Ya habían llegado. Ben, Eddie, Richie y Beverly bajaron de sus autos y se encaminaron hacia la puerta de entrada del hotel.
Primero entró la pelirroja, quien empujó la puerta y siguió su camino sujetando con fuerza su collar plateado.
Luego fue Richie, quien para sorpresa de nadie, entró ya abriendo la boca.
— Vamos por nuestras cosas y larguémonos de aquí —.
Después fue Eddie, quien entró apresurado y volteó por sobre su hombro para mirar a Ben.
— ¿Dejaste tus cosas aquí? —le preguntó a este.
Y bueno, el último en entrar fue Hanscom, quien entró tratando de mantener bien sus estribos.
— No, están en el auto —respondió vagamente.
Miró a Richie y a Eddie subir las escaleras, hasta que giró su cabeza al escuchar algo azotarse.
Beverly, junto a los licores y cervezas.
Tenía una botella de tequila en la mano y el "caballito" en la otra.
Se tomó la bebida de un sólo trago.Ben se acercó a ella cauteloso y se sentó en una de las tantas sillas que allí habían.
— Dímelo —pidió él de la nada.
— ¿Decirte qué? —preguntó ella con confusión.
— Lo que tienes miedo de decirme —.
Beverly bajó la mirada hacia la botella por unos segundos. Luego la colocó en su lugar y se alejó.
— Bev —logró detenerla, poniéndose enfrente de ella—, en el restaurante, cuando llamaste a la esposa de Stanley...
— Detente —.
La observó en silencio; pero al cabo de unos instantes, siguió hablando.
— Te dijo que lo encontró en la tina, pero Bev, te vi —ella volteó a verlo—. Lo escuché, tú lo dijiste antes.
Llegó Richie.
— De lo que sea que estén hablando —interrumpió—, háganlo rápido. Tenemos que irnos.
Se dirigió al umbral de la puerta y gritó:
— ¡Eduardo, ándale! ¡Vámonos! —
— Hay algo que no nos estás diciendo —ignoró Ben—. Sabías cómo había muerto Stanley. Lo sabías.
El de anteojos se acercó perplejo.
— Espera, ¿qué? —
— No puedo hacerlo —.
Beverly se hizo a un lado y caminó hacia la recepción.
— Ella sabía cómo iba a morir Stanley, ¿eso es lo que acaba de decir? —
Ben hizo caso omiso y persiguió a la chica.
— No te puedes ir así —exclamó—. ¿Cómo supiste que se había suicidado?
Beverly tocó la campanilla desesperadamente; pero al ver que nadie respondía, se introdujo y agarró sus llaves.
— Bev —suplicó—, háblame. Sólo dímelo, como antes.
Nuevamente se interpuso en el camino de la pelirroja y la hizo detenerse.
— ¿Cómo lo supiste? —
— Porque lo vi —contestó finalmente—. Nos he visto morir a todos.
El rostro de los dos chicos no mostró más que sorpresa y confusión.
ESTÁS LEYENDO
𝖯𝖤𝖱𝖥𝖤𝖢𝖳𝖠𝖲 𝖨𝖬𝖯𝖤𝖱𝖥𝖤𝖢𝖢𝖨𝖮𝖭𝖤𝖲
Fanfiction𝙿𝙸 | ❝Y estaba ella, con sus inseguridades y defectos. Con la imperfección plasmada en cada poro de su piel. Con temores ridículos, sufrimientos en el corazón y culpabilidad en su conciencia. Ahí estaba ella, consumiéndose poco a poco sin s...