일흔 아홉 ─setenta y nueve.

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unos brazos tomaron mi cintura, cuando me volteé pude ver su tierno rostro. sus ojitos, su naricita, y sus labios. su cabello violeta y su sonrisa perfecta.

no supe cómo reaccionar. le abracé la espalda, poniéndome de puntitas para besarlo.

─te extraño.─ confesé.

─también yo, yeonjunnie.─ unió nuestras narices.

─¿estás listo para tu boda?─ pregunté riendo.

─sí. pero, yeon... quería hablarte de ello.─ suspiró.

se alejó y yo me asusté. no sabía de qué hablaba.

─c-claro, binnie. dime.─ sonreí nervioso.

se alejó de mí bruscamente, soltándome para mirarme a los ojos.

─yo... no quiero irme de esta boda. es mi vida, y dejarla no me gustaría.─ habló.

─¿q-qué?─ titubeé. no podía creer lo que oía.

─no voy a escaparme. ten esto.─ me ofreció un sobre. ─tiene dinero. vete a otro país y-─

no dude en pegarle una bofetada. ─¿dinero? ¿es en serio, soobin?─

─no quiero que le digas a nadie que estuvimos juntos.─ pidió.

─t-tú... ¿realmente vas en serio?─ mi voz se rompió. lágrimas comenzaron a salir. ─preparé esto hace semanas. tu accediste, ¡lo hice por ti! ¡por nosotros!─ grité.

─¡y-yeon! ¡deja de gritar! ¡estamos detrás de la iglesia! ¡nos van a oír!─ exclamó en un susurro.

─¡me importa una mierda si me oyen! eres insaciable, soobin. ¡no sé qué quieres! primero aceptas, luego te niegas y ahora me cancelas a último momento. estoy harto de amarte tanto y que no lo devuelvas.─ lloré.

─s-sí te lo devolví, solo que no quiero separarme de mi familia y-─ fue interrumpido.

─no, soobin. no quieres dejar de ser un niño mimado, eso es lo que pasa. no quieres dejar de ser mantenido por tus padres.─ lo empujé.

─no lograrás nada insultándome. así pasó todo. creo que... yeonjun, es hora de que dejemos de herirnos. no te amo, no me amas. ahora, te irás de este país. no quiero verte.─ me ordenó. su cara reflejaba enojo y tristeza.

─está bien. me iré. no tomaré tu dinero. pero me iré. no quiero que me busques, que siquiera me nombres. te olvidarás de mí y yo igual.─ sonreí con lágrimas en mis ojos.

─e-está bien.─ titubeó. ─adiós, yeonjun.─

─adiós, soobin.─ me dí la vuelta y me fui.

─e-espera, yeonjun.─ me llamó.

no me volteé, no lo miré, no le tomé importancia. rodeé la iglesia, caminando sin oír sus llamados. si tanto no quería verme, ¡¿por qué ahora me llamaba?!

recién había cruzado el estacionamiento, así que la iglesia quedaba a unos quince pasos agigantados.

─¡yeonjun!, ¡por favor, no te vayas! ¡no quiero que te alejes de mí!─ gritó.

los recuerdos bonitos llegaron a mi mente, los besos, las caricias, los abrazos. pero, también llegaron los dolorosos. las lágrimas, el distanciamiento, el extrañarse sin poder hacer nada.

seguí caminando, las bocinas de los autos, los conductores enojados porque cruzaba mientras pasaban, de repente todo fue silencio para mí, un grito de una voz familiarizada con un nombre conocido.

─¡SOOBIN!, ¡NO!─

cuando me volteé, ya era demasiado tarde. del auto salía humo, precisamente del capó. el cuerpo de soobin estaba en el suelo, inconsciente.

un rastro de sangre emanaba de su cabeza y sentí como la mía se mareba.

insult ★☆ yeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora