos, acepté el vaso de agua que apareció frente a mis ojos y creí volver a vomitar por el mal sabor que tenía en la boca.

Me lavé la cara y pegué la lengua al cielo de mi boca, V me había dicho en una ocasión que eso funcionaba para el dolor de cabeza.

Salí del baño arrastrando los pies, había una sombra un poco más allá de la puerta, cuando enfoqué mis ojos más hacia ahí, había un chico recostado a la pared con los brazos cruzados.

Grité.