Las semanas pasaron y llegó la noche que muchos odiaban, otros muchos temían y muy pero muy muy muy pocos deseaban.
Era 20 de octubre, día de muertos, una noche en la que la policía no podía controlar el orden de los asesinos. Incluso los de profesión les tenían miedo, porque no eran normales, eran muy especiales y si te cruzabas con alguno de ellos ibas a morir aunque claro, dependiendo con quien te encuentres puedes vivir.
Victor se encontraba atando a su nuevo compañero de piso y es que Aitor le había echado de casa por unos pequeños problemas, ciertos lobos se volvían salvajes esa noche y debían quedarse encerrados también. Los minutos pasaban hasta que el reloj marcó las diez y media, hora de inicio del peor momento del año.
Victor: te has quedado mudo eh? Ya no vas a darme el coñazo con lo de los asesinatos?
Oliver: -pone cara seria-
Victor: me has entendido?
Oliver: -asiente con la cabeza-
Victor: bien, supongo que acaba de empezar ese momento.
Las horas siguieron su curso hasta las dos de la madrugada, ambos estaban dormidos pero el zorro se despertó para ir al baño y con el ruido que hizo también despertó a Oliver. Al regresar se quedó mirando por la ventana, la calle desierta junto con las farolas encendidas sumado las casas sin vida era un igual a una película de terror. Si querían una, esa noche era un momento muy apropiado para hacerla. En eso vio alguien caminar por la desértica calle, dedujo que sería Mark puesto que parecía tener su estatura.
Victor: espérame aquí, creo que Mark esta abajo y le diré para pasar la noche.
Al momento de escuchar decir eso al zorro, comenzó a ladrar desesperadamente para que evitara salir a la calle. Victor por su parte le regañó y le puso un bozal para evitar que siguiera ladrando. Mientras se iba del lugar Oliver negaba con la cabeza y chillaba con la esperanza de hacerle cambiar de opinión.
Victor: -sale de la casa- Mark! Aquí! Pasamos la noche juntos?
Pero el sujeto no respondió, siguió avanzando. Victor lo siguió pensando que era Mark, hasta que este se dio la vuelta y en ese momento se le heló la sangre. Un lobo de cerca de 168cm de estatura, con un pelaje gris por la espalda y por la parte de adelante blanco, unos ojos verdes brillantes que en el izquierdo tenía una cicatriz que lo atravesaba el ojo de arriba abajo.
Vestía únicamente una larga chaqueta gris oscura y unos pantalones de color mostaza junto con unas botas negras de tacón de 5cm que al andar se puede escucharle caminar, además de unos guantes que le cubren solo la palma de la mano pero que se extiende hasta las muñecas.
Sin decir nada se le acercó velozmente y le soltó un zarpazo con sus largas garras que únicamente desgarró su camiseta pero sin herirle.
Victor: M-Mark?
Hyde: -voz áspera- mi nombre es Edward Hyde y estas en mi territorio!
Nuevamente se le acercó, andando esta vez, y Victor salió corriendo calle abajo, tras mirar por un momento hacia atrás pudo ver que el sujeto estaba caminando sin llegar a correr. Pero al mirar hacia delante se congeló y su corazón se aceleró del susto que se dio, Hyde estaba en frente suyo! Una temible sonrisa se dibujó en su cara, dejando ver sus puntiagudos y blancos dientes como la nieve.
Situado entre dos farolas, donde la luz era más débil, se quedó unos segundos antes de empezar a correr hacia su víctima. Victor echó a correr calle arriba sin mirar atrás, giró a la derecha en una encrucijada pero Hyde lo seguía muy de cerca hasta que, sorprendentemente, logró deshacerse de él, por el momento.
Escondido entre dos arbustos logro burlarle.
Mientras caminaba en busca de su víctima escucho un llanto muy cerca del lugar. Se acercó para ver que era un conejo de cerca de 12 años, al acercarse intentó calmar al niño.
Hyde: -siendo amable- que haces por aquí a estas horas?
Conejo: -llorando- no sé dónde están mis padres.
Hyde: te has perdido?
Conejo: -limpiándose las lágrimas- sí, me ayudarás a encontrarlos?
Hyde: -sonríe- claro que sí.
Acto seguido el crio empezó a sentirse mejor pero no sería por mucho ya que Victor logró escuchar como ese lindo y pequeño conejito chilló de horror. Al fijar su vista en la escena lo que vio fue horrible, Hyde le había arrancado el corazón al chiquillo que estaba en el suelo con la mirada perdida y se lo estaba comiendo.
Victor se quedó petrificado, él quería marcharse del lugar ahora que Hyde estaba entretenido pero sus piernas no respondían, el miedo que le embargaba era demasiado como para reaccionar a la situación.
Hyde: y tú eres el siguiente –dirige su mirada verde al escondite del zorro- Victor.
Ahora sí que estaba muerto del miedo si no lo mataba él antes, ahora entendía mejor la razón por la que le llamaba el "día de muertos".
Salió de entre los arbustos para correr calle abajo y llegar a la casa de Oliver, temblando sacó las llaves y las introdujo en la cerradura para abrirla. En el momento que estaba por cerrar fijó su mirada al frente de la puerta y se encontró con el asesino, sonriente con sus dientes blancos pese a haber devorado un corazón ensangrentado y sin rastro de sangre en su boca.
Hyde: -saludando con su mano- nos veremos muy pronto Victor, muy pronto, JA-JA-JA!
Tras esa risa maligna Victor cerró la puerta y vio a través de la ventana como se alejaba por el mismo sitio de donde había llegado. Al mirar el reloj pudo ver que eran ya las seis de la mañana, quedaba poco para terminar la noche.
Subió las escaleras hasta encontrarse a Oliver que en el momento en que lo vio entrar rompió a llorar, alegrado de verle de vuelta. Media hora después de ver el reloj todo finalizó, Oliver volvió a la normalidad y durmieron por horas.
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Nueva Vida (Furry/Yaoi)
RandomFran es un lobo que no vive muy feliz. Harto de tener un futuro limitado solo por nacer en una colonia penal, decide escaparse y viajar a otro mundo, donde empieza una nueva vida, pero tal vez el pasado no este dispuesto a dejarle escapar.