Epílogo

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EPÍLOGO

❝ Florecer contigo❞

❝ Florecer contigo❞

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Eris

Dos años después...

El viento de la marea calma sopla las hebras castañas de mi cabello sin descanso. Lo único que logro escuchar es el golpeteo de las olas y la espuma que emerge al llegar a la orilla. Abrazo mis piernas mientras los dedos de mis pies juegan con la casi blanca arena que adorna el suelo. Apoyo mi mandíbula de mi brazo derecho y observo hacia la misma dirección no pudiendo retener mi sonrisa al presenciar tal escena. Niall toma de los brazos a mi pequeño príncipe, quien al paso del tiempo ha crecido bastante.

Niall está ligeramente flexionado sosteniendo las manos de su hijo. James se echa a reír cuando el agua salada del mar toca sus pies hasta sus tobillos mientras que a su padre a penas le cubre los dedos. Verlos así me causa una tranquilidad enorme, me pregunto si será buena idea decírselo de una buena vez o esperar a entrar de nuevo.

Niall levanta sin problemas a nuestro pequeño hijo quien hace apenas tres meses, cumplió su segundo año de vida y yo por otro lado, mis dulces veintitrés primaveras. Mi castaño señala el indescriptible final, hasta donde ya no se puede ver más que mar y cielo con su dedo, logrando en el proceso que mi hijo imite su acción.

Desde acá puedo escuchar aquella palabrita que se le ha pegado al vocabulario desde que comenzó a balbucear. Porque sí, me sentí realmente traicionada cuando su primera palabra fué "papá" o algo parecido, como "pá". Sentí la traición pasarme frente a las narices.
Se supone que los bebés dicen "mamá" por mayoreo, aunque tal parece que esta fué la excepción.

James apunta hacia otro punto,  específicamente donde me encuentro yo. Entonces los veo acercarse hasta que mi esposo sin dificultad se sienta a mi lado sobre la arena. Mi bebé extiende sus brazos hacia mi con la intención de que lo cargue y así lo hago. Inmediatamente se queda quieto jugando con sus dedos y con la mejilla pegada a mi pecho, comienza a jugar con la cadenita que cuelga de mi cuello.

—Te he notado rara los últimos días. —giro la cabeza hacia mi derecha encontrándome con el semblante preocupón de Niall. Tan solo me limito a sonreírle cálidamente y murmurarle que me encuentro bien. —Eris... —advierte.

—Yo estoy bien, cielo. No deberías preocuparte por mi. —suspira entrecerrando los ojos y mira hacia el frente. El sol del atardecer pega directamente a nuestros rostros, al de él más que nada, smel azul de sus ojos se aviva con el reflejo de los rayos haciendo magia con él. Su cabello adopta un dorado cenizo bastante peculiar y su piel poco bronceada luce suave del perfil que me está brindando. Hasta ahora puedo notar como contrastamos perfectamente. Subo la tira de mi vestido suelto hacia mi hombro, misma que cayó a un lado de mi brazo haciéndome cosquillas.

—Es mi deber hacerlo, amor. Y aunque no fuera así, me es inevitable hacerlo cuando siento que me ocultas algo. —frunzo el ceño. —Te conozco y no es que sienta, sé que me ocultas algo y quisiera saber qué es.

𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄  #𝟐  [COMPLETA] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora