XIV

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XIV. Liars.

Cuando sucede algo de manera aleatoria como un flechazo en un lugar inesperado, de repente llega y te arrolla como si caminaras con la mirada fija hacia tu objetivo sin que te llegues a percatar de tu alrededor. Muchas cosas pasan, y pasan por tu mente también, pero en el fondo algo ha causado tu distracción. Eso provocó tu accidente aunque de manera peculiar. Es algo de lo que todos estamos expuestos en  algún momento de nuestra vida.

Y ¿Sabes?

No hay nada más peligroso que enamorarse de un hombre que te entrega todo, que se preocupa por ti, por como fué tu día. El que puede ser pervertido pero ahogarte en sus cursilerías. Uno de esos tipos que no creen en las historias de amor pero todos los días te hace vivir una. Uno que puede ser tu amigo, que se convierte en tu amante, pero, siempre será tu amor. Aquel que no tiene pena y te cuenta todo sobre él, se siente libre contigo, que te muestra que puede ser un hijo de puta, pero también es frágil. Por qué tu mente y tú corazón de un hombre así, no se libran tan fácil.

Nada más pasa.

Sólo me quedo estática y reacciono al escuchar los gritos de Bárbara y el como los cuatro se levantan al tiro.

—...¡¿QUE PUTA MIERDA LES PASA POR LA CABEZA?! —cruzada de brazos y parada junto a la madre del rey en el umbral de la puerta, observo los movimientos del castaño quien al percatarse de lo que estaba sucediendo, abre los ojos de par en par como pensando “¿Qué mierda estoy haciendo aquí? ”.

Hasta que sus ojos se encuentran con los míos.

Entonces se levanta de golpe igual que Harry. Emma y Neferet aguardan paradas en un lado cubriéndose con las sábanas.

—No... Eris, no es lo que parece... —dice una vez que se levanta y yo enarco una ceja. Sólo está en boxers.

Casual.

—Barbi, déjame explicarte, yo... —El rizado nisiquiera pudo terminar de hablar puesto a que el sonido de una fuerte cachetada en contra de la mejilla de Harry, se hizo escuchar.

Imagino que Bárbara se sentía menos peor que yo, ¿Estás de acuerdo? Nisiquiera he respondido y reaccionado a nada. Hasta que Emma camina unos cuantos pasos hasta quedar frente a mi.

—Eris, créeme, ésto es muy difícil para mí, para todos aquí... sólo ¿Me dejas salir? —Hija de mil putas y las que te faltan.

¿Podría ser más cínica?

—¡¿QUIEN TE CREES?! !Llegas dándote aires de grandeza cuando simplemente demuestras que no tienes valores ni respeto por ti misma! Tu aquí no estás en derecho de exigir nada. ¡¿Te das cuenta de lo que está sucediendo?! Sólo quieres largarte y lavarte las manos del problema que tú y esa otra perra ocasionaron. —la señala.

—¡Discúlpame Bárbara, pero las cosas no sucedieron así!

—¡No me digas! —río sin una sola gota de gracia.

—Perra ofrecida... —digo para mí misma pero sé que me ha oído ya que la discusión cesa cuando voltea rostro para observar el mío con la mirada más retadora que te puedas encontrar.

¿Después de lo que hizo se atreve a retarme?

—¿Cómo me llamaste? —dice con indignación.

Que los santos te agarren confesada.

—Perra-ofrecida —la observo desafiante.

Emma inmediatamente levanto la mano dispuesta a abofetear me, pero en vez de eso, la tomé de la muñeca impidiendo que lo hiciera. No sé como lo hice, sólo logré que aquel brazo entero quedase pegado a si espalda. Por ende, al ejercer presión en él, duele como si quisieran arrancarte el brazo, por lo que no tardé en escuchar sus gritos aunque también hice que quedase de rodillas. Sólo entonces solté su brazo y tire con fuerza de su cabello.

—En tu puta vida se te ocurra ponerme una mano encima estúpida. —le susurré al oído y culminé dejándola con brusquedad. Mis ojos observan una vez más a Niall quien aparentemente no sabe que hacer ni que decir.

Niego... y me limito a salir de la habitación.

¿Cómo pudo hacerme algo así?

—Mi amor, déjame explicarte lo que pasó... —intenta tomarme del brazo pero me zafo en cuando siento su mano en contacto con mi muñeca.

—¡¿Y que me vas a explicar?! ¿Que eres un infiel, mentiroso, traidor?, ¿Que mientras yo no estaba te cogiste no se cuántas veces a esa zorra en nuestra cama?—en serio, me cuesta respirar y generalmente yo pienso antes de hablar, ahora no es así. Las palabras brotan solas de mis labios. —No gracias, ahórratelo... que ya lo he visto con mis propios ojos Niall. —Hablando en serio, ¿Cómo se podía odiar a alguien a quien se ama tanto? —¿Sabes? Ya no importa la manera, te lo diré.

Ahora me preparo emocionalmente para lo que estoy apunto de decir. —Toma. —le extiendo el sobre blanco que recientemente me habían entregado antes de llegar al castillo. Mi corazón ahora es un frenesí de sentimientos encontrados, —Estoy embarazada. — Y nadie podría comprender que me siento como si el filo de una daga raspase sus  delicados tejidos con lentitud, torturandome. —Sorpresa... —la voz se me corta a la mitad, acompañada por las tibias lágrimas que empapan mis mejillas

Sintiéndome la cosa más pequeña e insignificante en el mundo, sintiendo el coraje y la irá en la sangre; me largo y camino lejos de él, sin mirar atrás.

Le tengo miedo al tiempo porque nunca espera. Las agujas del reloj siempre está girando; como volantes en un camino donde una vez coincidimos y que hoy, nos está separando.

¿Qué pasó con nosotros?

¿Qué hice mal?

Son preguntas sin respuesta que rondan en bragas por mi cabeza.

Porque todo es contradictorio, la vida es pura contradicción.

No es lo que dice...

No lo es.

𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄  #𝟐  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora