insult ★☆ yeonbin

예순 여덟 ─sesenta y ocho.

─lo siento, youngmi. ya no hay nada que se pueda hacer.─ suspiró.

─no, no, yeonjun. no te rindas, por favor. sabes que aunque soobin de case con ella su corazón siempre va a ser tuyo. sabes que te ama. sabes que jamás dejará de hacerlo.─ sonrió.

─no debería interferir más. tenías razón.─ soltó.

─¡por dios, choi yeonjun! ¡deja de ser así! avisa a tu trabajo que volverás.─ ordenó.

─queda cerca de su casa. no soportaría verlos.─ confesó en lágrimas.

─eso no va a pasar. voy a acompañarte todos los días. hablaré con soobin y se arreglarán.─ lo calmó.

─gracias, youngmi.─ sonrió.

─perdóname, yeonjun.─ pidió otra vez.

─entonces... ¿eso fue lo que pasó? ¿por eso no estuviste viniendo?─ preguntó beomgyu.

─sí, pero por favor, no le digan a huening.─ pidió yeonjun.

─está bien, no le diremos. pero... ¿estás seguro de juntarte con ella? digo, luego de lo que te hizo no sé, no confío en que sus intenciones sean las mejores.─ habló taehyun.

─lo sé, tae. lo sé. pero ella es... no es mala.─ respondió. ─sé que no lo es.─ sonrió, viéndola a lo lejos. ─y aunque lo fuera, se disculpó y se disculpará con soobin, solo importa eso.─

─ouh, yeonnie está creciendo.─ dijo taehyun, abrazando a beomgyu, mirando al rubio como si fuese su hijo.

yeonjun sonrió divertido ante la broma y los abrazó fuertemente. ellos eran su familia.

─¿saben dónde está soobin?─ preguntó la rubia, acercándose.

─estás jugando, ¿cierto?─ cuestionó yeonjun.

─sí. ay, dios mío. sonríe un poco.─ le estiró los labios.

yeonjun sonrió. ─¿feliz?─ volvió a su cara neutra.

─sí, sí, lo que sea.─ rodó los ojos.

puede, y tan solo puedeeeeeee, que a taehyun, lo que hizo youngmi le divertió. ¡pero tan solo puede! él no confiaba en ella.

─bien. uhm, yeonjun...─ lo llamó, nerviosa. ─¿estás seguro de que no quieres que huening lo sepa?─

─me odiaría peor que cuando nos vimos por primera vez.─ rió. ─voy a hacérselo saber luego.─

─está bien. pues, yo iré a buscar a soobin y hacer lo que tengo que hacer. adiós.─ saludó a todos y salió corriendo.

─youngmi es...─ habló taehyun.

─¿buena? ¿amable?─ yeonjun lo interrumpió.

─demasiado bajita.─ terminó por decir.

─eres malo, tae.─ rió beomgyu robándole un beso.

─no soy malo. soy realista.─ inquirió.

─¿ustedes creen que soobin me perdonará?─ preguntó yeonjun asustado, ajeno al tema.

─oh, yeonnie.─ suspiró beomgyu. ─sí lo hará. estoy seguro de que lo hará. tranquilo. él te ama muchísimo.─

─¿en serio?─ cuestionó en sollozos.

se sentía un idiota sensible cada vez que hablaba de soobin, porque al instante lloraba sin poder controlarse.

─no llores, yeon. por favor.─ pidió taehyun limpiando sus lágrimas.

─está bien, yo... está bien. vayamos al salón.─ sonrió.

yeonjun luego de días entró al aula, saludando a sus compañeros, sonriente.

y lo recordó. tenía que sentarse con soobin.

CON SOOBIN.

CON SOOBIN. EN UNA MISMA MESA. CON UNA DISTANCIA DE MENOS DE VEINTE CENTÍMETROS. TENIENDO QUE HABLARSE POR MÁS QUE NO QUIERAN Y LUEGO IGNORARSE Y SI ESO LLEGABA A PASAR YEONJUN MORIRÍA, MORIRÍA AL SEGUNDO Y NADIE PODRÍA REVIVIRLO.

cuando se sentó en el asiento al lado del pelivioleta, soobin no dijo nada. él ya tendría que saberlo, youngmi ya debía de haberle contado.