en donde a cada persona que insultes, un día después caerás rendido ante él/ella. y yeonjun, uy, no debió insultar a soobin y pensar que un "lo siento" bastaba.
─ capítulos cortos.
─ prohibida su adaptación sin consultarme antes.
( TERMINADA: 21.O9...
los ojos angelicales de soobin se endemoniaron, mostrando que, realmente estaba enojado.
yeonjun nunca lo había visto así. pero ahora estaba preocupado por su cuñado que estaba herido.
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dejaron el auto en cualquier lugar. no importaba si estaba bien estacionado. corrieron la iglesia, dónde estaba lleno de hombres fornidos que la única que parecía conocer era la madre de soobin.
en el momento en el que soobin se paró frente a la iglesia, divisó la mano de su madre estirada, y su hermano agachado, con sus palmas en su cabeza. estaba sollozando y su rostro tenía heridas con sangre seca.
el pelivioleta estaba que hervía.
─baja tu mano ahora.─ habló soobin.
─¡tú! ¡mocoso insolente! ¡vendrás aquí ahora mismo y no volverás a ver a ese estúpido!─ gritó. ─¡me dejaste en ridículo!─
soobin se soltó del agarre de manos que tenía con su pareja, para acercarse a ella.
la miró fijamente, sin decir nada. se agachó a la altura de su hermano y lo alzó.
hueningkai estaba llorando por las atrocidades que su propia madre le había dicho y hecho.
❜ೃ∗ huening pov, minutos antes.
en cuanto soosoo y yeon se fueron, lia, youngmi y yo comenzamos a celebrar. las cámaras se apresuraron a la cara de mi mamá.
─¡señora!─ exclamó un periodista.
─¿qué opina de todo esto?─ preguntó otra.
─¡¡YA!! ¡VÁYANSE! ¡AHORA!─ gritó.
lia y youngmi se tomaron las manos y se fueron corriendo.
todos acataron las órdenes de mamá, y tan pronto como lo dijo, la iglesia quedó vacía.
todas aquellas personas eran actores. nadie era nuestra familia allí.
ella tomó su celular enojada y marcó a alguien, llamando. quise oír pero no pude; después de unos minutos, llegaron dos autos blancos.
de ahí salieron cuatro hombres grandes, con unos brazos más grandes que sus rostros y que de tan solo verlos, me asusté.
─m-mamá... ¿quienes son ellos?─ pregunté.
no me respondió, y ellos se acercaron a mí.
─m-mamá... mamá... ¡mamá! ¡¿p-por qué se acercan?!─ exclamé asustado.
─no grites.─ me ordenó.
─p-pero mamá...─ susurré.
los hombres me tomaron las manos, y me dejaron inmóvil.
─iré a buscar a tu hermano.─ sonrió.
yo me negué. ─no sabes adónde fue. no lo encontrarás jamás.─
los hombres me soltaron y ella se acercó. ─ellos se encargarán. cierra tu boquita. espera ansioso a verlo de nuevo, porque cuando lo veas, será la última vez.─ rió.
─¡no puedes hacerlo!─ exclamé.
fui corriendo a las puertas de la iglesia, saliendo de ella y cerrándola por fuera de modo que no puedan abrirla.
suspiré aliviado, cuando sentí unas manos en mis brazos.
oh, no de nuevo.
─¡n-no van a abrir la puerta! ¡soy el hijo de su jefa! ¡ustedes tienen que hacerme caso!─ grité.
un puño me golpeó. quizás tengo que practicar más.
abrieron las puertas y yo comencé a llorar. iban a agarrar a soobin y no quería que pasara.
ella me tomó del cabello. me obligó a sentarme en el piso y comenzó a patearme. no sabía qué había hecho mal.
ella siempre me dijo que defendiera a soobin por sobretodo. ¿por qué ahora no me dejaba hacerlo...?
─quiero que me digas ya dónde está soobin.─ me gritó.
los espasmos de llanto me ganaban, sin dejarme hablar. ─¡n-no!─
mi cara sangraba abundantemente, y cuando estuvo por dar el último golpe, que sabría que me dolería incluso más que los demás, soobin apareció.
jamás lo había odiado tanto. ¡¿qué mierda hacía allí parado?! él no tenía que buscarme. yo tenía que salvarlo a él por al menos esta vez.
