여든 다섯 ─ochenta y cinco.

622 79 44
                                    

cosa, que, no pasó.

─soo...─ susurró lia.

el pelivioleta la miró. nadie había entrado.

─ah, eh... claro. yo...─ tragó saliva. ─jisu, yo...─

«solo imagina que realmente la amas, y habla, soobin. él no va a venir. te ha dejado.»

las puertas gigantes se abrieron.

la esperanza de soobin aumentó pero disminuyó al ver a la rubia que, de alguna manera u otra, le había arruinado la vida.

lee youngmi.

─atención, atención.─ gritó. ─verán. cómo todavía no han dicho esa idiotez de "oponerse", quería apurar la ceremonia. nada de votos. hay alguien que se opone, y mucho.─

la madre del pelivioleta estaba roja. de la vergüenza y de la ira.

─¡youngmi!─ exclamó.

─¡¿qué?!─ se quejó. ─puede que yo te haya dicho que él salía con su ahora expareja.─

─youngmi... ¿habías sido tú?─ cuestionó soobin.

─sí, perdóname. pero ahora eso no importa. denle la cálida bienvenida, a la persona que realmente ama soobin. ¡choi... yeonjun!─ sonrió, dejando pasar al rubio.

todas las cámaras apuntaron al no invitado, los periodistas estaban anotando todo e informando que, era un chico.

─antes de que empiecen a decir algo, sí. soy un chico. amo a soobin, y, ahora que lo dije, me llevaré a mi bebé.─ sonrió.

soobin no entendía nada. lo único que sabía, era que estaba muerto por aquel rubio.

se bajó del altar y a más no poder, besó los labios de yeonjun.

estaban, dicho de una manera ordinaria, comiéndose la boca. porque, era lo que hacían. no se podía decir de otra manera.

jisu estaba más que feliz, tiró su ramo de rosas al agua, se quitó su vestido, dejando ver su ropa de cualquier día.

─¡vivan los novios!─ gritó huening.

─¡choi kamal! ¡¿tú planeaste esto?!─ exclamó la madre del chico.

─síp. así que disfruta ver a tu hijo feliz.─ le guiñó.

cuando al fin, soobin y yeonjun terminaron de besarse, el rubio cargó al más alto por los muslos y su nuca, tal como cargaban los príncipes a sus princesas. nada más, que aquí el príncipe cargaba a su principito.

─apúrate antes de que mis padres nos agarren.─ rió el pelivioleta.

sacudió sus piecitos tiernamente, así que yeonjun salió de la iglesia.

se apresuró a buscar el auto, entrar y acomodarse ambos.

─listo chicos, les agradezco muchísimo.─ retomó yeonjun, desmuteando su llamada. ─nos veremos luego.─

─¡¡los queremos, sean felices y no peleen por quién es el acti-!!─ antes de que wooyoung diga algo inapropiado, yeonjun cortó la llamada.

─¿hay que pelear por eso? creí que se definía en el momento de-─ fue callado por la mano de yeonjun.

─no hables de eso, hay que apurarnos al aeropuerto.─ pidió.

─este coche es de mi hermano, ¿sabías?─ preguntó el pelivioleta, saliendo del vehículo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─este coche es de mi hermano, ¿sabías?─ preguntó el pelivioleta, saliendo del vehículo.

el rubio tomó su cadera, para caminar a la ventanilla.

─venimos por dos boletos, los compré por internet. tengo que retirarlos. son dos hacia tokio, japón.─ sonrió el pelivioleta.

el teléfono del rubio sonó. dejó a su nuevamente novio comprando los boletos y atendió. era san.

─sannie. ¿qué pasó? ¿ya me extrañan~?─ preguntó divertido.

¡ye-yeonjun! ¡deben irse, ya!─ gritó del otro lado de la línea.

yeonjun se preocupó. ─¿...está todo bien?─

─¡no! unos tipos golpearon a huening y los están siguiendo. no le cuentes a soobin. kai no quiere que lo sepa.─ informó.

─¡¿q-qué?! ¡¿a huening?! ¡¿por qué?!─ exclamó.

quiso detenerlos para que no los siga, pero ellos lo golpearon.─ dijo asustado.

─iremos para allá, ahora.─ colgó.

sin dejar que soobin comprase los boletos lo metió al auto.

─dulzura, ¿qué pasó?─ preguntó cuando yeonjun comenzó a manejar.

─hay un descontrol en la iglesia, han golpeado a huening.─ avisó.

insult ★☆ yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora