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Dos semanas.

Habían pasado dos semanas en la que no podíamos ver a Momo, su estado mental era muy delicado, solo Yoongi podía entrar hacerle compañía, pero ni siquiera a él le dejaba que se le acercaba.

Dos semanas en la que todas las noches me encerraba en la habitación porque Hobi volvía a casa de vez en cuando y era impredecible saber qué día me toparía con él, así que le evitaba a toda costa.

Dos semanas en la que mi pareja favorita parecían desconocidos, Channel y TaeHyung se habían distanciado mucho. Una noche encontré a V, llorando; eso me partió el corazón, esperaba que en cualquier momento volvieran.

Dos semanas de completas expectativas, porque aún no se tenía noticias de Jean Carlos.

Dos semanas que, aunque nos empeñáramos en negarlo, vivíamos bajo mucha presión y estrés.

La boda de Hoseok llegó y consigo un ambiente completamente tenso en la casa, no podría creer que estuviera pasando de verdad, que el amor de mi vida se iba a casar con alguien más que no era yo, aun peor no estaba haciendo nada para impedirlo.

Los chicos estaban listos para irse, solamente estaban esperando a Channel, ella terminaba de arreglarse en completa lentitud por si me decidía ir o no.

—No puedo hacerlo, no puedo arruinarle la vida de esa manera.

—No le estas arruinando la vida, se la estas salvando.

—Me duele, me duele mucho. — la voz se me entrecortó.

—Por lo menos deberías despedirte, y liberarte de él. — ella tenía razón, debía despedirme de el, no podía vivir de esa manera, no podía ser sano. Los chicos se fueron, debían mostrar apoyo a su amigo, aunque no estuvieran de acuerdo. Me vestí formal, tampoco iba a exagerar, me sentía como si estuviera viviendo un luto en carne propia. Debería ser valiente, aunque sea una vez en mi vida.

El salón donde se llevaría a cabo la ceremonia estaba decorado de manera magnifica, este seria la boda de ensueño de cualquier chica, la mesa en la que Channel y yo estábamos tenia los nombres de todos ellos, obviamente menos el mío, señales del cielo de que en primer lugar ni siquiera debería estar ahí. Los demás llegaría a la mesa en cualquier momento, probablemente estaban con el en algún lado del edificio.

Comencé a estrujarme las manos de los nervios cuando vi que el MC tomaba su lugar en el podio mientras arreglaba las tarjetas que llevaba en la mano, alguien se le acercó y le susurró al oído.

—¿Qué esta pasando? — Channel miraba en mi misma dirección, claramente algo había atrasado la apertura de la ceremonia.

—Chicas... — Miramos a Jungkook que respiraba hondo, parecía que había corrido hasta llegar donde nosotras. — Hoseok se ha fugado.

—¿Qué? — mi amiga se puso de pie y le seguí. El corazón me comenzó a palpitar de la emoción, ahora si debía encontrarlo. El salón se llenó de murmullos, el chisme se había regado como pólvora, salimos y los demás chicos estaban intentando comunicarse con el.

—Estoy feliz por esto, pero me preocupa no saber dónde se ha metido. — comentó Tae. — Ni siquiera responde a los mensajes del grupo.

—No tenemos nada que buscar aquí, vamos.

—Ya respondió. — Dijo Jin mirando su celular.

—¿Está bien? — pregunté impulsiva.

—Lo está. — el mayor me sonrió sin darme más información. Me sentía extraña porque tenía la expectativa de volver a verle después de tanto tiempo, pero me hacía mucho más feliz que no apareció por ese pasillo, alejándose eternamente de mí.

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Nos mire varias veces, los trajes eran muy random, Jin era doctor, Namjoon estaba vestido de empleado de hotel, Suga y Jungkook estaban vestido de policías y militar, V era un detective y Jimin simplemente se vistió formal, no se de dónde sacó la credencial de una empresa, así que según el es un oficinista.

Channel se vistió de la princesa Jazmín, ahora que su cabello estaba más largo; el traje le quedó fantástico, por último, yo vestida de Don Bong Soon, uno de mis personajes favoritos de K-Drama.

Después de la desastrosa boda de Hoseok, volvimos a la casa y Jackson nos invitó a una fiesta, los chicos no estaban del todo de acuerdo, yo misma no me sentía en ánimos de asistir a una fiesta, pero ¿Qué podía hacer? ¿dejarme morir? De igual manera mi felicidad porque Hobi se fue me daba el poquito de ánimo para emborracharme esa noche.

El abrigo me daba mucho calor, aun así, me sentía bien. Escuchamos algunas canciones de Zico mientras bebíamos, los chicos contrataron choferes, al parecer ninguno tenía planeado manejar de regreso, lo que significa que beberíamos hasta morir. Yo iba en el auto de Jimin, Suga y Channel, como siempre admirando esos dos seres superiores que tomaban alcohol como si fuera agua.

Llegamos a una discoteca y había muchas personas entrando.

—Pensé que sería algo privado. — le dije a Jimin.

—Viniendo de Jackson, no lo creo. — caminó hacia el lugar y le seguimos.

Conseguimos una mesa en el área de VIP, la gente bailaba y caminaba de un lado a otro, había trajes súper raros e incluso un Naruto libraba una batalla de baile contra un Sasuke, lo que me parecía gracioso.

— ¿Channel, haz probado el daikiri de fresa? — le pregunté.

—No estoy segura.

—Vamos por unos. — bajamos las escaleras directo a dónde estaban las bebidas, pedí uno para cada una. — Esta cosa es realmente deliciosa ya lo verás.

La siguiente media hora nos la pasamos solo tomando daikiris, me había enamorado de esa bebida, un chico invitó a Channel a bailar, me sentí mal por Tae, pero si de verdad todo había acabado entre ellos debía apoyarlos en todo.

Me quedé un rato más en la barra, me estaba tomando el último trago, giré un poco para seguir viendo los disfraces de las personas que estaban ahí. Casi escupí la bebida cuando BamBam pasó delante de mí, lo reconocería aún estuviera pintado todo de negro, me encanta cuando usaba lentes de contactos color avellana le daban un aire dark.

Cuando me recompuse, vi a J-Hope en la pista de baile.

¿Cómo había llegado hasta allá? solo llevaba una camisa blanca y unos pantalones negros, estaba bailando de la forma más sexy que había visto en mi vida, sentí mi garganta secarse. Quería arrancarle los ojos a todas las chicas que estaban viéndolo, está sería la única oportunidad que tendría en mucho tiempo, y quizás la última. Me arme de valor, subí la capucha del abrigo hasta que me tapara la cara y caminé con decisión hacia él.

Ese baile, ese ritmo, esa precisión, esos movimientos, esas expresiones en su cara, eran una clara invitación para hacer un teatro en un mundo que solo él y yo habíamos compartido, no dejaría que nadie me quitará ese momento con él, un baile que solo nuestros cuerpos podían hacer. La música subió de volumen y con ella la seguridad de que mis sentimientos por el seguían intactos como la primera vez.

Just Dance. 🌞 |JH Y TN|🌞 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora