마흔 네 ─cuarenta y cuatro.

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se dignó a salir de su cama cuando pensó en la comida que había dicho hacer. tenía que comprar ingredientes, buscar recetas y demás. así que se sentó en la cocina aún temblando, buscando en google.

no sabía exactamente a qué hora vendría, pero lo que él suponía era que no muy tarde.

─¿qué puedo hacer? no soy bueno cocinando.─ suspiró.

siguió buscando hasta que encontró algo. macarrones dulces.

se veía rico y lindo, así que optó por buscar los ingredientes para prepararlo.

480 gramos de azúcar glass
• 280 gramos de almendra molida
• Huevos
• Saborizantes
• Colorantes
• Crema para rellenar

bien. ya tenía los ingredientes. ahora tenía que saber dónde encontrarlos. se peinó y salió. hacía calor. o eso creía él. todos estaban abrigados y él tenía calor.

optó por sacarse la campera, estando solo en remera. tenía demasiado calor. demasiado, como para ser un día de invierno.
buscó alguna panadería, o algo que vendiera esas cosas. no tenía la menor idea del local que buscaba, pero él quería cocinarle a su junnie.

comenzó a sentirse mal. peor que antes. su presión bajaba y se sentó en el piso, inhalando y exhalando. se le pasó por un momento y soobin salió corriendo en busca de lo que buscaba. debía encontrarlo rápido para volver a casa. ¡y no! él no volvería antes de encontrar todo.

cuando se paró frente al lugar suspiró por haber corrido tanto.

─buen día.─ sonrió el cajero.

─b-buenos días.─ habló agitado.

─¿qué es lo que buscaba?─ preguntó.

─ah, sí.─ le entregó un pedazo de papel donde estaba escrito lo que necesitaba. ─quería hacerle macarrones dulces a mi novio.─

─claro. espéreme aquí.─ pidió.

soobin asintió y volvió a inhalar y exhalar. sobando su estómago y tocando su pecho.
el chico volvió con bolsas transparentes que dejaban ver lo que había dentro.

─aquí está.─ sonrió. ─cuatro ochenta de azúcar glass...─ lo pesó. ─almendra molida...─ susurró. ─serían 7937.─

─claro.─ buscó y le entregó el dinero. ─gracias.─

─igualmente, ¡disfrútenlo!─ rió.

soobin salió del establecimiento y corrió hacia su casa aunque no tenía que correr porque sabía que empeoraría su estado.
rápidamente miró un vídeo de cómo hacerlo y comenzó a cocinar. de vez en cuando tenía que alejarse y parar para respirar porque de sobreexigía demasiado.

─solo es fiebre, soobin.─ se habló. ─no puede ser que te afecte tanto. cocinarás, y luego descansas. fácil. no compliques todo.─ suspiró.

los macarrones estaban listos

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los macarrones estaban listos. había tomado algo de tiempo. quizás cuatro horas porque soobin se equivocó en un paso pero eso no importa. había terminado y el resultado sabía bien. solo esperaría a yeonjun y ya.

se sentó en el sofá a usar su celular. su cabeza dolía así que lo dejó.

─fiebre estúpida. no me dejas hacer nada.─ bufó.

la puerta se abrió dejando ver a un rubio bastante cansado.

soobin se paró rápido y fue a abrazarlo. yeonjun rió y lo abrazó también, acariciando su cabello.

─hola bebé. lamento llegar tan tarde.─ le habló. ─hicimos cosas extra y-─

─eso no importa.─ lo interrumpió. ─me alegra que hayas vuelto. te extrañé mucho.─

─también te extrañé bebé.─ le tomó las mejillas con sus manos. ─¿te sientes mejor?─

insult ★☆ yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora