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Segismundo no comprendia, la mania que tenia aquel mexicano hacia su persona.

El siempre se habia conciderado una persona tan comun, nada llamativa.

Si a el le preguntaban como se concideraba diria que feo.

Siempre habia tenido una muy baja autoestima, por malos momentos que habia vivido en su pueblo.

En muchas ocaciones se encontraba parado frente al espejo.
Mirando su reflejo

Solia sentirse tan inseguro, en mas de una ocasión, habia terminado rompiendo el espejo con sus propias manos, y se las miraba llenas de sangre, y empezaba a llorar con tanta inseguridad, que sentia correr por todo su cuerpo.

Miraba hacia donde estaba el espejo y se preguntaba:

¿Que habia hecho el para merecer tal trauma?

Era algo que nunca habia tenido una respuesta y deceaba tanto encontrarla.

Segismundo, sinplemente se levanto y empezo a recoger todos los vidrios que se encontaban en el suelo y lavabo.

sin ningun cuidado, sintiendo como unos pequeños pedazos atrabesaban la piel de sus manos, los tiro en la basura y empezo a lavarse las manos y ponerse algo de alcohól para evitar una infección.

Segismundo miro sus manos y simplemente paso de vendarlas y salio de su casa, rumbo al garaje central.

Cuando iba llegando hacia el lugar, recordo que su auto habia sido confiscado, por lo tanto giro sobre sus pasos y camino rumbo a mecanicos, dispuesto a recuperarlo.

Despues de un rato segismundo ya habia llegado al taller y se emcontraba esperando a que alguien lo atendiera.

Estaba tan sumergido en sus malos pensamientos que no se dio cuenta cuando alguien se paro frente a el.

Solo lo supo cuando sintio que alguien lo tomaba de sus mejillas y levantaba su rostro, encontrandose asi con aquel mexicano, , que lo empezaba lo a hacer sentir algo que jamas habia hecho en su corta vida.

Segismundo no hablaba solo observaba al mas alto fijamente con sus mejillas levemente sonrojadas.

No supo en que momento, pero sintio como el mexicano se acercaba lentamente a su cara y sentia su respiración chocar contra su boca, y en un respiro sintio como sus labios eran besados dulcemente por el mas alto de los dos.

Segismundo cerro sus ojos lentamente mientras sus manos tomaba el mono del mayor sosteniendose, al sentir sus piernas temblar.

El mexicano se separo lentamente y lo miro a los ojos y susurro contra sus rojisos labios.

-Solo con mirarte se que nunca voy a sentir lo mismo por nadie mas.

Y segismundo solo pudo sentir como su corazón latia con mas fuerza, y su cara empesaba a calentarse de gran forma.

Emilio solo miro como segismundo escondia su bello rostro en su pecho.

Y empezo a acariciar el cabello del menor con mucho cuidado, mientras una sonrisa se instalaba en su rostro.

PIROPOS (SEGILIO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora